Evan te deseo, te deseo.

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Llego a su casa, Evan la había dejado a una esquina de la misma, a paso lento camino y suspiro antes de abrir la puerta de su casa, entro procurando no hacer ruido, pues la casa se sentía sola y en total silencio.

Llegó a su cuarto y se lanzo en la cama con una sonrisa en la boca.

Supo entonces que aunque  Aveces Pasamos Por Momentos Duros, El Tiempo Pasa, El Dolor Se Va Y Entra La Felicidad, Y Todo Es Por Algo, Evan era ese algo que cambiaba todo, Evan era eso que había esperado por tanto tiempo. Esa noche no salio no quería ver a Simone y a Karla, se quedo allí pensando porque no podía dormir, esa noche su padrastro no molesto y ella lo agradeció.

[...]

Una semana, una semana había transcurrido, durante ese periodo de tiempo no había visto a Evan, dentro de dos dias se iba a Venezuela y ella no se quería ir sin despedirse de él. Sus maletas ya estaban casi lista y Amanda se encontraba muy afligida de que ella se fuera por un mes.

-Porque no te quedas en mi casa...- había mencionado la anciana, Kalyla sonrió y negó.

-Karla se enojara mucho si hago eso, Amanda.- la mencionada hizo un puchero.

-Tienes razón.- Kalyla, la miro y se mordio el labio inferior, quería preguntarle sobre Evan, pero se sentía abochornada.

-¿Puedo hacerte una pregunta?.

-¿Ya no la estas haciendo?.- se burlo Amanda, Kalyla rodo los ojos. La viejita soltó una carcajada.- Habla pequeña.

Ella se sonrojo entonces, al recordar que su nieto la llamaba así.

-¿Donde esta Evan?, ¿Como esta?.

-Esa son dos preguntas.- Kalyla gimio al ver que la anciana se estaba mofando de ella.- Vale, vale. Evan ya viene, le dije que te ibas y se mostró muy desesperado, y esta bien.

-¿Él viene?.- Amanda asintió sabia que algo pasaba entre esos dos y aunque sabia que su nieto era mucho mayor que Kalyla, sin embargo sabia que su nieto no le haría daño a la chica.

-No tarda en llegar.- aseguró la anciana. Justo en ese momento, lo vio llegar. Kalyla se puso nerviosa de pronto, sintió sus manos sudar y sus piernas débiles, lo vio acercarse con pasos seguro. Trago saliva.

-Hola, Evan...- musito una vez lo tuvo frente a ella. El aludido sonrió feliz de verla luego de una semana.

-Mi pequeña... - susurro él, mirando la con detenimiento. Las mejillas de la chica se tiñeron y bajo la mirada nerviosa.

-Bueno yo me voy, quidence- rompió el silencio Amanda, ambos chicos asintieron y la anciana se dio media vuelta para irse.

-Adios, Amanda- se despidió ella.

-Adios, Abue.- dijo Evan.

Una vez estuvieron solos Evan la saco de allí y se la llevo a su casa, pues ahí nadie los vería.

Kalyla estaba muy nerviosa, visitaria por primera vez la casa de ese maravilloso hombre. El auto se detuvo el una casa de dos plantas, en una residencia muy bonita y que de seguro ahí solo vivía gente de mucha plata.

-Hemos llegado.- Él también estaba nervioso, tenerla en su casa y estar solo, no era una buena combinación y mas si la deseaba tanto como lo hacia, estaba perdiendo la cordura.

-Ujum..- fue la respuesta de ella, el hombre apago el motor del auto y salio del mismo ella lo imito.

Caminaron hasta la entrada y él introdujo la llave en la cerradura, esta crujio al contacto de la llave cediendo a ella.

-Adelante.- murmuró una vez la puerta abrió. Ella entro y luego lo hizo el cerrando detrás de si, ella empezó a husmear todo a su paso con la vista, era un lugar lindo y espacioso, las paredes de color azul claro y retratos por toda lados.

-Bonito.- susurro ella. Evan sonrió satisfecho.

-¿Quieres algo de tomar?.- preguntó él. Ella negó. Entonces el se acercó y la tomo de la muñeca atrayendola a él.

Kalyla trago saliva pues su garganta la sentia seca y lo miro atenta.

-Evan...- bajo su mirada a los labio de él y quiso probarlos.- besame...

Él trago saliva y la beso, la sujeto de la cintura y la beso con frenesí y deseo, ambos jadearon y Evan la alzo, logrando así que ella rodeara con sus muslo en las cadera de él. Gimio al sentir la entrepierna de él cerca de su entrepierna.

-Debemos detenernos...- la voz de él sonaba ronca, y eso la excito.

-No...- volvió a unir su boca con la de él, Evan jadeo y al sentir sus piernas débiles sentó en el sofá detrás de si. Enredo sus manos en los cabellos de él y este muerto de deseo, metio sus manos por dentro de la blusa de ella, esta gimio y se removio en el regazo de Evan, sintió la erección y jadeo.

-Kalyla.- ella gruño en respuesta.- te deseo...

Dijo con su cara hundida en su cuello, kalyla ladeo la cabeza y le dio mas acceso. Tomo la blusa de la chica y se la quito, dejando la desnuda del torso. La observó atento, sus pechos eran pequeños si embargo le encantaban y lo excitaban irremediablemente, ella busco los labios de él y los encontró, besandolo, provandolo con mucho deseo.

-Evan, te deseo, te deseo...- gimio ella, él aprieto la cadera de ella.

-Si algo te molesta solo detenme.- ella asintió y Evan quito su sostén. Gimio mirando esos pechos redondos y erectos, solo para él. Los beso  con deseo y ella hecho la cabeza hacia atras.

-vale...- se incorporó y le quito la camisa a él...

Él acariciaba su cabeza con suavidad, la había hecho suya y la amaba mas que nunca.


Ya decía yo que se habían tardado tanto para dar ese paso!!! Jajajajaj amos a esos dos.

Una vez mas lamento la tardanza, pero aquí esta el cap, a partir de acá, muchas cosas cambiarán, solo los estoy alertando. 

kalylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora