¿Puedo besarte?.

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Cuando llego a su casa. Esta estaba sola, corrió hasta su cuarto y se quedo allí durante toda la noche, no obstante él entro y como todas las noches; la violó.

Ella lloro, lloro sin parar. La mañana siguiente se iría al campamento pero ella, ella no quería ir. No quería ver a Sofia y su saquito de amigas. Sin embargo era mejor que quedarse en su casa con Simone, jodiendola siempre.

Al amanecer se baño y vistio. Sus maletas ya estaban listas. Pues las había hecho la noche anterior.

Tomo las maletas y salio escaleras abajo. Su cuerpo le dolia, le dolia mucho. Al llegar abajo vio a su madre y a Simone en la cocina. Este la miro, pero no dijo nada más. En cuanto a su madre esta ni la miro.

Miro al frente y salio de su casa. Afuera estaba el autobús, que, la llevaría a la escuela y allí estaría el transporte que la llevaría al campamento.

En todo el camino al instituto miro a la ventanilla.

Ayer luego de hablar con Evan, este la llevo a casa, a una cuadra de su casa en realidad. Este se mostró cariñoso con ella y eso le agrado.

El autobús se detuvo, y todos los estudiantes salieron del mismo, incluyendo la.

Afuera, en la entrada del instituto habían varios autobuses, mismo que los llevaría a su destino. Busco a Evan con la mirada y lo encontro hablando con una mujer que reconoció como la profesora de Química de tercer año.  La mujer le tocaba el hombro y reja animadamente, Evan, pues el solo la miraba. Kalyla apreto los labios y camino rumbo al auto que la llevaría.

Se detuvo detrás de él y carraspeo llamando la atención de ambos.

Evan volteo y la observo atento.

La mujer también la miro.

-Kalyla, ¿Que quieres?.- pregunto la mujer disgustada de que la interrumpieran.

Kalyla negó y miro a su profesor de arte.

-¿Donde coloco mis maletas, profesor Evan?- el nombrado la tomo del codo y se la llevo, dejando a Miriam con la boca abierta y molesta.

-Ven por aquí.

La llevo detrás del transporte y abrió la cajuela de este.

-Tirala ahí.- ella obedecio. Y lo miro.

-Ya esta.

Evan la observo y apreto los labios.

-¿Como estas?.- la chica miro al suelo.

-Anoche, él...- El hombre no la dejo terminar. La abrazo, apretando la a su cuerpo.

-Quiera matar a ese bastardo...- Gruño entre dientes.

Luego de aquello. El director dio unas palabras y  después todos se montaron en las busetas  y se pusieron en marcha.

Tres horas de viaje después se encontraba en el campamento villa.

Con paso lento bajo y se instalo en la habitación que le dieron.

En el cuarto habían dos literas ya que, en cada cuarto dormirian cuatro chicas.

Tiro sus maletas y se acosto en unas de las camas, de las de abajo para ser preciso.
 

Se quedo dormida tan pronto recosto la cabeza en la cama.

Eran las seis vio que todos los alumnos estaban cenando pero ella, ella no estaba. Fruncio el ceño y camino rumbo a la habitación que le correspondia a la joven. Cerciorandose que no había moros en la costa entro.

La busco con la mirada y la encontro. Ella estaba de espalda a él. A paso lento se acerco a ella, se sentó en la orilla y la contemplo durmiendo. Se veía tan hermosa, tan inocente. Suspiro y cerro los ojos con fuerza. La amaba, amaba a Esa chica y cruzaria cielo, montañas y mar, con tal de mantenerla a salvo. La zarandeo para devolverla de los brazos de morfeo, sin embargo la chica no reaccionaba, se asusto, pero entonces la chica parpadeo y lo observó confundida.

-¿Evan?.-Miro a su alrededor y noto que solo estaban ellos dos. Poso su mirada en él y noto lo cerca que estaban. Por el susto de que la joven no despertaba la había puesto en sus piernas, como a una bebe.

-¿Estas bien?, deberías estar cenando.- acuso el hombre. Ella se incorporo, pero no se bajo de sus piernas, al contrario se acomodo, colocandose sobre su regazo, de frente a él, con una pierna a cada lado de el chico.

Él observo la posición de la chica y sonrió.

-Solo tenia mucho sueño.- se aprieto contra él para que no la mirara.

-Mirame pequeña. - alzo la mirada y Evan sonrió. Con sus dedos acaricio la mejilla de ella, sus dedos se sentían cálidos en su piel, cerro los ojos sintiendo la caricia suave de Evan y suspiro.

Evan por su lado no hacia nada más que contemplarla. Ella abrió sus fanales color jade y miro su boca. Esos labios rosados y carnosos, de pronto deseo los labios de Evan sobre los suyos y El joven lo notó, notó el deseo de la chica.

-Kalyla...- jadeo él.

-Evan...

Besame.

Besame.

Besame.

Eso era lo que su cerebro pensaba.

-¿Puedo besarte?.- pregunto avergonzado.

Ella asintió.

Entonces paso.

Poso sus labios sobre los de ella, se sentía bien. Sus labio con los de ella. Su labios eran suaves y se movian a su ritmo. Sin embargo el no quería asustarla, así que la beso suave. Tomando su labio inferior y luego el superior. La chica gimio en su boca, pero no le importo, enredo sus dedos en el cabello castaño de Evan y siguió el ritmo que este tenia. Con su lengua Evan acaricio su labio inferior. Y ella siendo una inexperta pero excitada con el momento, entre abrió sus labios y la lengua de Evan entro en su boca. Busco la de ella y la acaricio, jadeo en la boca de ella y gruño entonces. Se alejo pues no eran inmortal y necesitaban el aire para respirar.

La chica miro al suelo sus mejillas ardian y estaban de color carmesí de la verguenza.

Evan por su lado la contemplo con miedo, temía asustarla, temía que se alejara de él.

-Kalyla...- la voz de él, sonaba ronca, y ella sintió su estomago revolverse, nunca en su vida había deseado a un hombre como deseaba a Evan, si embargo la sensación le gustaba.

Alzo la mirada y se removio en el regazo de él. Evan la tomo de la cintura, pues era hombre y tenerla en esa posición tan peculiar lo estaba enloqueciendo, ademas la chica estaba justo encima de su entrepierna. Trago saliva y la miro.

-¿Mmm?.- ella tenia mucha verguenza.

-Mirame.- ella obedecio. Él empezó a acariciar su cintura con sus pulgares.

-Tengo mucha pena.- murmuro ella y se mordio el labio inferior, él trago saliva de nuevo al ver ese acto de su pequeña.

-No deberías. Pues seguire besandote.- afirmo el hombre y le dio un casto beso. Ella río.-Eres hermosa, Mi pequeña.

Mi pequeña.

Así la había llamado la noche anterior.

Miro al hombre atenta.

-¿Mi pequeña?.- desde que el joven la llamo así la primera vez, quiso preguntar.

Evan asintió.

-Mi pequeña, solo mía.- lo abrazo y se quedo allí acurrucada en sus brazos. Había descubierto que ese era el mejor lugar del mundo. Ahí, junto a él.



¡HOLA!, espero que estén bien. Pie yo lo estoy. Jajajajaj.

Seguro se preguntaran, ¿pprque no has actualizado?.

Pues tengo algunas razones: primero: estaba mudandome, segundo: tuve algunos problemas familiares, tercero: no tenia inspiración.

Pero aquí esta el capítulo.

kalylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora