-¿No olvidas la tinta? ¿llevas suficiente papel? ¿llevas plumas de repuesto? ¿sabes como debes saludar?- estas preguntas le hacia el escriba a Andrea mientras ella se preparaba para salir.
Aunque ella prácticamente no lo escuchaba sino que se limitaba a asentir con la cabeza por salir del paso, y mientras recogía todo lo que necesitaba su mente volaba lejos, hasta esas leyendas donde habían hombres lobo, dragones, gigantes, enanos, elfos y toda clase de cosas.
Bueno también habían hadas y personas que regalaban sin esperar nada a cambio, pero todos sabemos que eso no existe.
Pensaba en esas cosas porque solo en esas leyendas podía entender lo que había visto el día anterior, un hombre que comandaba una manada de lobos, un ser que emitía cadenas capaces de quitar las ganas de pelear a cualquier enemigo y sumado a eso aparentemente dominaba el tiempo.
-¿Estas aquí? ya es hora de partir- le dijo el escriba a Andrea mientras la agarraba por los dos hombros y la movía, lo cual la trajo de vuelta a la realidad, y mientras miraba en todas direcciones como si acabara de despertar le respondió -Sí, estoy aquí- aunque con una voz que parecía decir todo lo contrario.
Andrea comió un pedazo de pan que había en la mesa, aunque no por hambre sino para tratar de mantenerse enfocada en la realidad, luego se fijo en su mentor, le sonrió y se dispuso a salir hacia la mansión de la familia Mondrecknest, pero antes de abordar el carruaje que la esperaba afuera le pregunto a su maestro si tenia alguna ultima recomendación.
Después de verla fijamente durante unos segundos como si analizara el porque de la pregunta el escriba respondió -siempre debes recordar que cada historia puede tener muchos personajes pero, por cada hombre existe una sola historia.
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El Renacer
AdventureEl alma de los vientos era un ser fuerte y poderoso, veloz e intangible, sabio y antiguo, su andar era como el de la brisa, su mirada como un vendaval, su forma de combatir como una tormenta y su manera pensar como la de los dioses, pero no siempre...