Damian Wayne. Modelo ejemplar en la Academy Gotham. Notas de sobresaliente, artista y con miles de chicas tras él.
¿Quién no querría ser él?
Se quedaba después de clases a estudiar, iba al club de arte y había ganado todos lo concursos de matemáticas de la Academia.Pero todo su orgullo se vino abajo cuando apareció una chica nueva. Una chica pálida como la luna y sus ojos de un color extraño. Poco a poco fue superandolo en las notas. Convirtiéndose en la primera de la clase y robándole en puesto a Damian.
Descubrió tras investigar meticulosamente sobre la chica, Rachel, que era una magnífica escritora y música. Definitivamente una rival digna para él. Y Damian Wayne siempre acababa con sus rivales.
Al final le propuso hacer una votación. Al cabo de unas semana casi todas las clases se unieron. Unos siempre iban tras Rachel, apoyándola e insultando a los que apoyaban al joven Wayne, y otro grupo de gente trás él.
Y así pasaron hasta los meses. Siempre una competición que, Rachel tomaba como una razón más para esforzarse e ir a la universidad, pero que Damian tomaba de manera personal. Así tras miradas de desprecio por los pasillos o en clases, siempre seguidos de un grupo de gente que no conocían o le sonaban, o pequeñas discusiones cuando por fin estaban sin los debatidores en los aparcamientos de la academia.
Desde lo pasillos siempre se oía "¡Grupo de Rachel! " "¡Damian Wayne" al mismo tiempo. Un círculo vicioso que acabó cansando a Rachel.
Que la gente siempre comparara tus notas con las de otra persona. Que siempre te estuvieran siguiendo a todas partes, y ese odio incondicional hacia una persona que no te ha dado la oportunidad de conocer. Todo por unas estúpidas notas. Todo por esa maldita apuesta.
Así hasta que un día Rachel decidió huir de todo. Ese día huyó de la gente que no conocía por los padillos y salió corriendo. Para su gran sorpresa, su rival pasó corriendo por su lado.
Se giraron lentamente al darse cuenta y se miraron por primera vez directamente a los ojos. Y se dieron cuenta de verdad como era la otra persona a la que habían despreciado. Rachel se sorprendió al verlo solo, y por la cara de él el también se sorprendió, aunque no se le notase.
Rachel miró al pasillo tras él, y él miro al pasillo tras ella. Al asegurarse de que no había nadie volvieron a mirarse con semblantes tranquilos.
-Lo siento - dispersó el silencio Damian acercándose con pasos calculados.
Ella alzó una ceja. ¿Por qué se disculpó? Ella le siguió el hilo a todo esto. Ella es la que debería haberse disculpado.
-Yo empecé todo esto. Y se nos ha salido de las manos... - continuó al ver la expresión de su compañera.
-Coincido. Acepto las disculpas... aunque creo que he ganado yo... - añadió con una sonrisilla pícara en los labios.
El chico alzó una ceja y sonrió divertido.
-Creo que no te odio. Y nunca he llegado a odiarte. No he tenido la oportunidad de conocerte de verdad, Rachel.
-Ni yo, Damian. Bueno, aún estamos a tiempo.
-¿Vienen? - se inclinó hacia la derecha para ver el pasillo.
Rachel miró de soslayo y sacudió la cabeza.
-Encantado, Roth... - tendió una mano.
-Encantada, Wayne... - estrechó la mano sin apartar la vista de esos mares verdes.
-Me gustan tus ojos, Roth.
No les afectaron las caras enfadadas y confundidas de sus compañeros al ver sus manos entrelazadas al entrar en el aula de biología.
ESTÁS LEYENDO
PÁGINAS CORTAS
FanfictionPequeñas historias que algún día se olvidaron en mi cabeza One shots Damirae