Un vengativo Sungkyu

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Había llegado a casa de Sungkyu con los cabellos alborotados, lleno de tierra y varios raspones en los brazos, sus padres se habían asustado tanto como él al verme de esa manera. Lo que no se imaginaban es que yo me encontraba peor mentalmente.

-¿Que carajo te pasó?

Cuestionó mientras me dejaba entrar a su casa, su madre, no había tardado en hacerme un lugar en la mesa, revisando si me encontraba bien, yo por mi parte solo sonreí y les dije que me había caído en el Barranco buscando a mi madre.

—¿¡Que hacías en el bosque tan tarde!?, sabes que es peligroso muchacho, ¡podría pasarte....

Y se detuvo, se detuvo al darse cuenta de lo que estaba a punto de decir, todos giramos al escuchar que Sungkyu dejaba los cubiertos y empujaba su silla.

-Me voy a la cama, Yeol puedes dormir conmigo si gustas.

Habló con total desgano, hice una pequeña reverencia ante los señores Kim y me levanté para ir detrás suyo, deteniendo la puerta Justo a tiempo antes de que esta me golpeara la cara, entrando en la habitación de mi amigo, la cual por cierto no pisaba hacía años.

-Vaya.

Fue lo único que pude decir al mirar cómo esta se encontraba repleta de pergaminos, papeles y dibujos en una de sus paredes, un montón de viejos libros y hojas yacían en un escritorio y en el piso debajo de este, libros de pastas gruesas y  de hojas amarillentas, por lo que deduje, eran libros viejos, caminé hasta el escritorio y tomé uno entre mis manos, hojeándolo fugazmente mientras observaba entre hojas algunos dibujos de ángeles y otros de demonios. Conocía bien a mi amigo, sabía que esto no era normal en él.

—Sungkyu....

-A Woohyun le gustaban estas cosas, su familia tiene arraigadas muchas leyendas e historias, para él era algo normal, algo que debía tomarse con seriedad.

Dijo mientras reía suavemente, me giré a verlo sin moverme de mi lugar, observando las lágrimas bajar por sus pequeños y cansados ojos.

-Aves De mal agüero, romper un espejo, ver un gato negro.-Se encogió de hombros.-Entre otras cosas...Su hermana me permitió quedarme con esto, ella es la única de la familia que odia estas cosas, odiaba tener una familia tan excéntrica, pero aún así quería a Woohyun, era lo único que le quedaba.

-Kyu...

-Conozco sus libros, lo miré mil veces ordenarlos y limpiarlos.-Murmuró con seguridad, mirando un punto muerto en la pared mientras elevaba su índice derecho.-Y hace falta uno Sungyeol... Era su favorito, la pasta era muy vieja, y tenía bordes dorados, algunas hojas sueltas.

No comprendía muy bien lo que intentaba decir, desvíe mi vista una vez más hacia los libros, volviendo a hojear uno más pequeño que se encontraba oculto debajo de algunas hojas, el aroma del papel impregnó el aire en su totalidad, envolviéndome por completo mientras escuchaba a mi amigo.

-Es extraño, encontraron su mochila junto a él en el bosque, cerca del lago, pero estaba vacía.

Su voz era suave, lenta y cuidadosa, como si estuviese resolviendo algún tipo de puzzle. Yo, analizaba aquel libro con dibujos de criaturas fantásticas de todo tipo, hadas, ninfas, duendes, vampiros, todos con dibujos antiguos hechos a mano, me detuve en el último, mirando por encima entre las letras.

-Esto es muy extraño, Sungyeol.

Leí, algunos renglones, leí y releí, piel fría, pulso apenas perceptible, intolerancia a la luz del sol, Ausencia del reflejo ante los espejos(a no ser que se posea un amuleto conjurado correctamente para hacer posible su vision frente a estos), colmillos puntiagudos perceptibles de mejor forma cuando se alimentan, bebedores de sangre. No supe en qué momento mis ojos comenzaron a viajar tan rápido por aquellos renglones, pero entre más leía, más imágenes venían a mi cabeza, imágenes que se disparaban conforme conectaba algunas características con Myungsoo, y lo que esa noche había presenciado, solo lograba hacer que mi cabeza doliera, entonces al leer lo ultimo, instintivamente mi diestra fue a dar a ya las casi inexistentes picaduras en mi cuello.

-¿Ocurre algo?

Cuestionó mientras observaba el libro en la mesa, haciéndome saltar del susto pues no había visto en que momento se había parado junto a mí.

-Deberías ducharte.

-Tienes razón, de verdad gracias por recibirme.

Murmuré mientras intentaba calmarme, él me sonrió mientras quitaba mi mano con suavidad de mi cuello, acariciando este con suavidad.

-Sabes, Sungjong también tenía unas de estas, pobre chico, tuvo un final tan trágico, cada día lo veía más lánguido, cansado, como si se tratase de una flor, que poco a poco se marchitaba, invadido por alguna clase de plaga, esas, que solo buscan alimentarse hasta matar.

Sus palabras me erizaban la piel, me asustaban, pues podía escuchar la sospecha en ellas, la intriga, Sungkyu estaba distinto, su mirada era rígida, fría y apagada, pero sobre todo llena de dolor, y entonces comprendí, no conservaba aquellos libros sólo de recuerdo, no, el estaba al acecho, expectante.

-¿Que te pasó realmente en el bosque?, ¿viste algo fuera de lo normal?

Tragué en seco y negué con suavidad mientras le miraba, intentando parecer convincente, él solo asintió y cerró el libro con fuerza sobre el escritorio sin despegar sus ojos de mí.

-Son frágiles.-Dijo refiriéndose a los libros.-como nosotros... encontrare al culpable Yeol.

Susurró antes de señalarme el closet.

-Toma la pijama que quieras.

Asentí una vez más y tomé algo al azar, apresurándome en entrar al baño, una vez cerré la puerta detrás de mí, un suspiro escapo de mis labios, me llevé la mano al pecho y sentí mi corazón bombardear mi pecho con fuerza con aquellos violentos latidos, cerré mis ojos y dejé que aquellas imágenes invadieran mi mente, Myungsoo luchando contra ese chico, la fuerza descomunal y esa mirada tan bestial, abrí mis ojos y rápidamente llevé mi mano hacia mi bolsillo, pero no estaba ahí, el camafeo.

-Un amuleto.

Susurré para mí mismo, mirando mi rostro en el espejo del baño mientras me pasaba una mano por los cabellos.

Neblina. (Myungyeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora