El reloj marcaba las 9:30 am. hacía media hora que el banco Ait Trimmings Inc. había abierto sus puertas al público en general. Algunas cajeras incluso tenían los ojos irritados quizá por una mala noche de sueño, alguna noche de diversión o simplemente por un desvelo.
Joseph y Sophie aparcaron en el estacionamiento exclusivo del banco. El plan estaba en marcha, Sophie se haría pasar por una cliente que necesitaba sacar una nueva tarjeta de crédito, mientras que Joseph iría a "buscar" un empleo. Entraron y buscaron un lugar en donde las camaras pudieran verlos claramente y así no levantar sospechas. Joseph se acercó al gerente, platicó con él pidiendo información. Sophie hizo lo propio buscando a alguien que pudiera auxiliarla.
***
Todos estaban en camino. La mini van en la que iban les proporcionaba espacio suficiente en el cual portar armas y equipo necesario para llevar a cabo sus asaltos. Rachel iba al lado de Susy, ella en cierta manera le proporcionaba seguridad, no confiaba en nadie más . Los chicos no dejaban de mirarla. Rachel sabía que lo que ellos buscaban de ella no era precisamente su amistad.
Susy la tomó de la mano.
—Tranquila —le susurro Susy dándole un pequeño apretón—, todo saldrá bien.
Rachel sonrió; pero apesar de la seguridad en la voz de su amiga aquello no la hizo sentir mejor. Tenía un extraño presentimiento. Le temblaban las rodillas y una presión en el pecho le impedía respirar. «Algo va mal» pensó; sin embargo no sabía de qué se trataba.
Vio como todos de inmediato tomaban sus armas y entonces supo que estaban cerca. Rachel se inclinó y tomó su revólver y su antifaz, los hombres tomaron armas mas grandes y un pasamontañas.
La camioneta aparcó exactamente frente al banco.***
Sophie miró disimuladamente hacia la ventana mientras fingía que le prestaba atención a la chica que le explicaba sobre los créditos y procedimientos. Tomó su móvil, solo debía esperar el momento adecuado.
***
Todos bajaron de la camioneta y caminaron con paso firme hacia el banco. El guardia —un hombre mayor de algunos setenta años— intento detenerlos pero uno de los chicos le disparo haciendolo caer al instante. Todos en el banco voltearon al oír el disparo y se pusieron de pie inmediatamente sorprendidos por lo que acababan de precenciar.
Edmund el chico que dirigía a todo el clan fue el primero en entrar.—¡Quietos todos! —vociferó— ¡De inmediato, al suelo!
Sophie tomó su móvil, marcó al 911, se bajó de su asiento acomodándose en el suelo y esperó.
Todos hicieron lo que Edmund les ordenó. Menos Joseph. El permaneció de pie esperando el momento correcto.
Rachel miró todo el lugar apuntando con su arma, se percató de que uno de los clientes del banco permaneció de pie. Lo miró bien y sus piernas flaquearon.
—No —murmuró parpadeando con fuerza pensando que de nuevo su visión le estaba jugando una broma de mal gusto. Joseph no podía estar ahí, tan cerca de ella. —No puede ser él.
Rachel tragó saliva ruidosamente ¿Que hacía Joe ahí? Simple y sencillamente ella no podía creerlo. Se sintió avergonzada de estar en ese lugar cometiendo una acto vandálico y que Joseph estuviera ahí presenciándolo todo. Por un momento olvidó que él no podía verla debido al antifaz que cubría parte de su rostro.
Edmund notó la postura y miradas desafiantes de Joseph. Sonrió y caminó hacia el.
—Creo que di una orden —dijo Edmund con voz tranquila pero amenazante. —Asi que al suelo o te volaré los sesos—. Su expresión era divertida y contrastaba con su mirada fría carente de sentimientos.
Joseph no se inmutó, permaneció callado mirándolo fijamente. Los segundos pasaban. El teléfono de Sophie había finalizado la llamada, la policía estaba en camino.
—¡Dí una orden! —vociferó Edmund.
—Ya te oí —respondió Joseph tranquilamente—. Y no lo voy a hacer.Edmud parpadeó perplejo. Nadie le había desobedecido alguna vez, era autoritario, enérgico y mal encarado por eso siempre estaba al mando de todas las misiones.
—¿Que dijiste hijo de puta? —le preguntó a Joseph.
—Lo que oiste —refunfuñó, no le gustaba repetir las cosas.
Rachel se dio cuenta de que estaban perdiendo tiempo. Necesitaban ir ya por el dinero y si Joseph seguía entreteniendo a Edmund... y entonces lo comprendió.
—Edmund —habló sin pensar—, es hora de irnos.
Edmund y Joseph voltearon al mismo tiempo a verla. Rachel se tensó, se sintió estúpida... quizá él la había reconocido. Y así fue.
—¿Rachel? —le hablo Joseph.
Ella retrocedió asustada, sintió el impulsó de salir corriendo. Edmund los miró intercalando entre uno y otro. Notó lo nerviosa que estaba, podía jurar incluso que transpiraba.
—¿Se conocen? —preguntó.
Sophie observaba la escena confundida, fijo su mirada en Joseph intentando decifrar lo que estaba sucediendo.
Joseph estaba perplejo.
Su ex novia.
Ahí.
Robando un banco.
Con un grupo de mafiosos.
Dio un paso al frente sin siquiera pensarlo. De pronto para él no había nadie mas sólo Rachel y él. Tantos sentimientos y recuerdos se avivaron en su mente y corazón. Fijó su mirada en los ojos chocolate de Rachel, aquellos ojos que lo perseguían cada noche en sus sueños, aquellos ojos en los que nunca había dejado de pensar, aquellos ojos que lo volvían loco, que lo ponían y ahora estaba ahí a unos cuantos metros observandolos. Sophie se puso de pie mientras seguía estudiando la situación que solo lograba confundirla aún mas. ¿Quien era esa chica? ¿Que era de Joseph? ¿Como se conocían? Gruñó por lo bajo y quiso avanzar pero el estrenduoso sonido de las sirenas de un grupo de patrullas hizo que se detuviera en seco junto con todos los demás. En segundos todos salieron huyendo del banco. Solo Sophie, Joe y la gente que estaba en el banco permanecieron en su lugar.
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REVENGE II [+18] •TERMINADA
Teen FictionRachel y Joseph han estado alejados por mucho tiempo, cada uno tratando de vivir su vida; sin embargo el destino hará que vuelvan a encontrarse. Portada hecha por: @DanyZarahi