UNIDOS I

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-Chicos, ya estoy aquí - anunció animado girando la llave en la cerradura y entrando en la casa.

-¡Papá! - se oyeron dos voces desde el pasillo y unos pasos rápidos.

Al cabo de pocos segundos una niña de seis años y un niño de cinco se pararon frente al hombre sonrientes y tranquilos.

Los observó fijamente antes de agacharse estrecharlos en un abrazo protector.

-¿Y vuestra madre? - preguntó al separarse.

-En el jardín - dijo la niña señalando con su pequeña mano al fondo del pasillo iluminado.

-Ven con nosotros, papá - sonrió el niño tirando de su brazo y el de su hermana hacia el pasillo.

El hombre los miró antes de asentir y coger al niño en brazos y a la niña de la mano.

-Siempre estás trabajando, papá- musitó la niña apresurando a su padre a andar más rápido.

-Lo siento, Mary. Hoy me quedaré el resto del día.


Rachel levantó la vista del libro que leía bajo la sombra de un árbol de su jardín al oír dos gritos infantes entusiasmados acercarse.

-¡Mamá!

Sus dos niños corrieron hacia ella para pararse de rodillas.

-Mary, te he dicho que no andes descalza. Menos por el jardín - regañó a la niña sin poder evitar esbozar una sonrisa.

-Lo siento mamá - Mary se elevó a unos centímetros del suelo aún de rodillas mirándose los pies de un tono acaramelado desnudos.

-Papá dice que se va a quedar el resto del día - dijo el niño elevándose también y apoyándose en el hombro de su hermana que lo apartó enseguida.

-¿Ah, sí? - sonrió hacia el hombre que descansaba apoyado en la puerta de vidrio que daba al jardín.

Damian artículo un "hola" sonriente hacia su esposa, que fue devuelto de la misma forma.

Los observó desde la puerta. Cómo hablaban y flotaban haciendo piruetas y se reían.

Por fin tenía una familia. Su pequeña familia.

Cuándo supo del primer embarazo de Rachel casi llora de alegría.

Mary salió igual a él. Con unos ojos verdes y un pelo negro hasta los hombros y una mezcla del tono de piel de los dos. Y por lo que comprobaba en sus entrenamientos diarios era una excelente luchadora. Mientras que la magia se le daba un poco peor.
Tozuda y analítica cómo su padre.

Pero su hermano menor Sam era otra historia. Definitivamente un calco de su madre. Con unos grandes ojos amatistas brillantes y un pelo alborotado negro violáceo. Con la piel un poco más clara que su hermana.
Excelente en la magia gracias a las enseñanzas de su madre pero algo torpe en la lucha. Mucho más tranquilo y pacífico que su hermana.

Ambos eran la combinación perfecta de los dos. Y él estaba orgulloso de eso.

 PÁGINAS CORTAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora