¿Quién recibió el mensaje? ©

Cuarenta y dos grados

Levantarse de la cama esa mañana fue mucho peor de lo que esperaba, el clima estaba bastante frío y odió tener que abandonar su comodidad. Con cuidado se deslizó fuera y al instante lamentó la pérdida de su calor. Tan pronto como pudiera volvería ahí, se prometió aquello con tristeza.

Una sonrisa llegó a su rostro al cruzar la mirada sobre las rosas de papel en el escritorio. Una risita tonta subió por su garganta ante la idea de Derek robándoselas a Cora. Tomando la toalla que colgaba de la puerta se arrastró hasta el cuarto de baño para asearse. Se cruzó con su padre quien justo iba a su cuarto a despertarle y éste le miró confundido.

-¿Qué estás haciendo?- murmuró Noah en el pasillo mientras Stiles entraba al baño

-¿Preparándome para el instituto?- dijo y frunció el ceño

-¿Por qué te levantaste solo y por qué diablos estás sonriendo tan temprano?-

Teniendo en cuenta que había dormido perfectamente y que ese día no tenía educación física...

-¿Algún problema?- preguntó levantando una ceja. No pudo evitar una sonrisa al cerrar la puerta y escuchar la maldición que soltó su padre.

¿Qué, había algo malo con levantarse de buen humor?

Al terminar la ducha se cubrió con la toalla la cintura y salió del baño apresurado ya que se había tomado más tiempo del que tenía. Al cruzar el umbral se tomó fuerte del marco de la puerta y cerró los ojos cuando un dolor se atravesó por su cabeza causándole un fuerte estremecimiento.

-Ugh...- se quejó sintiendo sus ojos lagrimear. Unas manos le tomaron del hombro pero no pudo entender qué decía.

-¿Stiles? Stiles, hijo...-

-Estoy bien pa...- murmuró y al instante que vio su cama se sentó en ella –Dios... ¿qué ha sido eso?- preguntó en voz alta sin abrir los ojos aún.

-¿Te sientes bien? Voy a llamar al médico...-

-¿Qué? No...- Stiles negó y abrió los ojos –Estoy bien, solo fue un mareo- dijo y suspiró –Estoy bien, en serio- repitió y Noah le miró inseguro.

-¿Vas a ir al instituto?- preguntó y el menor asintió

-Te prometo que estoy bien- le aseguró

-Bien...pero dile a Lydia que venga por ti, no quiero que conduzcas en éste estado- le pidió y Stiles respiró profundo asintiendo. Sí, él tampoco quería conducir así.

Le envió un mensaje a Lydia y luego se vistió observándose fijamente los ojos, estaban un poco rojos pero intentó no darle demasiada importancia. Terminó de alistarse y bajó las escaleras justo cuando su padre abría la puerta a su amiga.

-Hey...gracias por pasar por mí- le dijo y miró a su padre –Nos vemos mañana, cuídate- se despidió

-Tú igual, si el dolor vuelve avísame que iré por ti- le pidió levantando la voz ya que ambos se estaban alejando ya. Lydia se despidió y subieron al auto azul de ésta.

-¿De qué dolor habla tu padre?- preguntó poniéndose en marcha. Stiles carraspeó y negó viendo la casa de Derek mientras se alejaban

-No es nada- susurró y suspiró. Era un simple dolor, nada de qué preocuparse. Al llegar al instituto Stiles comenzó a toser y Lydia le miró ceñuda

Bajaron del auto y al rodearlo ella habló de nuevo.

-Ya, en serio ¿Qué diablos te sucede?- preguntó mirándole extrañada