Capítulo 75

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Narra Guido
[Continuación de la llamada]
Xxx: Hola Guido, mira, te la voy a hacer fácil. Tengo a tu novia y no tengo miedo de matarla. Así que, si no me das lo que quiero, vas a presenciar su muerte.
G: ¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Donde está Lourdes?
Xxx: No te pienso decir quién soy. Ya sabrás donde está.
G: ¿Qué quieres?
Xxx: A vos te quiero, Guido. Ah, y un millón de dólares.
-Fin de llamada-
Me quedé muy alterado ante las palabras de aquella mujer. Tengo mucho miedo de lo que le puedan llegar a hacer a mi amor. A la primera persona que se me ocurrió llamar fue a mi antigua amiga, Dana. Ella es la mejor policía que conozco. La que quiere que las injusticias se hagan justicias.
-Llamada-
D: ¿Hola?
G: Hola Danita, soy Guido.
D: Rubio, ¿qué pasó?
G: Lourdes... la secuestraron...
D: ¿¡Cómo!? Pero, ¿cuándo?
G: Hoy mismo. Hace un rato me llamaron diciendo que si no les doy lo que quieren, voy a presenciar su muerte -dije con las lágrimas cayendo sobre mi rostro.
D: Para, Guido. Tranquilízate. ¿Qué es lo que quieren?
G: La mina me quiere a mí y además un millón de dólares.
D: Primero: al dinero no lo van a ver ni en figurita; segundo: te voy a ayudar en todo lo que necesites y tercero: lamento decirte que por hoy, no vamos a poder hacer nada. Mañana vamos a empezar con la investigación, pero todo con cautela, ¿ok?
G: Ok, muchas gracias, amiga. De en serio, me estás ayudando mucho.
D: Nos vemos, rubio. Ve a dormir.
G: No creo que pueda dormir con la angustia que llevo dentro.
-Fin de llamada-
No pegué un ojo en toda la noche. Se me hizo imposible. Estoy preocupado. Siento la casa vacía sin la alegría y el carisma de ella. A la noche, dormíamos juntos, yo la agarraba de la cintura, entre otras cosas... Y ahora, me siento vacio.
-10:00 AM-
Narra Pato
P: Amor, voy a ver cómo está Guido, ¿si?
Mel: Ok, amor. Cualquier cosa, avisame.
P: ¿Van a estar bien?
Mel: Si, si, yo te llamo.
P: Nos vemos -dije, dándole un profundo beso en sus labios.
Y así, emprendí viaje a la casa de mi hermano menor. Su llamada anoche, nos hizo preocupar a Mel y a mí.
Al cabo de media hora, llegué.
Toqué la puerta. Me abrió un Guido totalmente apagado, ojeroso, con los ojos hinchados de llorar.

Cicatrices (Guido Sardelli) {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora