El control de los malos sueños

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Myungsoo y yo habíamos comprado lo necesario para partir dentro de tres días a Venecia, los últimos cuatro días habíamos recorrido La Ciudad, habíamos ido a diferentes lugares a pasear con Mizuki y también me había llevado a varios restaurantes a comer. Las cosas habían estado un poco tensas desde que Myungsoo se había negado rotundamente a compartir conmigo la información de cómo es que se llevaba acabo la transformación de un ser mortal en vampiro, era obvio que no era con una mordida, pues de ser así desde hace bastante ya estuviera caminando sobre las paredes como Myungsoo cuando no puede dormir. Un suspiro escapó de entre mis labios mientras veía al ajeno jugar con Mizuki bastante divertido. Gatee sobre la cama y me acerqué hasta donde se encontraban, sonriendo antes de palpar la rodilla del ajeno, tenía sus piernas en forma de V invertida sobre la cama, apoyando a la pequeña en sus piernas mientras jugaba con sus manitas.

-Myungsoo.

-¿Si?

-¿En verdad no me dirás?

Myungsoo Suspiró y nuevamente negó conforme miraba a la nena, dejándola en la cama cuidadosamente antes de dirigirme una severa mirada.

-¿Por que tanto interés?

-Bueno, creo que sería más conveniente, digo, podría estar contigo siempre, ademas creo que así le agradaría a tu familia ¿no crees?

Traté de sonar lo más convincente posible pero hasta para mí mismo todo lo que había dicho sonaba bastante estupido.

-Sungyeol, ya no podrás comer nada de lo que te gusta, no podrás vivir en un solo lugar, ya no podrás salir al sol, ademas tus primeros años serán muy difíciles de controlar, el olor a humano es bastante tentador sabes.

-¡N-no importa!, a mí ni me gusta el sol.

Dije en un intento desesperado por tratar de convencerlo pero en lugar de eso, solo logré hacer que el ajeno riera escandalosamente.

-Te diré solo para que cierres la boca de una vez.

Suspiró nuevamente y se levantó luciendo aquel hermoso cuerpo con esos shorts deportivos y esa camiseta blanca, estirándose mientras corría la cortina, dejando entrar la luz de los faros en la calle ya que comenzaba a atardecer.

-Solo tienes que beber de mi sangre, o de algún otro vampiro.

Me quedé callado, aquello sonaba bastante sencillo.

-¿Y...ya?

-Si, pero ni de chiste te daría.

Dijo con una sonrisa triunfante mientras caminaba de nuevo a la cama, rascando la cabeza de la pequeña mientras la miraba.

-No puedo creer que estuviste a punto de matarla por una estupidez, menos mal que mataste antes a esas gallinas.

Myungsoo elevó la mirada, clavando sus inertes ojos en los míos con una expresión llena de seriedad. ¿Le había molestado mi comentario?

-Si, me costó trabajo encontrarla.

Ambos sonreímos y bajamos a cenar, bueno, me acompañó a cenar mientras ambos conversábamos de cosas como los edificios en la ciudad, algunas películas e incluso Libros, Myungsoo solo se limitó a beber Whiskey y una vez terminamos pagamos y subimos al dormitorio. Bañé a la Bebé y la cambié, Myungsoo le dio de cenar y finalmente la recostó.
Myungsoo se veía inquieto, sabía que no había dormido bien durante el día, así que le pedí que tomara una siesta nocturna mientras yo dormía, convenciéndolo así de ello. Estaba cansado, aún no me encontraba del todo derrumbado por el sueño pero si estaba dormitando, podía sentir los violentos movimientos de Myungsoo por la cama, incluso un fuerte golpe con su codo que fue a parar en mi espalda, un golpe que me sacó el aire por completo, haciéndome despertar inmediatamente mientras me levantaba para verle pues de verdad había sido imposible consolidar por completo el sueño con él peleando con las mantas.

-Myung... ¡ohhh por Dios!

Mi rostro fue de horror total al observar que Myungsoo se encontraba recostado en el techo de la habitación, removiéndose brusca y salvajemente como si tratase de quitarse de encima algo, sus venas del cuello y parte del rostro estaban totalmente púrpuras, sonidos agudos salían de su garganta mientras me dejaba mirar por primera vez en bastante tiempo aquellos relucientes y filosos colmillos, su camiseta estaba rasgada producto de sus mismos ataques, mi corazón comenzó a latir bastante rápido, mis piernas temblaban y un sudor frío corría por mi frente, ¿que debía hacer al respecto?, ¿como le bajaba de ahí?, ¿que le sucedía?

-M-Myungsoo.. escúchame, tranquilo por favor, solo es una pesadilla.

Subí a la cama lentamente y con cuidado le tomé de una de sus piernas para después tirar con levedad de su cuerpo, pero no reaccionaba.

-¡Myungsoo despierta!, ¡ya por favor!

Tiré con más fuerza de él, haciéndole caer en la cama mientras sus azulados ojos se abrían de golpe, la respiración en su pecho subiendo y bajando arrítmicamente mientras me miraba fijamente para segundos después negar y de un rápido y preciso salto ir a parar a un extremo de la habitación.

-Véte de aquí.

Habló de forma agitada, haciéndome negar por ello inmediatamente conforme intentaba acercarme, Myungsoo retrocedió y se aferró a la pared, temblando nerviosamente como si estuviese tratando de contenerse, algo andaba muy mal.

-¡No!, m-mírame... Tienes que salir de aquí, no quiero herirte, anda llévate a La Niña, ¡corre!

Asentí repetidas veces asustado conforme me colocaba rápidamente mis tenis, corriendo a la cuna de la Bebé para tomarla en brazos y caminar a la puerta. Jamás había visto tan alterado a Myungsoo, eso no era de él.

-Volveré pronto.

-Ve, ¡ya!

Abrí la puerta y salí rápidamente, palpando los botones para entrar al elevador, seguido bajando por este mientras mi corazón latía acelerado, sintiendo como un repentino estremecimiento hacía vibrar la parte superior del ascensor, el cual era de cristal pero la tapa superior de metal, Mizuki comenzó a llorar mientras yo intentaba serenarla sin mucho éxito, unos pasos en la parte superior se escucharon y segundos después la tapa se abrió, dejando ver el cableado y el rostro vampirico de Myungsoo mirarme fijamente, pero había algo diferente, sus ojos reflejaban un inmenso salvajismo, me veían como comida, me veían fija y fríamente, el temor se apoderó de mi ser, ese no era mi Myungsoo.

-Myungsoo.

Chillé entre lágrimas conforme me arrodillaba en el suelo, observando como el ajeno se introducía de un salto en el interior del ascensor, acercándose a mí de forma decidida y precisa, me aferré a la pequeña pero él me tiró del cabello para hacerme mirarle y después tomarme del cuello, haciéndome llorar por ello pues era evidente la forma tan violenta en la que lo hacía. Mis brazos temblaban, mi corazón latía Tan fuerte que podía sentirlo en mis oídos.

-¿Myungsoo?, ¡por favor!, ¡por favor!, ¡soy yo!, ¡soy Sungyeol!... te amo, despierta.

Myungsoo aflojó su agarre y repentinamente retrocedió mientras sacudía su cabeza repetidas veces, tirándose de rodillas frente a mí, mirándome después con total desconcierto y cierta tristeza en sus ojos.

-Y-yo... no sé qué me sucedió, Yeollie.

Su mirada era suplicante, a pesar de la coloración clara en estos, podía reconocer a mi amado en ellos, la frustración y la impotencia se habían apoderado de él, pues sus lágrimas habían comenzado a desbordar incontrolables de sus ojos.

-Está bien, todo está bien... ya pasó, ¿si?

-Juro que no fue a propósito... Y-Yo... es como si algo me hubiese obligado a hacerlo.... Jamás te lastimaría, jamás, ni siquiera he tomado ya más de tu sangre, tienes que creerme.

-Te creo amor, te creo.

Dije entre lágrimas mientras me acercaba a abrazarlo con una mano.
El ascensor se detuvo, las puertas se abrieron y ante estas un muy serio Minsuk nos devolvía la mirada.

-¿Listos para irnos?

Neblina. (Myungyeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora