VIP

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-Atamientos, rituales, escenarios.

-Cera derramada sobre algunas áreas del cuerpo

-Pinzas (pezones, pene)

-Sumisión haciendo actos sexuales u otros servicios.

-Humillación, disfraces, exhibición, palabras ofensivas o rudas.

-Tortura erótica

-Sexualidad controlada o limitada

-Uso de collares y cadenas

-Dominación en lugares públicos

-Código de vestuarios

-Uso de alimentos o lactancia

-Prácticas de sexo extremo.

Todo su cuerpo ardía y no entendía por qué, sus manos estaban temblorosas y su entrepierna dolía. Se acostó de lado y suspiró cerrando los ojos.

-No puedes...- se dijo a sí mismo y luego observó la pared fijamente. Quería, esa era la verdad, dentro, muy dentro de él quería hacerlo. Quería sumirse ante Derek y que éste hiciera y deshiciera a su antojo, quería ser usado y quería ser...suyo.

Quiso contenerse, quiso dejarlo pasar y pensar luego con más claridad pero una vez que escuchó a su padre acostarse simplemente su cuerpo comenzó a moverse solo. Salió de su casa en pijamas y con las dos carpetas bajo el brazo y el teléfono en una mano llegó hasta la puerta de Derek.

"Dime que no estás durmiendo"

Envió el mensaje y esperó unos segundos sintiendo cómo sus mejillas ardían y su cabeza comenzaba a pensar mejor en la estupidez que estaba haciendo.

"¿Dónde estás?"

"Abre la puerta"

Esperó unos segundos más y como era de esperarse ninguna luz se encendió pero la puerta se abrió sin hacer demasiado ruido y Stiles observó a Derek vistiendo solo un pantalón gris holgado.

-Stiles- dijo y el castaño se mordió el interior de las mejillas bajando la mirada. Su sola presencia encendía todo su cuerpo y la voz con la que decía su nombre...

-¿Podemos subir?- preguntó y el pelinegro frunció el ceño sin entender primero pero luego lo dejó entrar por dos motivos: Primero, hacía frío. Segundo, vio el problema en sus pantalones y estaba decidido a resolverlo.

El castaño subió las escaleras despacio, sin decir nada e intentando que sus piernas no demostraran la debilidad que sentía. Suspiró antes de entrar al ático que habitaba el mayor y apretó las carpetas a su pecho haciéndolo.

Derek cerró la puerta de nuevo y le puso seguro y luego le miró.

Stiles observaba alrededor como si nunca hubiera estado ahí, y lucía nervioso hasta la muerte.

-Stiles...-

-Deja de repetir mi nombre- interrumpió y bajó la mirada al suelo. No podía hacer eso, no podía hablarle de esa manera –Lo siento... Señor- susurró volteando y observó la mirada sorprendida de Derek sobre él.

-¿Qué dijiste?- preguntó el ojiverde acercándose y Stiles solo apartó la mirada relamiéndose los labios. ¡Lo había dicho una vez y no iba a repetirlo!

Derek sonrió, tomó las carpetas de sus brazos quitándoselas y caminó a su lado hasta el escritorio, luego se acercó por detrás.

-Stiles-

¿Quién recibió el mensaje? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora