CAPITULO 27

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El ambiente en la habitación era realmente tenso, Joseph no dejaba de mirar un punto fijo en la pared, parecía ausente. Y no era para menos, había sido testigo ocular de la muerte de Sophie, no podía creer que estuviera muerta, y mucho menos que su final haya sido de esa manea: a manos de su hermano. No pudo dormir toda la noche, la imagen de ella respirando con dificultad, pálida y sudorosa, lo perseguía. Cerraba los ojos y podía verla, ahí tendida, con los ojos vacíos, la piel fría y el cuerpo rígido.
Rachel había regresado a la mansión, no había parado de llorar en todo el camino, y sentía de algún modo que Joseph necesitaba estar solo.
Y estaba en lo cierto.
Ya era de día, Joseph aún tenía el celular en sus manos, le había llamado un tal agente Jeffers, para decirle que su novia había sido asesinado. Él no había respondido, no tenía ánimos para hacerlo. El agente de policía siguió hablándole dándole detalles, detalles que él no necesitaba, él lo había visto todo. Pero sintió un escalofrió que le recorrió el cuerpo cuando le dijo que Giussepe también había muerto; se había suicidado. Después de que le haya contado todo a Joseph le dijo que necesitaba ir a identificar el cuerpo y posteriormente recogerlo para que él se encargara de los asuntos funerarios. Él murmuro un “sí” y colgó.
El funeral no se llevó a cabo, Sophie no tenía familia, amigos muy pocos y su jefe se había negado a ir, no quiso oír nada más después de que Joseph le hablara del trágico “accidente”. Le dieron un entierro digno al que asistieron Rachel, Susy, Nicholas y Joseph.

—Gracias por venir —le dijo Joseph a su amigo una vez que se fueron del cementerio
—No tienes nada que agradecer —respondió palmeando la espalda de Joseph ligeramente. —Vine en cuanto me lo dijiste, me siento el peor amigo del mundo, siempre que estás en peligro, yo estoy lejos.
—No es tu culpa —dijo esbozando una pequeña sonrisa—, el trabajo es primero.

Las chicas permanecían de pie a un lado del Porsche rojo de Nicholas, desde lejos miraban el lugar, estaban calladas, pero sus pensamientos eran similares, sabían que muy pronto ellas tendrían el mismo final si seguían en ese trabajo, en ese jodido mundo. Ambas suspiraron.

—Me iré —dijo Susy de repente.

Rachel volteó a verla con el ceño fruncido. No comprendía a que se refería su amiga. 

—¿A dónde? —preguntó.
—No sé, lejos. No puedo seguir en esto, hable con el jefe, le planteé la situación y me dijo que sí, que no había ningún problema, que podía irme.
—¿Así de fácil?

Susy se encogió de hombros, ella sabía el porqué de la pregunta de Rachel, era complicado creer que la dejaran irse así, sin más. Muchas veces escuchó que a algunos que intentaron irse habían sido asesinados, ella no quería correr la misma suerte, se había asegurado de que de verdad no la perseguirían.

—Te extrañaré —le dijo Racjel. —Quisiera salirme también, odio esto. —Suspiró profundamente.
—Puedes hacerlo, tú y yo sabemos que eso sería lo mejor.

Rachel asintió.

—Lo se Susy, lo haré.

* * *

Llegaron a la mansión y las dos descendieron del auto, Rachel se despidió de los chicos, entró junto con su amiga y ambas se dirigieron a la habitación de Susy. Necesitaban aprovechar el poco tiempo que les quedaba para poder estar juntas. Susy se iría temprano, antes de que amanecier, solo tenían la tarde para ellas.

—¿Entonces saldrás de todo esto?
—Por supuesto —respondió Rachel de inmediato. —Ya me canse de todo esto, no puedo soportar más, después de ver lo que paso con Sophie ycon Edmund tengo miedo de que a mí también me pase lo mismo, quiero irme lejos con Joe.
—Sería lo mejor. Si ambos siguen en esto... —Suspiró y negó con la cabeza.  —Me duele decírtelo amiga, pero llegara un día en que, lo detenga la policía y termine en la cárcel, o muerto.

REVENGE II [+18] •TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora