Neblina. (Myungyeol)

La capa negra

Tarareaba suavemente una melodía que alguna vez había escuchado antes, ¿donde?, no lo sabía, pero me encontraba Justo en el patio trasero que daba al bosque de la mansión de Myungsoo, aquella noche no concebía dormir, así que totalmente derrotado y con el corazón adolorido decidí ir colina arriba hasta el hogar de Myungsoo, esta noche el lugar había sido cubierto de neblina hasta donde se perdía la vista, dándole un toque más lúgubre al lugar.

-Lalala...laaalalarala.

Tarareaba mientras giraba y caminaba, haciendo crujir las hojas bajo mis pies, un cuervo se posó sobre el bebedero, memoraba fijamente.

-¿Que haces tan tarde aquí?

Obviamente el cuervo no respondió, en su lugar conforme miraba al ave oscura en su lugar pude discernir entre la espesura de los árboles una silueta, una que era similar a la de la mujer en mis sueños.

-¿H-Hola

La mujer poco a poco continuó saliendo de entre los árboles, cosa que me asustó lo suficiente como para correr hacia las ventanas que seguramente darían al sótano, pero estas eran muy pequeñas como para que pudiese deslizarme por ellas.

-Sungyeol.

Mis ojos se abrieron más de lo normal, ¿Cómo sabía mi nombre?, lentamente giré en su dirección y la pude mirar a pocos centímetros de mí, llevaba una capa con capucha color negro, el aroma a tierra mojada y hierbas la cubrían por completo, su flequillo y sus largos cabellos negros caían lacios por su frente y hombros, me miraba fijamente.

-¿Quien eres tú?

-Eso no importa, vamos, sígueme.

Dicho esto, se dio media vuelta y emprendió marcha por el bosque, yo desde luego me quede en mi lugar.

-No alcanzaremos a Myungsoo si no te apresuras.

-M-Myungsoo...¡espera!

Corrí a alcánzala, caminando con cuidado por entre las ramas y hojas, nuestros pies no se veían tocar el suelo a causa de la neblina, pero eso no la detuvo, a los pocos metros una pequeña luz comenzó a hacerse visible, volviéndose después un candil en su cajita de cristal que yacía descansando sobre una piedra, el cual tomó nuevamente y siguió con su camino.

-¿Por que tienes ese camafeo?

-Yo... Lo encontré.

-No sabes mentir muchacho.

-¿A donde vamos?

-A evitar que tu Romeo haga una estupidez.

No entendía muy bien a qué se refería, pero lo que me decía no era nada tranquilizante.

-¿Cómo sabes dónde está?

-Es evidente, me he negado a hacer lo que quería, así que se a donde irá a conseguirlo.

-¿A que te refieres?

-Deberías preguntarle tú mismo.

Estaba seguro de que habíamos tomado el camino que Myungsoo me había dicho que no usara, el sonido del riachuelo se hacía cada vez más fuerte, el olor de la tierra mojada era intenso y penetrante, no estaba seguro de cuánto rato llevábamos caminando pero sabía que era bastante, mis zapatos se sentían pesados seguramente por la tierra acumulada en la suela, la neblina se hacía más densa y los árboles comenzaban a tomar formas extrañas.

-Llegamos.

Dijo mientras señalaba una pequeña choza de la cual parecía salir humo.

-Este imbecil.