Pesadilla viviente

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Las semanas habían transcurrido, Myungsoo me había dejado oficialmente, si es que lo nuestro se podría denominar relación amorosa, ya no me buscaba más, ya no le veía, ya no podía ingresar a la escuela producto quizá de alguna advertencia por parte del ajeno hacia la escuela, ya no le veía en la cafetería, podía esperar horas sentado en el lugar de siempre y nada, simplemente Myungsoo había desaparecido. Mi trabajo era aburrido y cansado, mi hogar se sentía solo y vacío, el rechinar de las puertas y el crujir de las tuberías era mi única compañía, me sentaba cada noche a cenar lo mismo, las sillas a mi alrededor de veían tan tristes, había quitado el pizarron de mi habitación, había guardado viejos objetos que usaba cuando era policía, mi cabello se encontraba más largo de lo normal. Todo había sido tan fugaz, aquel día simplemente me fui a dormir nuevamente a su cama, pero a mitad de la noche yo desperté asustado producto de una pesadilla, pesadilla que se había vuelto realidad, me encontraba en mi casa, sólo.
El lápiz 5B se paseaba por la hoja de papel, marcando y dibujando líneas que más tarde se convertirían en el cabello de Myungsoo, era domingo, la luz del sol era tenue, el aire suave y la sombra de aquel árbol exquisita, este era mi sexto dibujó que inútilmente intentaba hacerle justicia a la belleza de aquel hombre, claro, eso no sería posible, a veces dormía hasta tarde sobre mi escritorio mientras dibujaba, tenía varios bocetos en mi habitación, a veces soñaba que Myungsoo venía a verme, pero cuando habría los ojos, nada. Poco a poco comencé a recuperar el color, mis ojos aunque aún se rían cansados, ya no tenían ojeras, entonces pude comprender mejor quizá el por que de la ausencia de Myungsoo.

-¿Habrá vuelto a Venecia?

Me cuestione para poco después acariciar aquel camafeo que ahora colgaba de mi cuello, Jungkook solía pasearse de vez en cuando por mi casa, pero ya no me asustaba, ya no me provocaba aquella extraña sensación, aunque aún me preguntaba el por que venía a penarme a mí.

-¿Qué haces aquí?

-Taeyeon, hola.

Sonrió amablemente y tomó asiento juntó a mí mientras suspiraba, echando hacia atrás sus cortos y hará rubios cabellos.

-Te ves muy bonita.

-Aw gracias Yeol, te ves triste.

-Lo estoy, ¿Myungsoo aún es profesor de historia de tu clase?

-Oh no, hace semanas que obtuvo una plaza en otro país, no recuerdo bien su nombre, ahora tenemos un viejo decrépito y aburrido en clase.

No pude evitar sentir como la decepción se apoderaba de mí, así que con una sonrisa forzada me límite a asentir mientras bajaba la mirada.

-Sé que tenías algo con él.

-¿De qué hablas?

Su índice señaló la hoja sobre mis piernas, la cual inmediatamente me di a la tarea de girar, aunque ya era demasiado tarde.

-Los vi juntos por ahí un par de veces, además, se nota bastante por como dices su nombre.

-Se fue sin darme explicaciones, lo extraño.

-Sus alumnos y alumnas le lloran por recibir aunque sea una asesoría en su oficina, jamás terminaré de entender que es lo que tiene ese hombre que enloquece tanto a los demás.

-Me tengo que ir.

Dije conforme tomaba mis cosas y me incorporaba.

-Será mejor que lo olvides, a él solo le gusta satisfacer sus necesidades, todos lo sabemos, es una lástima que acabe en tragedia todo, que mala suerte, quizá por eso no es casado.

-No deberías hablar así de la gente que no conoces.

-¿Y tú?, ¿lo conoces bien?

El misterio en su pregunta me incómodo de cierto modo, pero una sonrisa se formó en mis labios al recordar la tarde que los dos estuvimos juntos en ese mismo sitio, lo conocía, ese hombre tenía un gran corazón, estaba seguro.

-Lo conozco.

-Entonces, estas perdido.

•~•

Nuevamente me encontraba terminando mi séptimo dibujo, el reloj digital marcaba las 23:45 PM, mis ojos poco a poco se cerraban, mi frente cayó sobre la mesa.

"Sacude tus cabellos brisa de otoño
A mí trae consigo aroma sublime,
Reluciente y mármolea piel de seda,
Ansía tentar carne impura,
Conmovidos los ojos del mal sucumben
A La belleza del blanco cordero atraen, Corazón de piedra agrietado palpitar al ver a bello ángel danzar."

Aquella voz, aquella preciosa voz me llamaba, mis ojos se esforzaban en abrirse.

-Myungsoo.

Poco a poco las paredes se tornaban negras, un largo pasillo con alfombra roja se abría paso frente a mí, su voz resonaba suave y amorosa por el lugar, me llamaba, me atraía. Caminé en dirección a la puerta a mi lado, pero esta no abría, algo en mi interior me decía que mi amado estaba justo detrás de aquella puerta, quería correr a sus brazos, quería sentirlo, quería estar con él.

-¡Myungsoo!, ¡Myungsoo!, ¡Myungsoo!

Pero no podía abrir la puerta, no podía alcanzarlo, no podía. La desesperación era tal, mi corazón palpitaba tan fuerte y tan desenfrenado que podía sentirlo en mi cabeza cual golpes estruendosos en todas y cada una de las puertas, corrí a todas, tiré de ellas, nada.

-¡Myungsooo!, ¿¡dónde estás!?, ¿dónde?

Me levanté exaltado, mi corazón poco a poco volvía a la normalidad, mis ojos lagrimeaban sutilmente y el aire entraba frío por la ventana.

-M-Myungsoo.

Murmuré mientras corría a la ventana, asomándome por esta mientras miraba en todas direcciones.

-Yo... Recuerdo haber cerrado esta ventana.

Jamás había escuchado aquellos poemas, por que si, Myungsoo me hablaba en sueños, me decía poemas, me decía cosas hermosas, me acariciaba, me miraba, me amaba.

Pero eran eso, sólo sueños, sueños hermosos o bien, pesadillas espantosas en las que no podía alcanzarlo.

-Ninguna es tan horrible y dolorosa como esta, por favor, vuelve por mí.

Susurré entre lágrimas mientras sentía el airé acariciar mis mejillas.

Neblina. (Myungyeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora