El Renacer

El que una vez fue un monje guerrero

  Al entrar en el puesto de comando observo una figura conocida frente a ella, un hombre revisaba unas cartas, unos mapas y algunos escritos en una mesa del fondo, aunque estaba de espaldas parecía que no por ello estaba indefenso, le pidieron que se sentara en una pequeña mesa con dos sillas y esperara que la atendieran, un momento después el hombre que estaba en el fondo se sentó en la silla en frente de ella, era un hombre de unos treinta años, bastante alto, aparentemente bastante fuerte y con una voz tranquila le dijo -¿Empezamos?- ella se quedo asombrada por un momento y cuando se detuvo a observarlo vio que en su rostro se dibujaba la fuerza de los que son imbatibles, la tranquilidad de los que son imperturbables, la seguridad de los que lo saben todo y la paz de los que han visto el rostro de los dioses.

  Tuvo que disimular su asombro al encontrar tan libre a un hombre que creía prisionero y sentenciado a muerte, sin embargo le respondió -cuando usted quiera podemos comenzar, pero no hay apuro, cuando usted considere que esta cómodo y listo para hablar comience, yo voy a acomodar mis cosas- seguidamente saco papel, tinta y unas tres plumas por si acaso se dañaba una a mitad de la escritura.

  El campeón la observo y después de un momento de detallarla le dijo -me parece usted conocida, no recuerdo de donde, es usted quizá la mujer mas bella que e visto y ese es el detalle, ¿quien seria capaz de olvidar una belleza semejante?.

  Después de un momento de mutua observación y claro sonrojamiento de parte de Andrea, el campeón dijo -donde están mis modales, soy Moondawn pero puedes llamarme Mo, como hacen mis amigos, soy el comandante de este fuerte y hasta hace poco el campeón de la orden de los guardianes de la espada bendita.

  -¿Ya no lo eres? le dijo ella, creí que eras el campeón de la orden, creí que debías ir a la capital dentro de poco tiempo y que serias ejecutado ahí, en que momento eso cambio, creí que el juramento a la orden era de por vida.

  - Lo entenderás cuando comiences a escribir la historia, aunque podría comenzar por contarte lo que sucedió esta ultima semana y quizá entiendas al menos en parte el porque estoy aquí y porque me veo tan libre.