El escape

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  Poco llevaba recorrido en su nueva adquisición cuando de pronto un frió que le congelaba los huesos le recorrió el cuerpo, bueno, describirlo como un frió seria ser muy poco detallado, era como si el miedo, la repugnancia, la ira y muchos otros sentimientos y sensaciones se acumularan de golpe en ella, fue como volver de un sueño.

  Cayó de el caballo, y fue cuando noto que acababa de matar a un hombre y había dejado a uno moribundo como si nada, fue la primera vez que dudo de lo que estaba haciendo, sentía todo el peso de culpa de el que a matado a una persona y aun un poco mas, porqué había abandonado a quien le libro de una muerte segura, recordaba ese cuchillo a centímetros de su cuello, comparaba su lucha contra el campeón y la comparaba con la que sucedio un momento después y sentía tristeza por haber abandonado a un hombre que no intento lastimarla y por el contrario le ayudo.

  Mientras estaba en el suelo el caballo comenzó a caminar lentamente y a alejarse de su rango de visión pero, no hizo nada para evitarlo, bueno para ser sinceros no hubiera podido aunque lo hubiera intentado, su mente daba vueltas y divagaba entre una idea y otra, no podía unir lo que acababa de hacer con lo que conocía de ella, continuo tirada en el suelo por varios minutos hasta que comenzó a volver en si cuando noto que había fuego cerca de ella.

  El descontrol se había extendido a la ciudad poco antes de que ella abandonara la mansión, había saqueos, casas en llamas y gente muerta en las esquinas, los escuadrones de la guardia comenzaban a combatir la anarquía pero pasarían horas antes de que lograran controlar las cosas, un incendio iniciado en segundos puede tomar días en ser apagado y un vaso arrojado al suelo se rompe en segundos pero dura horas o días para repararse y jamas se logra del todo, así mismo una ciudad dura mucho tiempo para recuperarse de un evento como este.

  Andrea comenzó a internarse en los callejones mientras recobraba el sentido poco a poco, comenzó a llover y el desorden era tal que aunque era un camino rápido comúnmente, le tomo media hora llegar a lo que consideraba un lugar seguro, en el camino encontró varios grupos de guardias, rebeldes, hombres santos, un par de vendedores de pan (si, es cierto, aun nadie se explica porque vendían pan en esa situación), un par de burgueses asustados y una chica que volvía de buscar agua en un pozo fuera de la ciudad, la cual estaba por cierto de lo mas desconcertada.

  Al llegar a la casa encontró que los incendios estaban llegando hasta la misma y el fuego pronto comenzaría a tocar el tejado, dijo para si misma —El fuego es mas rápido que yo y no necesita atajos—   la puerta estaba abierta así que entro rápidamente a la casa y se deshizo del vestido o lo que quedaba de él, se puso sus ropas mas cómodas que eran las que utilizaba para practicar equitación, ya que el hecho de usar pantalón le parecía lo mas practico del mundo, tomo su bolsa y vació en ella el contenido de la que acababa de robar en la fiesta, tomo su estilete se coloco un capote y se dispuso a salir antes de que el fuego consumiera la casa, cuando estaba a punto de salir por la ventana recordó a Rafael y Daniela, los busco por toda la casa y no pudo encontrarlos, cuando estaba a punto de irse recordó que había un sótano al que nunca había entrado, fue hasta la puerta que siempre estaba cerrada, giro el pomo y entro.

  El lugar estaba oscuro, húmedo y caluroso, por todas partes se veía lo que parecía el resultado de una lucha feroz, encontró un brazo cortado a la mitad de las escaleras, lo cual le dio ganas de vomitar y escapar de ahí inmediatamente, vio muchas pociones y frascos, parecía el escondite de un alquimista, aunque en ese momento ella no supo con que compararlo, encontró lo que buscaba una vez que sus ojos se acostumbraron un poco a la oscuridad, pero lo que encontró no fue lo que esperaba, sus manos estaban atadas, su boca amordazada, tenía cortadas por todo el cuerpo como si la hubieran torturado y por ultimo su cuello estaba cortado de lado a lado, era Daniela y alejado de ella a su derecha estaba un cuerpo con marcas de lo que parecían ser garras en el pecho los brazos y la espalda, en su mano tenia un hermoso estoque plateado y parecía haber muerto luchando, era Rafael.

  Inmediatamente supo que quien fuera capaz de vencer a los dos que habían sido sus maestros, la vencería a ella sin ningún problema, así que tomo el estoque y salio de la casa rápidamente, estaba sumamente asustada y temblorosa, así que corrió en dirección a el único lugar que conocía donde creía poder estar en calma aunque sea por un momento... El campo de claveles.


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