CAPITULO 28

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La alarma del celular empezó a sonar, Rachel parpadeó ligeramente y alargó la mano hacía su celular, desactivó la alarma acomodándose de nuevo en la cama. Suspiró.
Sus ojos se abrieron de golpe al recordar que Susy se iría en cualquier momento. Se estiró debajo de las cobijas. Bostezó y se puso de pie, tomó su pantalón deportivo y una blusa desmangada, se vistió de inmediato,  corrió al baño para lavarse la cara y los dientes. En menos de diez minutos ya iba de camino a la habitación de Susy. Tocó la puerta y esperó.
Su amiga abrió la puerta.

—Wow, realmente no esperaba que te levantaras temprano.
—Tenía que hacerlo.

Ambas se miraron enternecidas. Se dieron un fuerte abrazo mientras que de sus ojos brotaban varias lágrimas. Rachel estaba feliz por Susy, estaba de acuerdo en que era lo mejor, había tomado una excelente decisión al querer irse y en unas horas ella seguiría su ejemplo.

—En  cuanto llegue a México te enviaré un whatsapp para darte mi dirección y asi puedas visitarme, ¿está bien? —dijo Susy.
—Por supuesto que sí, ten por seguro que lo haré.
—¿Ya le dijiste a Joe que piensas salirte de esto?
—Sí, se lo dije anoche, esta completamente de acuerdo, quizá hoy en la noche empecemos a hacer maletas, busquemos algún lugar para radicar y empezar de cero.
—Me alegra tanto saberlo. De verdad Rachel, espero que todo salga lo mejor posible.
—Gracias Susy, yo también.
—Bueno, debo bajar, mi taxi no tarda en llegar.
—Oh, yo te ayudo a bajar tus maletas.

Las dos entraron a la habitación sin percatarse de que Scott las había escuchado.

—Cuidate mucho, Rachel.
—Tu tambien.

Se abrazaron por última vez, Susy abordo el taxi, se despidió de su amiga con un gesto y se alejó de la enorme mansión, dejando atrás aquella vida para iniciar una nueva.
Rachel miró el taxi hasta perderlo de vista. Lágrimas de tristeza y nostalgia rodaban por sus mejillas, extrañaría mucho a su amiga, pero no dudaba que volvería a verla algún día.
Respiró hondo y se sentó en un escalón. Necesitaba calmarse, no le gustaba que la vieran llorar, y menos gente que no la conocía.

Minutos después se dirigió a su habitación.
Miró sus cosas durante un momento.

—Es momento de empacar —murmuró.

Sacó una maleta que estaba debajo de su cama y la colocó encima de la misma. Abrió su closet y empezó a sacar su ropa para empezar a guardarla, la acomodó y dobló pulcramente al igual que su ropa interior. Sus zapatos y demás pertenencias las metió en una mochila. En media hora terminó de hacer su equipaje. Solo dejo afuera la ropa que usaría para verse con Joseph esa misma tarde.

Joseph, por su parte hizo prácticamente lo mismo, lo único que le faltaba era indicarle a Nicholas que él podría quedarse en el departamento, pero había salido desde temprano y no sabía a que hora regresaría.

Miró su reloj, apenas eran las once y cuarto de la mañana. Los minutos se le hacían eternos, estaba ansioso por verla. No dejaba de golpetear su pie contra el suelo. No podía más. Tomó su celular y la llamo.

—Necesito verte —dijo en cuanto ella contestó.
—Y yo a ti.
—Entonces ¿nos vemos a mediodía?
—Me parece perfecto.

Colgaron. Joseph entró al baño y se miró de nuevo al espejo, su ropa estaba en perfecto estado, a diferencia de su rostro. Su ojo izquierdo estaba enmarcado por un moretón, en la comisura derecha de la boca había una mancha rojiza. La tocó con la yema de los dedos e hizo una mueca, aún le dolía. Resopló molesto.

—Ni modo, ya desaparecerán —dijo hablándole a su reflejo.

* * *

REVENGE II [+18] •TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora