REY STEPHAN

Capítulo 1

Oscuridad

Esa palabra describe el mundo en este entorno de la historia, donde cada región de la tierra era gobernada por ellos, muchos los llaman bestias, otros, licántropos, y los adolescentes prematuros los llaman hombres lobos, todos los llaman de forma diferente, más no nos concentremos en su nombre.

Si no, en lo que son capaces.

Ciudades enteras quemadas, personas muertas, niños sin madre, son un poco de lo que hicieron en la tierra. Bestias, que tienen la capacidad de adquirir forma humana y jamás ser detectado por la sociedad, y a su antojo convertirse en animales de tamaños descomunales sedientas de sed de sangre, matando a quien estuviera a su paso.

Nuestra raza no pudo con ellos. Cada guerrero, muerto en batalla, cada gobierno derrocado, nadie pudo escapar; al parecer ellos se dividían por manadas, y luego de que la mayoría de las personas de alto rango en el planeta fueran capturadas, eligieron un rey, no un nuevo presidente, nada de eso, un rey, el cual tiene autoridad en todo el planeta, dejando en cada país a una persona de confianza para supervisar dada región, el trabajo de estas personas era que se cumpliera su voluntad.

El rey Stephan Black

Despiadado, astuto, psicópata, inteligente, asesino y muchas otras palabras horribles se acomodan en la lista.

Se dice, que era el alfha de la manada más poderosa en el mundo, que el dirigió la guerra contra los humanos, mas sus hermanos codiciaron su poder y durante una noche trataron de llevar a cabo su plan de asesinato, y así ellos quedar como líderes de las bestias, mas no contaron con que el rey supiera su plan, mato a sus hermanos esa misma noche, adquiriendo su fuerza, y su poder, de allí viene su canción, echa por su pueblo animal.

Con el poder de 5 lobos, el rey los derrotara, corran corran por sus vidas la guerra ganara, y con sus garras en alto, demostrará nuestro poder, entre tantos humanos el subirá al trono como un rey.

El rey no envejece, si nuestros datos son ciertos, el día de hoy tiene 184 años, más su apariencia sigue siendo joven.

–Y bueno, llegamos al día de hoy, donde como todos ustedes lo saben, ha sido duro, luego de 24 años desde que este nuevo...estilo de vida, lo único que tenemos es que agradecer, que luego de un convenio entre los pocos líderes que quedaron, nos admitieron vivir, educarnos, tener una casa y trabajar, deberíamos gratificar que nos dieron estos derechos, y lo único que podemos retribuirles es seguir el protocolo he implorar que el rey no cambie de opinión... Muchas gracias. –Dijo el profesor Patrick dando la clase por terminada.

Empecé a guardar mis cosas rápidamente en mi mochila igual que todos en el salón de historia y probablemente toda la escuela. Hoy hubo un toque de queda a nivel mundial, y nadie quería estar afuera a eso de las 5 pm, muchas personas se quedaron fuera después de la hora, a muchas personas no se les volvió a ver. termine de guardar mis cosas y salí de la habitación. Muchos adolescentes salían por la entrada principal y comenzaban a correr para no quedarse afuera, y yo no era excepción; corría por las calles en dirección a mi casa, observando como loca mi reloj una y otra vez.

-4:44

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Ya casi llegaba, solo faltaban unas casas más, ya al ver que estaba a unas 2 casas deje de correr y comencé a caminar tratando de recuperar el aire, mis pulmones lloran...literal.

Cuando llegue a la puerta, empecé a buscar las llaves en mi bolso, mas por mas que busque hay no las encontré; mas eso no fue lo peor, lo peor fue que cuando revise mi reloj, todo el enojo, miedo y tristeza que había en mi alma, se concentró de una forma impresionante en todo mi ser.

5: 09

–Esto no me puede estar pasando a mi, yo no he hecho nada malo, yo soy inocente.– apenas empecé a delirar. –No quiero morir... –dije para luego correr hacia el viejo árbol muerto que se encontraba a unos metros de mi, me agache y empecé a llorar.

–Tal vez ellos no vengan... si, tal vez ellos no pasen hoy por aquí.--Solté en un susurro, dije esas mismas palabras una y otra vez, sin para los siguientes minutos.

Mis ojos se encontraban rojos e hinchados, mis mejillas húmedas y mi corazón... ni hablar de él. muchos aún no entienden la gravedad de la situación, muchos rompen las reglas pensando que nada pasara, que ellos en realidad al formar un toque de queda solo lo hacen para asustar... muchos idiotas.

Mis padres se convirtieron en esos idiotas.

Lo vi todo; ese día también había un toque de queda, yo y mi madre llegamos temprano a casa, más mi padre no contó con la misma suerte, el trabajo terminó unos minutos más tarde de lo normal, mas esos minutos bastaron para que toda alma en la calle simplemente desapareciera; cuando él llegó a la entrada de la casa ellos aparecieron, y simplemente lo tomaron por la fuerza y lo montaron a la camioneta, mi madre, uf.. , mi madre también salió, supongo que a proteger a mi papá, en realidad no lo se, y en el trayecto rompió la regla número 1.

Jamás te metas con uno de ellos.

Se los llevaron, no los volví a ver una semana después en ataúdes, fue la semana más dura de mi vida.

No quiero morir por la misma estupidez que ellos, no lo haré.

Unos brazos me tomaron de una forma brusca haciéndome levantar la cabeza instantáneamente levante la mirada y esos ojos amarillos me llenaron de terror.

– ¡Chicos! encontré a una rebelde– dijo subiéndome en su hombro para luego comenzar a caminar, de una forma tan relajada, era como si el viento susurraba en mi oído.

–Estás muerta.

-Mm... una chica bonita–escuche decir a otra voz, el chico que me atrapaba me tiró al suelo haciendo que todo se empezará a mover– Nos la quedamos? rompió el tratado, podemos hacer lo que se nos plazca.--Su risa no se hizo tardar, y poco a poco de los demás árboles salieron muchas risas más.

Yo solo cerré los ojos, no los quiero ver, mas como siempre hago, lo primero que digo que no haré, lo termino haciendo. abrí los ojos y los vi, parecían personas normales, pero sus ojos, todos los ojos amarillos observándome a mi, sus colmillos y parte de su pelaje en sus mejillas.

–No– una voz fuerte hablo a mis espaldas, voltee la cabeza de una forma brusca y encontré a un hombre alto y de espalda ancha, sus ojos eran de un color azul claro no se hacía pasar por alto, jamás había visto a un lobo con ese color de ojos.- el rey está en la ciudad, podemos ver de lo que es capas en realidad.- sus palabras me helaron la sangre, mis pulmones perdieron el aire, y de repente comienzo a temblar.

– ¡NO! ¡NO! ¡NO! puedo explicarlo, yo no soy una rebelde, no fue intencional, lo puedo explicar– no podía respirar, mi voz al igual que mi cuerpo temblaba, mis lágrimas corrían cual cascadas y mi mente solo pensaba algo, moriré, ya no hay duda.--no quiero morir por favor.

Ellos simplemente se reían, yo aquí, tirada en el suelo con mis lágrimas y sollozos presentes.

–Veremos que hará Stephan, mientras tanto, no quiero a una niña lloriqueando. – Escuche segundos antes de que todo se volviera negro.