Cómo enamorar a Jorge Blanco (PARADA)

16. La Ganadora

Capítulo 16.

"La Ganadora"

ME BESÓ.

¡Por qué no puedo parar de pensar eso!

Estuve dando vueltas en la cama toda la noche, no pude dormir. A penas cerraba los ojos y recordaba la sensación de sus labios sobre los míos. 

No quiero recordarlo.

Tomo mi celular y veo la hora. 10:20. Seguro Sandra entrará en cualquier minuto. No pasa ni medio segundo y abre la puerta. Ella puede pasar a mi cuarto sin tocar, así los días que despierto hasta en la tarde ella no se atrasa.

-Buenos días.- saluda, entrando con todos sus instrumentos.

-No son tan buenos.

-¿Ah sí?- pregunta empezando a sacudir mi escritorio. -¿Qué sucedió?

-Ashley me besó.

Deja de limpiar y voltea a verme con una mezcla de confusión y emoción.

-¿En serio?

-Sí.

Sonríe y levanta los brazos celebrando.

-¡Lo sabía! Le dije que usted y ella...

-Ella y yo nada. Ella estaba un poco tomada, ¿Sí?

-Oh, igual hizo lo que sentía. ¿Y usted qué hizo?

-Nada, abrí los ojos y ella ya se había ido.

Sonríe dulcemente y me mira con compasión, odio eso.

-¿Qué va a hacer ahora?

-Decirle que fue un error.

-Sabe, últimamente lo he notado distinto. Como que está volviendo a ser el mismo Jorge de antes.

-¿El Jorge estúpido al que le ven la cara?- pregunto molesto.

-No, al verdadero Jorge que no se esconde tras su máscara de famoso.

Ruedo los ojos y me doy la vuelta tapándome con la sábana. Odio cuando Sandra se pone en modo consejera.

Necesito hablar con Ashley, aunque tal vez estaba tan borracha que no recuerde lo que hizo. Eso sería lo mejor.

Hoy elegiré a la ganadora del concurso en un programa de televisión, ya debería estarme alistando para ir... Iugh, no quiero levantarme de la cama y no quiero fingir que estamos saliendo.

Me levanto de la cama para ir a desayunar. Me pongo mis zapatos y camino a la puerta, cuando abro pego de golpe con Ashley.

-¿Cómo entraste?

-Me diste las llaves... hace como 3 semanas.- La miro por un momento para saber si recuerda o no. La verdad que está normal, no como si tuviera resaca. ¿Será que no estaba borracha? -Tengo que hablar contigo.- me dice seria.

Ok... probablemente sí se acuerde.

-Está bien, vamos.

La tomo de la muñeca para llevarla al cuarto donde tengo los juegos de mesa y de video, no quiero que Sandra escuche lo que vamos a hablar. Entramos y ella se queda un rato viendo todo el cuarto, supongo que porque nunca ha entrado.

-Ok- dice cuando deja de ver. -Am, lo que pasó ayer... yo... lo siento.- Baja la mirada, apenada y empieza a jugar con sus manos. -Sé que crucé la línea, y es todo mi culpa-

Se ve tan frágil, tierna y dulce. Dios, esto no debería ser así. Lo último que quiero es que se sienta culpable, porque no es sólo su culpa, yo no he sido un santo.