Mi mente era como la de un náufrago, al principio trataba de mantener la tranquilidad, aunque poco a poco mi cordura se iba evaporando. Ya en estos momentos entre en la penúltima etapa: entrar en la locura. Al arrastrarme hacia la pista del aeropuerto entre en pánico, intente escapar...dos veces, y en ninguna de ellas logre cumplir mi cometido, ya mi garganta me dolia de tanto gritar, y el rey Stephan... el solo me dijo algo.
—¿Por qué tratas de huir mi cielo, no te puedes ir sabes? El mundo está bajo mi control y pronto lo estará bajo el tuyo. Regiremos a todo mi pueblo y al resto de los miserables humanos—quito un cabello que me tapaba la cara—hagamos un trato, ¿Si Charlie? Yo no me iré, no me alejare de ti jamás, así que tú no escaparas, no te alejaras de mí en ningún momento, ¿Te gusta el trato?— Me dijo con una sonrisa macabra, me negué intentando separarme de el-m.. qué pena, quería que fuera todo fácil mi amor.Luego de eso le hiso una señal a un hombre que estaba a nuestras espaldas, el cual me levanto y me puso sobre su hombro, comencé a golpear su espalda con todas mis fuerzas, mas este ni siquiera nota mis golpes. Estaba cansada, mis ojos pesaban y mi cabeza dolía, ya no quería estar aquí, lo último que vi, fue a Stephan mirándome con una sonrisa psicópata.
Al abrir los ojos estaba acostada en una cama muy suave, mas la habitación era muy opaca, me levante lentamente observando el cuarto, completamente negro, el único rastro de luz es la que desprende de una lámpara.
Me levante con calma más tuve que sostenerme por un mareo repentino, y cuando me pude recuperar explore la gran alcoba , me encontré con un espejo y mi propio reflejo me dio miedo, parecía un zombie; mi cabello enredado,el maquillaje corrido y pues mis ojos, rojos e hinchados, mi apariencia era lade una persona demacrada, mas, sinceramente le puse muy poca atención, solo me mire, dure así unos cuantos minutos, solo mirándome en el espejo.Cuando un ruido se escuchó a mis espaldas, tome un jarrón que estaba a mi lado y lo lance en esa dirección.
-déjame en paz!-grite escondiéndome en un armario, el cual tenía más ropa de la que yo tuve en toda mi vida.
Un grito ahogado logre escuchar, mas muy femenino, saque un poco la cabeza y observe a una chica, y a un lado de ella estaba el jarrón hecho pedazos en el suelo, su apariencia era linda y su cara un poco tierna y su pelo de color rojo, mas su cara de sobresalto no se podía ignorar, y yo era culpable de eso.
-O por dios-Salí de mi escondite y camine hacia ella, tome su cara y la examine y luego hice la misma acción con el resto de su cuerpo.-estas bien? Te hice daño? No sabes cuánto lo siento, no creí que fueras tú, creí que era...
Mis palabras quedaron en el aire, puesto que se volvió a abrir la puerta y el entro, su cara demostraba su disgusto, nos observó a mí a la chica, ella bajo la mirada por instinto y supuse que yo debía hacer lo mismo, más el me tomo la cara y me hiso mirarlo.
-tú no tienes la necesidad de bajar la mirada, tú no eres un esclavo.-hablo con un tono que en las cortas palabras que me había dicho antes no lo había usado.-ya te puedes ir zarina.
La chica pelirroja salió con una velocidad impresiónate, dejándome sola. Me soltó la cara y se sentó en un sillón que había en la habitación, y empezó a mirarme, yo solo me limite a observar hacia otro lado, camine hacia una puerta y la abrí, un baño del tamaño de la habitación misma estaba ante mis ojos, solo me dispuse a entrar bajo la mirada de aquel hombre, más su voz me detuvo justo cuando iba a cerrar la puerta.
-arréglate, la mansión está a tu disposición, si necesitas algo dile a los sirvientes, yo voy a estar en mi despacho.
Cerré la puerta y pase el cerrojo, mis ojos picaban mas no quería llorar, no con el escuchándome. Empecé a llenar la bañera de agua y de jabón de chocolate, siempre a sido mi favorito, hacia todo con mucha precisión, tratando de distraerme de las inmensas ganas que tengo de llorar;cuando ya todo estaba listo me despoje de mi ropa, quedándome completamente desnuda, entre a la bañera y me sumergí completamente, aguantando la respiración, un ruido logre escuchar atraves del agua, y me deje ir, salí a la superficie en silencio y luego comencé a llorar, recordé momentos que pasaron en mi vida, a mis padres, y a mis conocidos, mis sollozos eran fuertes y mis lagrimas unas cataratas, me di cuenta de que no aproveche mi juventud. seguí bañándome mientras dejaba salir mis penas que se mezclaban con el agua, mis sollozos que rebotaban en las paredes y mis manos que temblaban al pasar por mi cuerpo; soy débil y todos lo notan, no soy fuerte, no soy valiente, ni tampoco soy una chica importante, solo soy yo.
me levante y me seque, me vestí y luego salí de la habitación; a un lado de mi puerta estaba unos hombres altos y mandíbulas como yunques, pase a un lado de ellos y comencé a caminar por el largo pasillo de paredes rojas cual sangre, los hombres seguían mis pasos, seguramente les dijo que lo hicieran. miles de puertas pasaban y a mi sinceramente ninguna me interesaba, mas una simple palabra convirtió mi tristeza en... una tristeza emocionada.
Si, en eso.
biblioteca
entre y sentí como mi corazón salio volando hacia otra galaxia, millones de estanterías y millones de libros, un mundo de imaginación, aventura, sufrimiento, y poder, todo es esta habitación; comencé a caminar, notando que los hombres se quedaron afuera.
-mejor para mi- dije en un susurro inaudible.
tomaba los libros que llamaban mi atención, cuentos, novelas y leyendas, mas una mesa, en la esquina del cuarto me creo curiosidad, tenias que pasar por unos estrechos pasillos para llegar a ella, de lejos ni siquiera se podría apreciar; deje los libros que tenia y me acerque a esta, llena de polvo y telaraña, una silla de madera que rechino al sentarme, y un libro, lleno de polvo y con la cubierta rota, pase mi mano por la pagina y pude apreciar su nombre
-diario de ragnark dublin.-susurre con intriga.
abrí el libro de paginas amarrilas y comencé a leer.
-mi nombre no es el que acabáis de leer en la portada, vivimos en la época de rebelión y no creo que mi reputación se favorezca mucho al decir mis secretos en papel , lo único que diré es que soy una mujer, bueno pues díganme ragnark. estamos en pleno inicio de la rebelión de las bestias de la luna, temo por mi familia, por mis hijos, mas trato de ser fuerte, no por mi, por ellos, mi esposo murió en manos de ellos una noche de luna llena, y e estado desarrollando unas habilidades extrañas, e tenido ciertas visiones, fragmentos pequeños de la vida de alguien, no de la mía , ni la de mis hijos, si no la de una chica a la que llame: siria.
me muestran su sufrimiento durante las noches, y sus alegrías durante el día, e ido a donde las bestias consultan su destino, donde una bruja llamada vladikaris y me dijo que era como ella, y mis hijos igual, sinceramente, no tenia tiempo para pensar en eso, solo en mi mente estaba siria. me dijo que ella aun no había nacido , que sufriría mucho en el camino, y que a mi me asignaran que ella cambiara el destino del mundo.
lo se confuso.
luego me dijo que su nombre era:
charlie.
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hola! soy yo
saben me impresiono de que apenas publique esta historia hace una semana y ya tengo 80 vistas...
-con que así se siente-dije para mis adentros.
solo les quería decir que voten, comenten y recomienden REY STEFHAN a sus amigos y conocidos y así agrandemos nuestras pequeña familia.
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REY STEPHAN
WerewolfOscuridad Esa palabra describía el mundo en este entorno de la historia, donde cada región de la tierra era gobernada por ellos, muchos los llaman bestias, otros, licántropos, y los adolescentes prematuros los llaman hombres lobos, todos los llaman...