El Diario de Don _ IchiKara FanFic Au Mafia

Capítulo 8

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Karamatsu regresó a casa demasiado sonriente, lleno de vida y con el gatito entre sus brazos, Karasu le miró desde la cama, realmente él la pasaba ahí todo el día por lo que solo esperaba a que su hermanito regresara ya sea para que este le preparara algo de comer o simplemente para fastidiarlo. Kara se dirigió rápidamente a la nevera y tomó una de las paletas para luego sentarse al borde de la cama y comerla.

- Espera un momento –Karasu se apoyó en manos hasta erguirse- ¿Qué es eso? –

- Figlio di puttana –Rió extendiéndole la paleta a Karasu.

- ¡¿Qué?! –

- Dino lo dice mucho. Mira Karasu, mira mi gatito –Sonrió de manera tierna y enseñándole el peluche.

- ¿De dónde carajos has sacado eso? –

- Danonino me lo ha comprado –Abrazó el peluche, frotando levemente su mejilla contra la delicada felpa- Es tan amable y bueno conmigo, mira, también me compró un casco para que no me haga daño –Señaló.

Karasu se levantó de inmediato y empujando a Kara fuera de la cama, el pequeño se quejó pero antes de mirarle si quiera, Karasu le sujetó por las ropas, abriéndolas y buscando alguna marca en el cuerpo de su hermano menor, Kara se asustó pensando que le golpearía por lo que sollozó de inmediato.

- ¡¿Quién es ese maldito? Dime, ¿quién es, te ha tocado, te ha hecho algo?! –

- ¡Me asustas y me lastimas! –Cubrió su rostro- ¡Es mi amigo, mi amigo Dino! –

- ¡Seguramente tiene otras intenciones y por ello te da esto! –Soltó a Kara y tomó el peluche- ¡Tú no puedes tener ningún amigo y mucho menos alguien tan cercano, te necesito así que no tienes derecho alguno de aceptar estas cosas! –

- ¡No lo rompas, por favor! –

Karasu estrujó el peluche entre sus manos pero los llantos de Kara fueron su total atención, mirándole llorar de manera amarga, tan dolorosa y agachando la cabeza. Esta era la segunda vez que escuchaba y veía llorar a Kara de tal manera...

... ...

Había tropezado ya varias veces pero el mayor no se detenía, arrastrándolo incluso hasta lastimarle un poco las rodillas. Karasu no miraba ni se tentaba al escuchar las suplicas de su hermano menor pidiéndole un descanso, así hasta llegar al final del pasadizo, saliendo hacia un claro muy de lejos a la mansión.

- Me duele... -Sollozó el pequeño y frotando sus rodillas un tanto raspadas.

- No me importa, debemos seguir –No le miró- Levántate que ni pienses te llevaré cargando –Le tomó de nuevo por la muñeca pero Kara ya no fue capaz de caminar, estaba tan cansado que sus piernas temblaban impidiéndole dar un paso más- ¡Levántate! ¡Levántate o te dejaré aquí! –

- ¡No puedo, me duele! –

- ¡No me interesa, levántate ya! –El pequeño dio un respingo, llorando a un más fuerte, tanto por el dolor, el miedo y la confusión, pidiendo a gritos a su madre. Karasu entró en desesperación, sabía que podían ser descubiertos y asesinados pero nada de lo que hiciera calmaba a Karamatsu.

Al contrario del pequeño, Karasu estaba dolido, enojado e irritado por no poder callar a Kara, haciéndole caer en crisis, golpeando a su hermanito.

- ¡Te dije que te callaras!! –Le empujó, provocando más llanto en Kara- ¡MALDITA SEA, CALLATE! –

Karasu, vuelto en ira, tomó a Kara por los hombros y sacudiéndole, golpeando su cabeza repetidas veces contra la dura tierra bajo suyo, el pequeño ya no pudo responder, se había mareado y la brecha en su cráneo le hizo perder sangre, desmayándose. Karasu le soltó al darse cuenta que no se movía y encontrando con horror el líquido carmesí emanando de su pequeño hermano.