34. Confesiones

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Capítulo 34

"Confesiones"

-"¿Cómo quieres que sea feliz sin ti?" O sea, ¿Cómo me va a decir eso, Sarita? Ya ves porque no quiero nada que ver con él. Me confunde con solo existir.

Llevo como una hora hablando con Sarita, sobre Jorge. ¿Pueden creerlo? ¡Sobre Jorge!

Es absurdo que esté hablando de él, es ridículo. Pero no encuentro a nadie que le haga entender a mí estúpido corazón que no debería de preocuparme por él.

-Ash, en serio, ya me cansé. Ten un poco de dignidad, mujer.

-¿No tengo dignidad?

-No pareciera. Bueno, no ahora. Antes sí me sentía orgullosa de ti, de que no hablabas de él.- Sí, claro... Como si no me la pasé llorando por él. En verdad no tengo dignidad. -Pero a penas te enteras que se casa y te desmoronas.

Me quedo en silencio. Tiene toda la razón, todo estaba bien aquí en Houston, estaba acostumbrándome al ambiente, a mis compañeros, no pensaba en Jorge.

-Mira... no sé que más decirte, porque no sé por qué Jorge te dijo eso ¿Ok? Y no quiero hacerte falsas ilusiones diciéndote que "Seguro está enamorado de ti, pero no quiere admitirlo"

-¿Sabes qué? Tienes razón. Esto solo fue un momento de debilidad, ya dejaré de pensar en él. Gracias.

-Bueno, no mientas tampoco, las dos sabemos que vas a pensar en él hasta quién sabe cuando. Pero debes aprovechar que estas a miles de kilómetros de él, pasarla bien, conoce a alguien, sal a divertirte, ten sexo alocado.

-¡Sarita!

-¿¡Qué!? Mírate ahora, acostada en tu cama esperando a que llegue un nuevo día y es lo que has hecho desde que llegaste. ¿Qué otros lugares conoces además del trabajo y el apartamento? Restaurantes no cuentan.

Volteo a ver a mi al rededor, pensando en lo que dice... Tiene razón. No he conocido casi nada desde que llegué, me la paso en mi apartamento todas las noches mientras escucho a Lucy salir a discotecas o bares. Me ha invitado, pero nunca voy. Que miseria.

-¿Ves?- Continua -No has ido a ningún lado. Cuándo vaya a visitarte no me llevaras a ningún lado, que pereza.

-Lo siento, trataré de conocer algo antes de que vengas.

-¡Eso! Quiero verte pasándola bien. Imaginate, quizás tú llorando toda la vida y Jorge en sus fiestas y borracheras, porque por más que a veces piense en ti, seguro luego se va a pasarla bien.

-Tienes razón...

-Bueno, te dejo, estoy cansada.

-Está bien. Descansa y gracias.

-No hay problema. Te quiero.

-Yo también.

Cuelgo y dejo el celular a mi lado. Escucho la puerta del cuarto de Lucy, luego unos zapatos de tacón sonar. Seguro saldrá hoy... 

¡Sarita tiene razón! Tengo que hacer más cosas, despejar la mente, salir a pasarla bien, atreverme a cosas nuevas.

Me levanto de la cama y corro para poder alcanzar a Lucy.

-¡Lucy!- grito cuando salgo y la veo en la puerta.

-¿Sí?

-¿Puedo ir contigo?- pregunto. -Vas de fiesta ¿No?

-¡Sí! Vente, pensé que no querrías ir, por eso no te pregunté.

-No hay problema. Espera, voy por mi bolso.

Cómo enamorar a Jorge Blanco (PARADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora