Epílogo.
Años Después.
"Cuando se te arrebata algo de importancia, se te apremia con algo de mucho más valor".
Ahora creo firmemente en ello, me arrebataron mi infancia, mi libertad, mi felicidad, mi pureza... No obstante a cambio de ello me obsequio personas muy importante y especiales; Evan, Amanda, Roberto e incluso Selina, una enfermera, fue esta mujer quien me atendió en aquella ocasión en el hospital, de tan solo recordar esa situación se me revuelve el estómago y siento que voy a devolver lo engullido. Sacudo la cabeza tratando así alejar esos recuerdos de mi memoria.
-Kalyla hoy es el gran día. - lo observo Embelazada, sonrió asintiendo varias veces.
-¿Que crees que será?, ¿niño o niña?. -pregunte emocionada de verdad.
Poso su mano sobre mi muslo, sin dejar de mirar a la carretera.
-Lo que sea no importa. Lo único importante es que tenga buena salud, pequeña. - aprieto mi muslo mirándome de reojo.
Asenti estando completamente de acuerdo con él. Coloque me mano sobre la de Evan.
-Tienes razón.
-Si, ¿tu padre ya sabe de esto?. - chasquee la lengua. Mi padre... Al pasar lo años logre establecer una relación con él, me ayudó mucho y aunque antes estaba molesta con él por abandonarme, ya no, había incluso aprendido a quererlo, fue difícil al principio pero, con el pasar del tiempo, lo logre. Se podría decir que lo amaba ahora. Con Sofía fue aún más complicado ella era terca y orgullosa, no obstante nada es imposible y ahora nos hablábamos sin disputa, e incluso ahora eramos amigas.
Negué con la cabeza.- No...
Me miro negando.
- Kalyla. Me hubiese gustado tener la aprobación de tu padre.
- Eso no cambia nada. Igual tendremos un niño y punto.
- Que testaruda te me has vuelto, pequeña.
Solté una risita.
- Te amo.
- Te amo más pequeña.
El camino a nuestro próximo destino fue en silencio, no un silencio desagradable, más bien un silencio tranquilo.
Detuvo el auto. Observe el lugar por la ventana. Muy colorido.
-Es hora...- susurro Evan yo asenti.
- Lo es.
Ambos salimos del auto cogidos de la mano. Estaba nerviosa, muy nerviosa, no sabía lo que iba a pasar y la incertidumbre me estaba matando.
- ¿Y si no soy una buena madre?.- Solté de pronto deteniendo a mi esposo. Este me miro ceñudo.
- No digas tal cosa, serás una maravillosa madre mi pequeña Kalyla.
Estaba aterrada, ¿que tal si resultaba ser como mi madre y, me volvía cruel y despreciable?.
Negue con la cabeza. No, yo jamás sería con ella.
Pero, aún así la duda estaba allí, el temor. No quería defraudar a Evan, habíamos esperado mucho para este momento. No lo echaría a perder por mi cobardía.
- Esta bien, vamos.- susurre
Evan suspiró.- Te amo Kalyla, te amo con el alma y, porque te amo y te conozco se que no serás como tu madre. Eres mejor que ella.
- Te amo.
Evan no contestó, en su lugar me cogió de la cintura y estampó su boca con la mía. Su beso era suave y delicado, suspire e introduje mi lengua en su boca, intensificando así el beso, gruño en mis labios y hundio una de sus manos en mi pelo, con la otra aún sujetaba mi cintura. Enrrede mis manos en un pelo y lo jale. Mordisqueo mi labio inferior. Gemi.
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kalyla
RomanceNo! ¡No me toques, no porfavor!- Sus gritos son callados a golpes, golpes que marcan no solo su piel, también su alma. Sus manos acarician todo su cuerpo, su tacto la hace virar de miedo. Su madre no hace nada. Ella no soporta que la toque.... - Mir...