Cupido Disfrazado de Luchador

Tú eres mi futuro, muñeca.

Definitivamente en Johnny Rockets preparan las mejores hamburguesas del mundo.
Y hoy necesitaba de unos amigos. Así que aquí estoy con los únicos que tengo, comiendo una hamburguesa y tratando de olvidar a mi enfermera durante unos segundos.

—¿Y tu cadena? — me pregunta el más fortachón de nosotros mientras se atraganta con su emparedado tamaño familiar.

—Me la he quitado.

—Te estás enamorando. — sonríe con cizaña.

La palabra "enamorar" me hace tensarme. No, no me estoy enamorando. Ninoska me está cambiando, eso es todo. Pero ¿enamorarme? ¿Yo? ¡Eso es otra historia!

Reigns me observar expectante, esperando una respuesta que no va a recibir y al percatarse de mi decisión silenciosa, carraspea con molestia.

—Me he acostado con Maite.

Escupo el trago de cerveza que acabo de tomar, mientras que Rollins hace lo propio con los restos de su hamburguesa.

—Tú sí que sabes darle emoción a la conversación.

El grandulón se encoge de hombros, como si careciera de importancia lo que acaba de confesar, sabiendo perfectamente sí que la tiene. No se acostaba con una mujer desde... desde hacía demasiados siglos. Solo exagero. Creo que desde hace unos meses.

—¡Eres un hijo de perra! — lo apunta Rollins aún masticando su media hamburguesa mientras yo río sin parar. — Es la misma chica con la que dijiste que jamás te enredarías. Y resultó ser la que te obsesionó por semanas. Qué mentiroso... eres un bendito obsesionado.

—No estaba obsesionado.... — se defiende mi serio amigo por lo bajito.

—Hace unos días decías que no había posibilidad de nada, ni en un millón de años.

Esto se acaba de poner bueno. Rollins cacaraquea como una cotorra descontrolada, mientras que mi otro amigo pone las manos en alto intentado callarlo... Par de imbéciles graciosos.

—Por favor...

—Deja de hablar como si fueras su chica. — interfiero.

—¿Cómo te convenció?, ¿te hizo un trabajito?

Me encantaría que pudieran ver los ojos de Reings. ¡Se le van a salir!

—¡NO!

—¿Con la mano? — los ojos curiosos de Colby me ocasionan más risas de lo normal y si le sumo la cara de espanto del fortachón que tiene enfrente. Eso duplica lo gracioso de la situación. Reings carraspea y lo observa sorprendido por toda la mierda imaginaria de su extraño amigo.

—Colby no... Nada de trabajos, actualmente estoy desempleado emocionalmente... solo, la besé. — nos afirma como si fuera un gran hecho. Yo solo procedo a reírme, pues parecemos unos pubers de trece años murmurando sobre la chica que se atrevió a recibirle un beso a un integrante de nuestro grupo. Claramente ese es Reings. Mientras que Rollins ladea su cabeza hacia un lado.

—¿Y cómo es en la cama? — ahora es mi turno en perturbar al vergonzoso de Reings, a quien puedo observarle a leguas la pigmentación de sus mejillas. —¿Fogosa? ¿O le hace hincapié a su apariencia y es pésima?

—¿Cómo es Ninoska en la cama? ¿Una mojigata que adora la postura de misionera? —me provoca él, ocasionando las risas de su nueva novia, Rollins.

—Ni se te ocurra nombrarla. —lo amenazo.

—Aaah, ¿ves lo que se siente? — sonríe victorioso.

Le doy vueltas al plato y puedo notar como a lo lejos una figura castaña y furiosa camina hacia nuestra dirección. Afortunadamente he sido el único que la ha visto, ya que los dos tarados que tengo de acompañantes al no percatarse por estar de espaldas, siguen dándole vueltas al asunto, tal cual un matrimonio gay.