Andrea no comprendía la importancia de lo que acababa de ver, de pronto se vio nuevamente en la cima de la montaña, pero las cosas habían cambiado y ya casi era de noche, sentado junto a una fogata estaba la sombra. Sus miradas se cruzaron por un momento y Andrea vio muerte, pero también tristeza, era como ser observada desde la oscuridad, desde el otro lado de una ventana o incluso más lejos, desde la tumba.
Después de comer y organizar sus ideas un poco Andrea comenzó a buscar a sus compañeros en los alrededores, pero no los vio, cuando miró a la sombra recibió una respuesta sin solicitarla —Se marcharon hace mucho, no podían esperarte por siempre.
Andrea aun no entendía cómo puede un dragón morir tan fácil, no entendía quién era ese joven, ni qué ciudad tan hermosa había sido aquella, ni siquiera entendía porque el caballero de la armadura le hablaba. Andrea meditaba en estas cosas cuando de pronto la Sombra le dirigió nuevamente la palabra —Si quieres comprender la verdad sobre lo que acabas de ver, debemos viajar más atrás, pero tiene sus consecuencias, ¿estas dispuesta a aceptarlas?— Ella asintió.
—Nunca debe existir enemistad entre un padre y sus hijos, sin embargo existe en muchos casos, la historia —y luego de decir esto la sombra se quedó en silencio mirando a Andrea —la tuya y la mía están llenas de estas situaciones y casualmente las guerras más cruentas son entre conocidos, entre familiares, entre amigos. Quizá te preguntes el porqué de esto, pareciera increíble que donde una vez existió aprecio, cariño o amor llegara a existir rencor u odio, pero no, es precisamente la pérdida del bien lo que facilita la llegada del mal, un ser herido en su amor es capaz de hacer el mal por recuperar ese amor —se detuvo un momento para ver la mirada desconcertada de Andrea y prosiguió —podría parecer imposible, pero cuando alguien desconocido te dice algo hiriente eres capaz de ignorarlo con facilidad, en cambio si el que te lo dice es alguien a quien aprecias, entonces eres capaz de responder con intención de herir al mismo nivel, incluso eres capaz de hacerlo sin detenerte a considerar si el otro lo hizo o no de forma intencional. Todo esto podría tener muchísimas explicaciones pero resumámoslo a una sola, se tiene la esperanza de que haciendo sentir al otro lo mismo que te ha hecho sentir cese de hacer aquello que te lastima. Pero ¿Qué pasa cuando el daño es irreparable? ¿Qué pasa cuando comienzas a transformar todo el cariño acumulado como combustible para encender la llama del odio? No, no debería existir la enemistad entre padres e hijos, pero ¿Qué pasa cuando tus hijos comienzan a recibir lo que tu esperabas recibir? y ¿Qué pasa cuando comienzan a recibirlo de aquellos de quien pensabas recibirlo? Los que conocemos como dioses no siempre lo fueron, aunque actualmente se podría decir que en efecto lo son y que crearon lo que conocemos, no podríamos decir que siempre fue así sino que llegaron a serlo y los dragones fueron pieza fundamental para que eso se lograra, pero una vez concluida la guerra, una vez reorganizado el mundo los dioses se relajaron, se alejaron de la creación y fueron los dragones su cara visible en la creación, fueron ellos quienes guiaron a los hombres, fueron ellos quienes educaron a las distintas civilizaciones en los distintos continentes, con el tiempo la imagen de los dioses se fue borrando, seguía existiendo pero era difusa, por otra parte los dragones seguían ahí, guiando las vidas de los mortales, apoyándolos en casi todas sus necesidades, al mismo tiempo que la adoración a los dioses se iba perdiendo y se iba convirtiendo en algo que se hacía por cultura, por obligación y por recuerdo la admiración por los dragones iba creciendo, poco a poco esa admiración se fue convirtiendo en adoración. Una vez que los dragones comenzaron a recibir lo que los dioses consideraban suyo el fin de uno de los dos lados estaba próximo, la victoria de los dioses estaba decidida desde el inicio por diversos motivos, pero entre ellos los más importantes eran dos, el primero era la infinita superioridad de poder que tenían los dioses frente a los dragones y la segunda era que, aunque los dioses veían a los dragones como una creación con un propósito, los dragones veían a los dioses como sus padres y nadie espera una puñalada de su padre.
—Naturalmente es imposible que un dragón sea vencido con facilidad o al menos así es en la mayoría de los casos, no obstante los que atacaban a los dragones en tu visión eran los mismos dioses —la sombra observaba a Andrea como esperando alguna reacción en ella y Andrea observaba a la sombra como si esperara la moraleja de la historia o la explicación de todo, ya que mientras más avanzaban más preguntas le venían a la mente, después de un tiempo la sombra comenzó a mirar al cielo y dijo —No obstante a toda la perfección de su plan los dioses cometieron un error, uno solo y es por ello que comenzó el fin de esta era, no lograron matar al primero de los dragones, porque si, los dioses crearon a los dragones, de diversos tipos los crearon, pero solo uno de cada tipo. Así que, aunque los dioses son los padres de los dragones también el primer dragón de cada clase es el padre de su especie y ese ser que viste, ese ser que por algún motivo te hablaba era él, ese era el padre de los dragones, el primero y el último de los dragones del viento.
ESTÁS LEYENDO
El Renacer
AventuraEl alma de los vientos era un ser fuerte y poderoso, veloz e intangible, sabio y antiguo, su andar era como el de la brisa, su mirada como un vendaval, su forma de combatir como una tormenta y su manera pensar como la de los dioses, pero no siempre...