CAPÍTULO 8

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El dolor que sentía en su pecho era indescriptible, tan fuerte que le impedía respirar y sintió por un instante que todo a su alrededor se venía abajo. Ella había pensado en muchas ocasiones en las probabilidades de que él tuviera a alguien más. Ese pensamiento le dolía pero no se había comparado en lo más mínimo a lo que estaba sintiendo al confirmarlo. Al verlo.

Y fue cuando se dio cuenta de su grave error, ella lo único que había buscado era venganza, quería encontrar al culpable del asesinato de su padre, y en el proceso había encontrado el amor y al mismo tiempo a ese asesino. La vida les había hecho una terrible jugada, pero ella no quiso ver más allá del odio, el rencor y los años de dolor producidos por aquel fatal hecho contra su padre. Su única familia. Y a causa de ello perdió lo que más amaba.
Y ella debía aceptar eso, aunque tuviera ganas de ir detrás de ellos y deshacerse de aquella rubia. Pero eso no estaría bien, sea como sea ahora Joseph estaba con esa chica y no se vería bien que ella llegara y le disparara ¿o sí? Por un segundo sintió el impulso de soltar una carcajada al pesar en ello, pero se contuvo.

Susy la miraba fijamente. Pudo ver una sonrisa perversa en la cara de Rachel, por un segundo creyó que quiza su amiga había enloquecido... «No es para menos - pensó- acaba de ver a su ex con otra.»

—Rachel ¿Quieres que nos vayamos? —preguntó vacilante.

Ella negó con la cabeza.

—No te preocupes Susy, estoy bien —le aseguró—, no es el fin del mundo.

Aunque para ella sí lo era.

* * *

Los dias pasaron con normalidad, Rachel  se había esforzado en entrenar más, quería distraerse y dejar de pensar en Joseph.
Él en cambio había decidido que lo mejor era dejar a Rachel de lado y enfocarse en su relación con Sophie... aunque ninguno cumplió sus propias metas del todo.

Sophie estaba increíblemente aburrida, le gustaba siempre estar activa así que decidió probar suerte en Nueva York como modelo. Los dos salieron juntos. Él la acompañó hasta una agencia de modelaje.

—Te veo luego, mon cher —dijo Sophie.
—Claro, hermosa —respondió Joseph y se inclinó para besar sus labios.

Ella entró al enorme edificio. Joseph la vio andar hasta que la perdió de vista. Caminó sin rumbo alguno por la ciudad aunque disimuladamente miraba en todas direcciones con la esperanza de ver a Rachel.
De pronto se detuvo, miró hacia arriba, estaba frente a un restaurante de comida china. Entró. Como siempre se sentó junto a uno de los enormes ventanales.

Observó a través del cristal a las personas que iban a sus trabajos, o a sus escuelas o a cualquier otro lugar.

—¿Te gusta espiar a las personas?

Joseph sonrió, su corazón latía desbocado, volteó a verla. Esas habían sido las mismas palabras que le había dicho hace mas de un año en ese mismo restaurante.

—Hola, Joe —dijo Rachel en un susurro. Fue como un déjà vu, ella lo había visto entrar a ese restaurante y se quedó afuera durante un momento interminable debatiendo consigo misma decidiendo si debía entrar o no. Y ahora estaba ahí.

Joseph la miró de arriba a abajo. Estaba preciosa, había perdido un poco de peso pero mantenía una figura envidiable. Su rostro lucía mas afilado, sus pomulos mas pronunciados, sus ojos más grandes. Su cuello más esbelto y estilizado, sus pechos seguían igual de grandes, redondos y perfectos, podía apreciarlos perfectamente gracias a su blusa blanca. Su sostén los levantaba un poco mas haciendo que el nacimiento de sus senos se asomara por encima del escote. Su cintura era mas pequeña y fina. ¿Acaso no comía? Se preguntó. Sus caderas seguían igual de anchas y pudo apreciar un poco su perfecto y redondo culo. El pantalon que traia hacia que sus piernas reluciran, parecían un poco mas delgadas, atléticas y torneadas. Su cabello lo llevaba sujeto con una liga lo que hizo resaltar aun mas su rostro y sus preciosas facciones.

Sintió el deseo de tumbarla sobre la mesa y follarla... pero no podía. Había mucha gente. Rachel pudo ver en sus ojos ese deseo contenido. Y se alegró de ello. Se sento frente a él, y fue como si el tiempo hubiera retrocedido a hace más de un año. Los dos ahí, en el mismo restaurante, ella haciendo la misma pregunta y el deseándola como loco.

—¿Me estabas siguiendo? —preguntó él con expresión divertida.
—Sí. Eso hice —admitió.
—Todo empezó aquí —susurró mirando el restaurante. Rachel siguió su mirada.
—Yo pensé que había sido ese día en mi trabajo — Le dijo a Joseph con una sonrisa traviesa recordando ese momento en que él se presentó en su oficina y flirteó con ella.
—No, ese día te conocí y me gustaste pero tu estabas con Scott. —Torció el gesto. —Pero cuando estuvimos aquí y que decidiste irte fui detrás de ti, estabas llorando y de un momento a otro me besaste, fue cuando estuve seguro de lo que sentías.

Rachel sonrió y se ruborizó ligeramente, claro que lo recordaba y aquello había sido tanto mágico como vergonzoso porque ella nunca había sido tan lanzada con un chico como para llegar y besarlo de aquella manera.

—Y ahora todo es diferente —susurró ella.

Él asintió con la cabeza, por mucho que le doliera tenía que reconocer que era verdad, todo era diferente.

—Tu novia es guapa —soltó Rachel de repente— ¿Cómo se llama?

Joseph se quedó callado, no le parecía correcto hablarle a su ex de la actual.

—No creo que debamos hablar de ella.
—Solo es una pregunta —dijo ella poniendo los ojos en blanco.

Joseph resopló ¿para qué jodidos quería saberlo?

—Se llama Sophie, es francesa, trabaja como modelo y tambien se dedica a lo mismo que yo. Es todo —respondió cortante para dejarle en claro que no seguiría hablando de ella.

Rachel se sintió acomplejada, su novia era guapa, cómo él. Era peligrosa, como él. Trabajaban en lo mismo  ella entendía todo de él. Sabía todo sobre él. Y de pronto sintió que ella se estaba entromentiendo en una relación de pareja perfecta.

REVENGE II [+18] •TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora