INVASORA II

1.4K 138 9
                                    


-¡Aaargh...!-soltó un agudo grito ahogado contra la almohada.

Se separó con ahora el pelo despeinado y la cara algo roja de la víctima inocente de su enfado. Formó un puño con su mano derecha y lo atestó contra la almohada.
Lo dicho. Pobre almohada.

Se levantó de la cama molesta, recordando el magnífico momento de hace unos minutos...

-Yo también lo pensaba, Emiko- la secundó su líder sin apartar la mirada de la hechicera.

Raven sentía como si pudiese ver a través de su piel, y gracias a su empatía (aunque no había que ser Einstein para notarlo) notó que él no estaba nada feliz.

Madre mía. Pensaba que en cualquier momento se abalanzaría sobre ella con los puños al aire.

No era para tanto, ¿no...?

-¿Alguna excusa?- se atrevió a preguntar la nueva integrante cruzándose de brazos.

Eso solo la hizo enfadar aún más. ¿Quién se creía para hablarle así?

Vio como el resto del equipo se miraban incómodos, incluso compadeciéndose de ella, detrás de Emiko y Robin.

Detuvo su respiración con unas ganas desesperantes de que se la tragara la tierra.

-Yo también me compadezco de ti...

La voz hizo que solamente rodase los ojos mal diciendo de que justo hubiese un espejo a su lado. Ignoró a su reflejo de ojos rojos.

Y eso gesto prácticamente aumentó la aparente molestia de su querido líder.

De repente, el milagro del día se presenció. Damian suspiró destensando los hombros y mirándola dijo:

-Continuemos con la bienvenida.

Se giró sobre si mismo para mirar al resto del equipo mudo para continuar hablando sobre la convivencia, Emiko, y bla, bla, bla...

Rachel solo pudo soltar el aire que estaba conteniendo, aliviada de que Robin la ignorase.

Conectó sus ojos con los fríos de la arquera, que seguía en su posición amenazante. Alzó una ceja esperando algo, pero ella solo se giró y se mantuvo callada junto a Damian.

Otro suspiro aliviado.

¿Se iba a convertir en una costumbre desde ahora...?

-¿Vas a seguir cagándola, Rae?- soltó su reflejo con una sonrisa y destello divertido en sus iris rojos.

-Oh, cállate.

La orden demasiado firme llegó hasta los oídos de todos los presentes en la sala común.

"Mierda"

-- río- Oh, mierda.

Por supuesto, lo lógico sería pensar que se lo había dicho al menor de los Wayne.

Todos los ojos cayeron sobre ella como imanes.

Enfocó los suyos nerviosos con los incluso sorprendidos de su líder tras el antifaz.

Lo único que pudo hacer fue levantar una mano llena de su magia y desaparecer de allí lo mas rápido que pudo.

Rachel se miró desde su posición en el espejo de la pared de enfrente, en el que su "otro yo" sonreía satisfactoriamente.

-¿Te diviertes no?

-No te lo puedes ni imaginar.









 PÁGINAS CORTAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora