Ese día de otoño sobre las 7 y media de la tarde, el hijo del dueño de la empresa caminaba a paso rápido y seguro hacia su propia oficina.
La gente se giraba a mirarlo cotilleando sobre por que el hijo de su jefe andaba por allí.
Muy simple, iría allí para recoger unas cosas por un favor de su padre y volvería a su apartamento a toda pastilla.Cruzó rapidamente la puerta arreglando la corbata roja que tanto le había costado ponerse al salir de casa. Bueno, corbata que al final le ató ella.
Cerró tras de él y dejó su maletín sobre el escritorio junto a un supiro de puro aburrimiento.
Maldició en voz baja las paredes transparentes de espejo al ver como 3 hombres riendo y bromeando entre ellos se acercaban peligrosamente a su entrada.
Reconoció a los hombres como las tres sombras bromistas e infantiles de su padre que trabajaban en la misma planta que su despacho.
Rodó los ojos fastidiado sabiendo de la ola de "bromas" sobre su vida que se abalanzaria sobre él.Como esperaba, el hombre rubio de ojos castaños algo más alto que él, tocó a la puerta con energía.
Resignado, se separó de la mesa y abrió a regañadientes.
-¿Qué queréis ahora? - siseo levantando una ceja.
Antes de que pudiera apartarse, los tres hombres se abalanzaron sobre él en un apretado abrazo que no le gusto ni un pelo.
-¡Damian, mocoso!
-¡Cuanto tiempo!
-¡Cuanto has crecido!
Se pusieron ha hablar los tres a la vez.
Se soltó como pudo para poder respirar.-¿Cuanto hace ya? ¿Tres, cuatro años? - le preguntó el moreno riendo.
-Cuatro- dijo frío acercándose al escritorio. Cogería los papeles y saldría de allí a toda prisa.
-¿Y eso que vienes aquí ahora?- intervino el rubio siguiéndolo.
-He estado...liado estos años- explicó pensativo.
Con todos los líos de los Titanes, su apartamento y gente que quería matarle no es que tuviera mucho tiempo para "trabajar" para su padre.Se giró para mirar a los tres hombres sonrientes y frunció los labios cansado.
-Oohh... ¿una mujer? ¿por fin? - sonrió pícaro el castaño, que sabía del difícil carácter antimujeres de Damian.
-Emm... - vaciló sonrojandose al isntante.
Los tres hombres soltaron un "uuuhh" a coro que lo hizo fruncir el ceño.
Parecían un trío de universitarias depravadas...Damian chasco la lengua molesto.
-Si es la chica de Damian seguro que es una chica amargada y mayor para que pueda soportarle- río el rubio divertido.
-¿Que? Mi novia no es una vieja- la defendió.
-Uhh, así que si que es tu novia- el moreno alzó una ceja pícaro aumentando su rubor.
-Pero-
-Entonces, si ha podido ligarsela él seguro que es una mujer con arrugas y un montón se gatos.
-Una loca de los gatos.
-O puede que sea demasiado "hermosa" para que no nos la haya presentado.
Se pusieron a bromear sobre su novia. Y NADIE podía opinar sobre ese tema. Y menos negativamente.
Frunció el ceño enfadado por todo lo que decían. Rachel era totalmente contraria a eso.

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PÁGINAS CORTAS
FanfictionPequeñas historias que algún día se olvidaron en mi cabeza One shots Damirae