Capítulo 26

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El lugar era pequeño, apenas contaba con media cocina, un baño y un cuadro de 4 por 4 que servía como estancia y durante las noches de dormitorio, Jyushiko fue la primera en entrar, llamando a su hermano que descansaba en aquel pedazo y arropado con las sabanas sobre el futón que compartían.

- Hermano, he regresado –Sonrió acercándose- ¿Cómo te sientes? –Dejando su bolso de lado, Jyushiko se inclinó hasta sentarse sobre sus rodillas.

- Estaría mejor si me dejarás al fin in al local a trabajar –Replicó el joven, parecido a ella aunque con el cabello oscuro, corto y de piel blanca como cualquier asiático.

- Claro que no, aun no estás del todo recuperado así que no –Hizo un pequeño mohín, el chico se percató de la presencia de Kara y le miró con algo de sorpresa.

- Ah, ¿él es...? -

- No, es el hermano menor del sujeto que nos ayudó –Se apresuró a responder- Kara, él es mi hermano mayor Jyushimatsu –Sonrió presentándoles.

- Mucho gusto –Kara se acercó y con cuidado estrechó la mano que Jyushi extendió a la par de las palabras de la chica para luego sentarse a su lado, mirando las heridas de Jyushi. Llevaba un vendaje nasal y una gasa redondeaba su cabeza, también le habían roto el dedo anular derecho por lo que llevaba un pequeño entablillado- Lamento lo que te sucedió –Dijo preocupado.

- Oh ¿esto? –Refiriéndose a sus heridas- Está bien, en parte es mi culpa por haberme metido con la gente equivocada –Sonrió algo juguetón- Uh... ¿Has venido solo? –La preocupación le invadió levemente puesto que si era pariente de aquel joven entonces significaba que tenía conexiones con la mafia.

- Él ha huido de Oyabun –Interrumpió Jyushiko, su hermano ahora se quedó sin habla eso significaba problemas. En pocas palabras Kara representaba peligro y uno muy grande, es decir, ese chiquillo no podía estar aquí.

... ... ... ...

Sicilia, Italia.

Casi darían las nueve cuando Karasu despertó, había dormido toda la tarde en aquella habitación de hotel rentada, era lo más que había dormido en mucho tiempo puesto que Osomatsu siempre gustaba de molestarle cuando le veía relajado y ahora que podía, aprovecharía un poco la "tranquilidad".

Ahora su estómago necesitaba comida. Salió hasta el lobby del sencillo sitio y se encaminó a las calles, en el camino compró una banderilla de salchicha y una soda, sentándose en la orilla de la acera mientras comía. Los alrededores estaban tranquilos, algo silenciosos y de vez en cuando un par de personas pasaban cerca, suspiró con algo de aburrimiento y pensó en lo que debía hacer por el momento.

No se había encontrado con Ichimatsu, eso quería decir que seguramente Ichiko le impedía buscarlo, tal vez lo había encerrado o amenazado, esa mujer si que era un estorbo, se acabó la banderilla y la soda, dejando la botella a un lado y luego levantándose. Se dirigió ahora a un establecimiento de llamadas en el cual por una módica cantidad podía comunicarse a diferentes partes del mundo, claro, si es que sabía los códigos a marcar.

Se adentró en una de las cabinas y marcó el número de la residencia de Oyabun, esperando por una respuesta y al tenerla, sorpresa, era Choro San quien contestaba, eso era extraño, siempre había una mujer de servicio para ello pero por alguna razón era Choromatsu quien atendía la llamada, en fin, tal vez solo pasaba cerca del teléfono.

- Oi, comunícame con Kara –Dijo, no pudo decir más ya que Choromatsu comenzó una serie de amenazas y reproches que Karasu no entendía hasta que el otro le contó lo sucedido- ¡¿Cómo?! –

El Diario de Don _ IchiKara FanFic Au MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora