CAPÍTULO 6

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Rachel miraba a Edmund con una sonrisa en su rostro. El chico se quedó petrificado, el color había huido de su rostro, estaba blanco como la cal, su respiración estaba agitada y su expresión era de auténtico horror.

—Perdón, olvidé mencionarte que sólo tenía una bala —dijo Rachel con fingida inocencia al mismo tiempo que le mostraba a Edmund la única bala que alojaba su arma.

—¿Cómo te atreves a hacerme algo así? —preguntó el chico aún hiperventilando.

Rachel soltó una risita. Todos seguían callados, al parecer aún no podían creer lo que acababan de presenciar.

—Sólo quise jugar a la "ruleta rusa" —dijo ella aún sonriente —, jamás te haría algo, Edmund, le eres demasiado útil al jefe —se burló. Ella sabía que a ese señor Edmund no le importaba ni una mierda. Todos lo sabían. La ira de Edmund creció pero decidió que aún no era el momento de atacar ya que al parecer ella sí era útil.

—Anderson , ve con cuidado —advirtió Edmund y se volteó. Arrancó y se dirigió a la guarida en la que su jefe estaría esperando el dinero acordado y el cuál no llevaban.

* * *

—¿No me estás mintiendo verdad? –preguntó Sophie en un susurro.

Joseph permaneció callado. No estaba seguro sobre qué responder. Odiaba tener que menti. No la amaba, pero sí le guardaba un enorme cariño. Sophie lo apoyaba incondicionalmente en todo, y tambien sabía que Rachel quizá aún no lo perdonaba por haber matado a su padre...
Tragó saliva ruidosamente y cerró los ojos.

—No, mon Chéri, no te estoy mintiendo....yo te amo —musitó y se inclinó hacia ella para besar sus labios.... unos labios que sabían completamente diferente a los de Rachel ¿por qué todo tenía que complicarse de aquella manera? ¿Por qué la vida se empeñaba en separarlos? Debía aceptarlo, ellos no estaban echos para ser felices por siempre.

* * *

Rachel estaba en su habitación mirando el techo. No podía dejar de pensar en lo que había ocurrido en el banco. Joseph estuvo ahí, tan cerca. Y la había reconocido.
Resopló.

Tocaron la puerta.
Rachel se incorporó.

—Adelante —respondió.

No se sorprendió cuando vio a Scott entrar, de seguro se había enterado de lo ocurrido en el banco y quería saberlo.

Él camino hacia ella y se sentó a su lado.

—Ya me enteré de que no pudieron robar el banco —dijo él en tono casual.
—Así es. Edmund se puso a discutir con un tipo en el banco y perdimos mucho tiempo. La policía llegó y pues.. Todo se vino abajo —torció el gesto.
—Mmm me dijeron que ese tipo te reconoció ¿quién era?
—Nadie importante —respondió ella con un gesto de la mano restando importancia al asunto.
—Pues eso no fue lo que dijeron... Sí que era alguien importante y estoy seguro de saber de quién se trataba.

Rachel se tensó. Si Scott sabía quién era le diría a su jefe y estaba segura de que mandaría desaparecer a Joseph. No... ella no lo permitiría. A pesar de lo que había hecho Joseph ella lo amaba y muy en su interior albergaba la esperanza de volver con él.

–Era Jonas ¿no? —dijo Scott en tono serio—. Alejate de él, Rachel, y evitate problemas.
—No te metas, Scott. No es asunto tuyo.
—Bien. Pero si Edmund llega a hacerle algo no te quejes.

Rachel frunció el ceño. Sabía perfectamente por qué Scott estaba actuando de aquella manera, él aún no podía superar que ella lo haya dejado para estar con Joseph, pero ella no iba a permitir que Scotg hiciera una estupidez que implicara a Joaeph. Sería capaz de cualquier cosa por él ... sin importar el costo y menos las consecuencias.

—Déjalo en paz, Scott o le diré al jefe las cosas que haces en la habitación de su hija.

Scott bufó y la miró fijamente pero no dijo nada, se puso de pie y se inclinó para que su rostro quedara a escasos centímetros del de ella y la tomó del mentón con delicadeza.

—Dile lo que quieras, muñeca. Él ya lo sabe. —Soltó una risita. —No vuelvas a amenazarme ¿Sí? O la próxima vez no te irá nada bien. —Le dio un beso fugaz en los labios. La soltó y le dio una palmada en la mejilla haciéndola respingar. Su cuerpo se tens>. Y recordó todas esas veces en las que el la había golpeado.

—Sólo deja a Joe en paz –dijo Rachel en un susurro.
—Eso haré, no te preocupes aún asi deberías cuidarte. Si el jefe se entera de que tú conoces a Joe te ira muy mal. Conoce a los chicos de Vondine y creerá que eres cómplice de ellos o una espía... solo ten cuidado —advirtió por ultima vez antes de salir de la habitación.

* * *

—Señor... —dijo Edmund al cruzar el umbral de la puerta—-, ¿me llamó? —preguntó nervioso.
—Sí —respondió—, ¿Cómo les fue? ¿trajiste mi dinero?

Edmund se quedó callado sin saber que decir, mas bien no estaba seguro sobre qué decir.

Entonces fue que se le ocurrió que quiza sería el momento perfecto para desquitarse de Rachel por lo que le había hecho en la furgoneta.

—¿Y bien? ¿tienes mi dinero o no? —dijo con voz fuerte.
—No, señor —respondió Edmund asustado, pero antes de que su jefe le reprendiera se apresuró a hablar—. No fue mi culpa. Fue de Anderson. Nos encontramos un tipo en el banco. Ella hablo y él la llamo por su nombre de pila y...
—¿Qué tipo? —lo interrumpió su jefe.
—No lo sé, no lo conozco.

El Amo se quedo callado durante unos instantes.

Dile a Scott que quiero verlo.

Edmund asintió de inmediato y salió de ahí. Mientras caminaba en busca de Scott pensaba en los muchos problemas que tendría Rachel  cuando el jefe comprobara que era verdad lo que había dicho.

«Esa maldita zorra pagará muy caro la humillación qué me hizo pasar» pensó.

En ese instante vio como Scott salía de la habitación de Rachel y caminó hacia él.

—¿La zorra esa ya aflojó? —le preguntó a Scott.
—No. Quizá pronto —respondió con una sonrisa ocultando su mal humor.
—El jefe te está buscando, dijo que fueras a su oficina.
—Bien. Te veo luego. —Palmeó el hombro de Edmund y fue a ver para qué lo buscaban.

Llegó hasta su oficina y tocó la puerta.

—Adelante.

Entró y cerró la puerta tras de si.

—Ven, Scott, siéntate —dijo el jefe señalando una silla frente a él.

Scott avanzó, se sentó en la silla, entrelazó sus manos y jugueteó con sus dedos nervioso.

—Dime ¿Qué sabes tú de lo que ocurrió hoy en el banco? —preguntó en tono autoritario.

Scott se quedó callado. No queria decirle la verdad pero sabia que Edmund ya lo había hecho. No tenía otra alternativa.

—No mucho, señor —respondió.
—Jonas esta aquí ¿no es cierto? ¿volvió ya de sus vacaciones? No es necesario que lo niegues para proteger a Rachel sé que ella no tiene  nada que ver, pero necesito saber si es ese chico quien está interfiriendo en mis planes. Ahora dime ¿fue él o no?

REVENGE II [+18] •TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora