Capitulo 28

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- Yo podría ayudarte - dije con la voz firme.

- ¿¡Que?! ¿Estas loca? ¡No! - rió nervioso.

- Oh vamos he visto un pene en mi vida, uno más que más da - el me miro sorprendido.

- ¿Tu que...? - reí.

- Si lo se, es difícil de creer - bromee.

- Está bien que hayas visto un pene en tu vida, pero no el mío y no lo verás nunca - dijo firme.

- ¿Estas seguro? - y me posicioné a horcajadas de el, se tensó al instante.

- ¿Que... Que... Ha... Haces? - su voz sonaba temblorosa.

- Me siento aquí - me encogí de hombros, dirigí mi mano hacia su nuca, con mis uñas empece a acariciar su cuero cabelludo, el cerro los ojos, haciéndome saber que lo que le hacia le gustaba.

- ¿Te gusta? - el asintió todavía con los ojos cerrados, bien voy a admitir algo, sus labios se veían deliciosos.

Se que dije que preferiría morir antes de besarlo o algo que tuviera que ver con el suicidio antes de tocar sus labios, pero en estos momentos estoy perdiendo el control de mi misma, mi sistema tiembla y se me pone la piel de gallina al escuchar los jadeos de Iván.

Deje de hacer las caricias y me quede mirándolo un largo rato, seguía con los ojos cerrados, se veía muy sexy, muy relajado.

- ¿Porque paraste? - dijo abriendo sus ojos, jodeeeeer sus ojos, pero que hermosos ojos tenía ese hombre, eran el mismo cielo en ellos.

- No se - me encogí de hombros, el rió.

- Es la primera vez que alguien me acaricia así - lo mire confundida.

- ¿Si? ¿nadie nunca lo hizo? - el negó con la cabeza.

- Hay muchas cosas que no eh hecho en mi vida, la mayoría son cosas comunes, que simplemente no hice - se encogió de hombros.

- A ver dime algo - incité a que me dijera más.

- Nunca he jugado algún deporte, nunca he bebido alcohol, nunca tuve una mascota de ningún tipo - lo mire sorprendida ante lo último.

- ¿Nunca hiciste nada de eso? - el negó con la cabeza - puedo justificar el de beber alcohol, hay personas de tu edad que no lo han probado y nunca lo harán porque no ven necesario el tomar alcohol - me encogí de hombros.

Recién luego de un rato me doy cuenta en la posición que estamos, el se ha acomodado pero no me ha sacado, está apoyado en sus brazos hacia atrás, se ve relajado y no tan malhumorado como siempre. Ya no parece molestarle mi presencia encima suyo.

- Nunca he besado a una chica - dijo derrepente.

Mis ojos se abrieron como platos ante su confesión.

- Nunca tuve una novia, nunca me gustó nadie, nunca me había relacionado tanto con una chica - suspiro - nunca había estado tan cerca de una chica como lo estoy ahora contigo, y todas la veces que tu te me acercaste mucho, me ponía nervioso porque simplemente esa sensación de tener a una mujer tan cerca mío, era nueva para mi - dije relajado.

- Guau! No me esperaba tanta información, pero me siento afortunada de ser yo a quien se lo compartas - sonreí para el, el sonrió en respuesta.

- Lo se me siento raro en este momento - reí bajo.

- ¿Y porque nunca besaste a una chica? ¿Ni en la botella borracha? ¿O por un reto? - el negó.

- ¿Que es la botella borracha? ¿Hay que estar ebrio para jugar eso? - yo reí, en cierto punto si, pero no era por eso que se llamaba así.

Guerra de GemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora