Estaba en su casa, preparaba la cena para él y Sofia, removía la carne guisada mientras tatareaba una canción. El timbre sonó, fruncio el ceño, Sofia no podía ser porque ella tenia llaves de la casa. ¿ quien seria?.
Bajo la llamas de la cocina, coloco el paño con el que se estaba limpiando las mano en la mesita y camino a la entrada. Abrió la puerta.
-¿Que haces en mi casa?.- zanjo el hombre. La mujer rodo los ojos, solo se tardaria unos minutos y luego se largaría lejos.
-Roberto necesito tu firma.- demando.
-¿Para que?.- quiso saber mirando a Karla ceñudo.
-Para sacar a Kalyla del pais.- Roberto negó.
-No dajare que te la lleves. Ni en tus sueños.
La mujer que ya se estaba irritando soltó una maldicion.
- No te molestare mas en tu puta vida.- chillo, él hombre negó sin parar. La mujer rompio en llanto, cansada ya.- por favor, necesito sacarla de aqui.
-¿porque?.-preguntó Roberto, la chica chillo desesperada.
-Porque, porque, ella está en el hospital. - dijo al fin mirando al piso. Roberto abrió los ojos de par en par.
-¿Que le hizo ese maldito?. - Interrogó el hombre. La mujer no pudo más, rompió en llanto, se tapó el rostro mientras gemía. -¡Habla!.Karla negó. -No lo se, él la golpeo. - susurro.
Roberto la tomó del brazo y la metió en la casa.
-Quiero que me digas que es lo que esta pasando con ella. -Karla lloro con más fuerza.
Tarde o temprano el hombre se iba a enterar, sabía que Simone la iba a golpear pero ya era hora de que él supiera la verdad.
Con lágrimas en los ojos, el cuerpo temblando de miedo. Dijo todo, todos los años de tortura por los que tuvo que pasar la pequeña por su culpa, por amar a Simone.
Roberto se quedó en completo shock, no lograba procesar la información, todo aquello era culpa de él, se sintió tan culpable que sin más empezó a llorar. Karla lo observo mientras lloraba ella también en silencio. Sintió un peso menos un poco libre quizás. Cerro los ojos, esperando alguna reacción de Roberto, pero este solo lloraba y se lamentaba, entonces de pronto se levantó y con determinación miro a Karla.
-Le diré que soy su padre. -La mujer empezó a negar sin parar.
-No, no, no. Tengo que llevarmela. -El hombre ignorando por completo tomó las llaves del auto y Camino a la entrada de la casa.
-Luego iré a la policía. - señalo a Karla. - haré que ambos se pudran allí, ya lo veras.
Karla soltó un grito ahogado comenzando a suplicar, no obstante, Roberto no la escuchaba estaba tan enojado, debió llevársela cuando era niña, pero no, el miedo pudo más. Salió de la casa, con ella detrás de él.
-No intenten huir o será pero, eso te lo puede jurar. -Importando le realmente poco lo que la mujer hiciese con su casa puso el auto en marcha, iba al hospital a ver a su hija, aun sabiendo que esta lo iba a odiar por haber dejado en manos de esos seres sin escrúpulos.
Despertó con un intenso dolor de cabeza, oh Dios si que le dolía la cabeza, busco a Evan con la mirada pero no estaba por ningún lado, ¿donde estará?. Cerro los ojos, había hecho un buen espectáculo que vergüenza. ¿Por eso se había ido?. No, él no haría eso.
La puerta se abrió era el doctor.
-¿Como te sientes?.- hizo una mueca.
-Creo que bien.- susurró. El doctor se acerco midió su temperatura y con una pequeña linterna alumbró sus ojos, eso la cegó por unos instante.- La fiebre bajo, ¿te duele la cabeza?.
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kalyla
RomanceNo! ¡No me toques, no porfavor!- Sus gritos son callados a golpes, golpes que marcan no solo su piel, también su alma. Sus manos acarician todo su cuerpo, su tacto la hace virar de miedo. Su madre no hace nada. Ella no soporta que la toque.... - Mir...