Extraña, no tanto

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Horas más tarde y a varios kilómetros de la ciudad, en una habitación de hotel, una Jazmín adolorida y mareada trataba de abrir sus ojos pero sentía un gran peso sobre sus párpados. Esperó un rato e hizo el intento nuevamente. Esta vez con éxito. Lo primero que sintió fué el tremendo dolor de cabeza. Se llevó la mano a su cien izquierda, haciendo una mueca de dolor y notando un vendaje sobre ésta. No estaba atada ni amordazada, eso era un buen indicio. Trató de incorporarse en aquella cama para poder observar mejor en donde se encontraba pero ni bien hizo presión con su muñeca izquierda, sintió un dolor que corría a través de ésta. Por suerte no estaba rota, de seguro se trataba de un esguince.

Estaba en una habitación de hotel, eso era seguro. Pero no era el hotel 5 Estrellas. Agradeció que la luces estaban apagadas. Hizo ademán de buscar el cel en su campera de cuero pero se dió cuenta que no la traía puesta. Se horrorizó más cuando recordó que dejó su celular dentro de su auto. Con la poca luz que provenia de afuera, divizó la campera colgada en una de las sillas. Jazmín no entendía nada. Estaba fuera de sí y gran parte era por la contusión debido al golpe. Solo recuerda haber escapado de aquel Mercedes y luego el choque. Y a partir de eso la memoria de la colorada se había vuelto completamente blanca.

Se incorporó en la cama lentamente para poder levantarse. Cuando lo hizo, empezó a inspeccionar aquella habitación de hotel. Encontró sus pertenencias sobre la mesa; billetera, pistola, placa. Todo estaba en orden. Agarró su pistola para comprobar que todavía contenía balas y el cargador estaba lleno. Todo lo contrario a esa habitación que estaba completamente vacía. Se dirigió al baño para lavarse la cara. Se veía terrible. Algunas gotas de sangre adornaban su rostro así también como su sweater gris. Estaba pálida y tenía algunos cortes en su mano. Abre la canilla del lavatorio dejando correr el agua y con sus dos manos hace un montoncito para juntarla para luego echársela en la cara. Cierra la canilla, suspira lentamente y se queda con los ojos cerrados. Lo único que se le vino a la cabeza fué la hermosa carita de Flor y rogó por que no se preocupara mucho.

Al lado, en una habitación contigua dos personas mantenían una discución.

PERSONA: -(Molesta) A ver Walter..¿qué parte no entendiste de hacer esto con cautela? Es obvio que se dió cuenta-

WALTER: -No es tonta, acuérdese que es policia-

PERSONA: -Hay que averiguar de donde salió ese coche. No me creo que solo fué un accidente. Menos mal que no le pasó nada (suspirando) .No puedo creer que la tenga a unos metros (nerviosa y ansiosa).

WALTER: -Lo bueno es que ya sabe como es (señalándola) ¿Qué va a hacer ahora, qué va a pasar con ella?-

PERSONA: -(Acomodándose su melena oscura) Esperé muchos años para conocerla. Veinticuatro años para ser exacta. Lo último que quiero es alejarme ahora (mirándolo con esos ojos verdes) Walter, haz que suban la cena para las dos dentro de una hora. Es hora de reencontrarnos (dirigiéndose a la puerta)-

WALTER: -Si señorita González y suerte-

PERSONA: -(Dirigiéndose al cuarto de al lado. Se toma unos segundos para tratar de calmar su respiración e introduce la tarjeta para abrir la puerta)

Jazmín escucha el ruido de la puerta y sale en dirección del living. Agarra rápidamente su arma.

JAZ: -¡ALTO POLICÍA! (apuntando a la persona).

PERSONA: -(Asustada porque no pensaba que la colorada ya estuviese despierta) Ey ey tranquila (levantando las manos) No estoy armada-

JAZ: -(Que con la poca luz solo veía una sombra) ¡Date la vuelta y poné las manos en la nuca! (Acercándose a aquella persona que por su voz pudo reconocer que pertenecía a una mujer).

Más que amigasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora