Los hombres corrían en diferentes direcciones, pero los elfos no los seguían, todos estaban observando a los cuatro individuos dentro del circulo. Andrea visualizaba desde los cielos como cada uno de los habitantes de la ciudad se reunía para observar la pelea que en cualquier momento comenzaría.
-Nadie podría derrotarlo- dijo el hombre con la capa con el fénix grabado -sin embargo presiento que así será, sino tu no estuvieras aquí- dijo mientras miraba hacia Andrea.
Cuando los humanos estuvieron a buena distancia el joven guerrero se dirigió a los tres elfos -No quiero hacer daño a nadie, si me abren paso me retirare tranquilamente, sino tendré que abrir paso yo mismo, nosotros no somos de los que retroceden.
El más anciano de los tres elfos lo observó mientras acariciaba su barba y le dijo -Sin duda eres un poderoso guerrero y descendiente de una gran estirpe, pero te daré tres motivos por los cuales no saldras de aqui con vida y añadiré incluso un cuarto.
Mientras el anciano profería estas palabras los otros dos elfos comenzaban a rodear al joven guerrero. El anciano continuó hablando y dijo -El primero, entraste a mi sagrada ciudad y sembraste el terror entre sus habitantes, no quedará sin castigo. El segundo, asesinaste al menor de mis hijos y su muerte será vengada, no en vano lleva mi sangre. El tercero, después de mucho tiempo me vestí con mis ropas de batalla, nunca me las puse sin que ello significaba un gran costo en vida para mis enemigos y por último - y mientras pronunciaba esta ultima palabra miro hacia el cielo donde estaba Andrea observando todo y con una mirada llena de odio dijo - los dioses me han ordenado acabarte y me han asegurado la victoria, no despreciare el cetro que me ofrecen.
Apenas el anciano hubo terminado estas palabras los tres elfos de una forma sumamente coordinada atacaron al joven guerrero, mientras el asesino atacaba desde las sombras, desde el suelo, desde el aire y desde cualquier dirección donde nadie esperaba un ataque el duelista atacaba sin descanso desde el frente, mientras tanto el mago conjuraba magias una tras otra, todas con rasgos de luz, todas creadas para acabar con el joven, todas cargadas de odio. Después de quince minutos de incesantes ataques el joven no presentaba ni siquiera un rasguño, los elfos estaban comenzando a agotarse.
Viendo que la batalla estaba perdida el rey mago comenzó a realizar un conjuro en un lenguaje que parecía élfico, pero no, no era élfico, era algo más antiguo, algo más peligroso, era el lenguaje de los dioses.
Cuando vio y escuchó esto el guerrero con la armadura dorada comenzó a revisar sus ropas y a ajustar su armadura, una vez que hizo esto abrió su boca y realizo un grito potente, pero el sonido que salió no fue el de un hombre gritando, fue el rugido de un dragón.
En el suelo el joven creyó recordar en su mente por un momento la voz de su padre, el cual siempre lo había protegido y sintió miedo, los dos elfos que tenia más cerca comenzaron a luchar con mayor ímpetu, de pronto un ataque del duelista lo desequilibró y logró que el próximo ataque del asesino pasará su defensa, sin embargo el joven logró bloquear en último momento con su brazo aunque en el proceso perdió sus brazales, sin embargo la daga no logró traspasar su piel, la cual parecía ser tan fuerte como las escamas de un dragón.
El guerrero de la armadura dorada descendió a gran velocidad hacia el campo de batalla mientras parecía intentar hablar, aunque de su boca solo salían rugidos que Andrea de a momentos comprendía, parecia que algo bloqueaba las palabras del hombre de armadura dorada. Dentro del circulo la batalla se veía cada vez más desigual, el joven tenia marcas de cortadas en sus brazos, su armadura ya no existía y mostraba un poco de agotamiento, los elfos por su parte mas que guerreros parecían demonios, eran mas rápidos, mas fuertes, mas listos.
Cuando el guerrero dorado estaba ya cerca del suelo una guadaña apareció de la nada frente a él y casi le rebana la cabeza, del mismo lugar donde salio la guadaña salio luego una mujer que parecía caminar sobre algo delicado, era quizá la mujer mas bella que había visto, el combate entre la mujer y el hombre dorado no se comparaba en nada con el que sucedía en el suelo, era por mucho mas rapido y mas letal, ambos luchaban con todo, listos para acabar uno con el otro.
De pronto en lo lejano del norte aparecieron cientos de dragones, parecían flotar sobre el aire, parecen ser uno con él, parecían sus hijos. Los dragones crearon torbellinos y dispararon fuego de sus bocas, arrasando hasta las cenizas gran parte de la ciudad de los elfos, en el circulo solo quedaron los cuatro guerreros, todos corrían en desbandada intentando proteger sus propiedades. De pronto el guerrero de la armadura dorada hizo un gran corte a la dama de la guadaña, pero cuando estaba a punto de dar el golpe de gracia ella desapareció.El guerrero siguió avanzando hacia el circulo, donde el joven ya sostenía la lanza con una sola mano, le habían cortado un brazo, sin embargo el duelista estaba desangrándose en una esquina y el asesino había perdido una pierna, solo quedaban el joven y el anciano, mientras se observaban fijamente el joven avanzaba y el anciano conjuraba ataques desesperadamente más no lograba impactar en el joven.
Pero nada termina tan bien como uno espera, siempre hay una piedra en el camino, siempre hay algo que es peor de lo que esperabas. Cuando el guerrero del yelmo con forma de dragón estaba a punto de llegar al circulo un anciano apareció frente a él y le dijo algunas palabras que lo hicieron detenerse en seco, al mismo tiempo un gran guerrero aparecía frente a los dragones y escupía un río de lava que los hacía morir a casi todos al instante, pero eso no fue lo peor, mientras la lanza del joven atravesaba de lado a lado al anciano una guadaña aparece detrás de él y lo cortaba de arriba a abajo por la mitad. Justo en ese momento el guerrero de la armadura dorada volvió en sí y antes de luchar contra esos tres enemigos desapareció.
-Y fue asi, fue asi como comenzo el final de esta era- dijo la sombra.
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El Renacer
AdventureEl alma de los vientos era un ser fuerte y poderoso, veloz e intangible, sabio y antiguo, su andar era como el de la brisa, su mirada como un vendaval, su forma de combatir como una tormenta y su manera pensar como la de los dioses, pero no siempre...