CAPÍTULO 15

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Estamos los dos acostados, la cabeza de Rachel está sobre mi pecho, su cabello me hace cosquillas. Mi brazo esta alrededor de ella, su mano derecha acaricia mi torso. Sonrio mientras miro el cielo raso del techo. Aún no puedo creer que hace unos minutos la haya hecho mía. La amo y ella me ama, de eso no hay duda. Beso su cabello y ella levanta la mirada, me mira a través de sus espesas pestañas y me dedica una preciosa sonrisa.
Suspira cerrando los ojos. De pronto las alarmas se disparan en mi mente, ese suspiro... esta tan cargado de tristeza que tengo miedo. De pronto miles de imágenes aparecen en mi mente como una película, recordando aquella vez, la primera vez que estuvimos juntos, aqui mismo, en esta misma posición... cuando ella pensó en Scott y en que deberíamos el alejarnos. Ese miedo que siento se convierte en terror puro al pensar que ella pueda levantarse en este mismo instante e irse nuevamente de mi vida, pero esta vez, para siempre.

Cierro los ojos con fuerza negándome a seguir pensando en ello, esta vez no la dejaré ir.
La abrazo con mas fuerza y ella suelta una pequeña risa alegre, abro los ojos y en ese instante ella levanta la mirada. Su sonrisa se desvanece y se incorpora pero en ningún momento aparta la vista de mis ojos.

—¿Que ocurre? —me pregunta asustada.
—Nada —le susurro y acaricio su mejilla. Eso no la tranquiliza, se inclina y me da un beso en los labios. Al parecer me he dejado llevar por mi paranoia.
—¿Que ocurre? —pregunta de nuevo.

Suspiro. Sé que no servirá de nada mentirle. Debo ser sincero con ella, debemos hablar de una vez y aclarar lo que hay entre nosotros.

—Tengo miedo —admito.
—¿Miedo? —frunce el ceño, confundida—. ¿De qué?
—De que me dejes.

Se queda callada, niega con la cabeza y acomoda un mechón de su cabello detrás de la oreja, hace un ademán de querer hablar pero no lo hace. Se sienta en la cama, a mi lado y de nuevo el horror se cierne sobre mí pero mil veces peor que antes. Los segundos pasan y se me hacen eternos. Finalmente habla.

—¿Por qué crees que lo haré?

¡Genial! Ella no me ha dicho que me dejara. Y la luz de la esperanza se hace presente.

—Por que una vez lo hiciste poniendo como pretexto a Scott.

Estoy a punto de mencionarle la última vez que me dejó, pero sería recordarle que fui yo quien le disparó a su padre. Me muerdo la lengua y me quedo callado.

Ella se muerde el labio inferior mientras su mirada se clava en la pared, esta pérdida en sus pensamientos, puedo notarlo en su mirada vacía. Ella está lejos, muy lejos, quizá recordando.
Después baja su mirada hacía sus dedos, los cuales tuerce y entrelaza entre ellos.

—Fui una estúpida que tenía miedo de cambiar —musita.

Tuerzo el gesto. No me gusta que se exprese así de sí misma, ella no es estúpida y menos por eso. Es comprensible. Scott estuvo con ella después de... lo que yo ocasione. Él estuvo ahí para ella cuando yo le había traído sufrimiento. Me incorporo y la abrazo con fuerza, ella se acurruca contra mi pecho. La calidez y suavidad de su cuerpo provocan en mi una creciente erección y trato de dominarme.

—Te amo, Joe —susurra— y no quiero separarme  de ti. No quiero alejarme de ti otra vez, no lo soportaría. Te amo demasiado —su voz se quiebra, noto ese tono de voz que precede al llanto... su cuerpo tiembla durante un instante y empieza a sollozar, siento la humedad de sus lágrimas en mi torso desnudo.
Acaricio su cabello despacio, con ternura. Quiero que se sienta protegida a mi lado. Quiero que sepa que podrá contar conmigo en todo momento. Quiero que se de cuenta de que yo soy el hombre de su vida, aquel que sería capaz de morir por ella.
Pero ante todo quiero que sepa que yo soy el hombre que la amará con todo su corazón hasta el último momento y sé que muy en el fondo ella lo sabe.

Por unos segundos me permito estar así con ella. Sintiéndola tan cerca de mi, porque se que en cualquier momento ella tendrá que irse y yo debo enfrentarme a Sophie. Se que debo verme como un patán por estar con Sophie y con Rachel. Pero Rachel es mi todo. Es mi vida. Es mi mundo. Es todo lo que siempre quise. Es mi único amor y no pienso dejarla ir.
Yo jamás he creído en el destino pero por un momento, por una milésima de segundo me he atrevido a creer que quizá todo esto paso algo, quizá por obra de una fuerza superior, pero desecho esa idea de inmediato, no quiero pensar en nada mas por ahora. Solo en Rachel y ahora que sé que no me dejará también debo pensar en lo que haremos después y en el futuro.

REVENGE II [+18] •TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora