¿Quién recibió el mensaje? ©

Libérame

Tenía miedo, tenía que admitirlo, si alguien le preguntara qué sentía en ese mismo momento no dudaría en decir que sentía miedo, pero no de lo que podría pasarle, tampoco tenía miedo de Derek, sentía miedo por todo lo que sentía en su pecho, además de la adrenalina y la excitación que ahora reinaban su cuerpo, también sentía cariño, se sentía bien, se sentía atraído.

-Stiles- nombro Derek y el castaño detuvo su andar acariciando lentamente la corteza del árbol con sus dedos. No hacía frío pero tampoco calor, aunque sí...él sí podría decir que hacía calor.

Se habían adentrado bastante en el bosque, quizás unos cien metros en los que caminaron sin dirección alguna, uno siguiendo al otro, como si de animales se tratase, pero no como una persecución o una casería, más bien como...lo que hacen los lobos.

Siguen a las hembras kilómetros, comienzan cinco lobos siguiendo a una, luego de doscientos metros solo quedan cuatro, a mitad de camino se reducen a tres, cuando se acercan al primer kilómetro solo la siguen dos y al llegar al kilómetro solo hay uno detrás de ella, observándola fijamente y entonces él aúlla y ella se detiene.

El lobo se acerca a ella, enviando su mirada por todo su cuerpo, sintiendo la tensión y los nervios salir por cada músculo y se detiene justo atrás. Al igual que Derek lo hizo con Stiles.

La respiración del castaño se entrecortó cuando Derek apoyó su mano sobre la suya y el árbol y luego sintió su aliento en su oído y sobre la piel de su cuello.

Ladeó la cabeza y cerró los ojos respirando con pesadez. Derek le tomó por la cintura con la mano libre y unió sus cuerpos con cierta brusquedad, permitiéndole al menor sentir su virilidad.

Stiles gimió y casi lloriqueó queriendo voltear pero Derek no se lo permitió, le volteó contra el árbol y le separó los pies con una pierna. Stiles apoyó ambas palmas contra el árbol y suspiró. Tendrían sexo ahí, en medio del bosque.

-Der...- lloriqueó

-Shh... ¿confías en mí, Stiles?- preguntó apretándose contra él y el castaño asintió. Lo hacía, sí –Voy a alejarme y te daré espacio para que puedas desvestirte, lo harás y esperarás la siguiente instrucción- le ordenó.

Stiles sintió su cuerpo libre luego de un par de segundos y respiró profundo dejando la corteza del árbol y retrocediendo un par de pasos, no vio a Derek por ningún lado y quiso sonreír. ¿Por qué se escondía?

Sintió una electricidad recorrer la longitud de su miembro y tragó saliva, a él también le gustaba si iba por ese lado, le excitaba pensar que Derek le estaba observando desde algún punto de la oscuridad.

Sus pantalones cayeron junto con el bóxer luego de que su prenda superior desapareciera y retiró los pies lentamente quedándose justo como Derek le había indicado, sonrió al pensar que sus nalgas seguirían rojas por los golpes de la tarde. Rozó sus piernas una contra otra y envió las manos al frente cubriéndose la erección.

-¿Dónde estás?- preguntó en un hilo de voz volteando levemente el rostro intentando buscar alguna pista de su paradero pero nada, solo escuchaba insectos y nada más, ni siquiera el crujir de las hojas.

¿Podría haberle dejado ahí? No, Derek no haría algo así, no podría...

-Tranquilo- habló el mayor y Stiles se relajó –Voltea- ordenó y Stiles lo hizo encontrándose con sus ojos verdes puestos en su cuerpo, tembló despacio y apretó los dientes –Aparta las manos-

Lo hizo.

-Extiéndelas al frente- exigió y Stiles lo hizo lentamente, mostrándole las palmas. El moreno le observó las blancas manos y se acercó hasta que la punta de los dedos del castaño rozara su torso, le mostró su cinturón y el ojimiel jadeó –Avísame si ajusto demasiado- le dijo y Stiles asintió, Derek ajustó el cinturón en sus muñecas y las pegó una a otra observando fijamente su reacción -¿Duele?- preguntó