HASTA NUNCA

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Un filtro frío y melancólico cubrió toda la torre con una simples palabras.

-¿¡Como que te vas?! - exclamó furioso acercándose.

Rachel evitó su mirada. Se esperaba esa misma reacción. Pero no esperaba que le doliese tanto. A ambos.

Aferró su maleta negra de ruedas contra ella sin despegar la vista del suelo.

-Rachel, ¡respondeme!

Los gritos no tardaron en despertar a alguien. Kori y Grayson, con los cabellos despeinados y sus pijamas asomaron sus cabezas en la entrada de la sala común dónde las dos aves discutían.

Pero Raven siguió sin responder.

-¿Que pasa aquí, que le has hecho, demonio? - le espetó el primer Robin mientras se acercaban a ellos.

Damian ni siquiera lo miró. Clavó sus ojos en el rostro de su novia, esperando una explicación antes de que sacara su katana.

-¿Que os pasa? ¿Y esa maleta, Raven?- preguntó la pelirroja confusa.

La  joven se encogió en su sitio nerviosa y cerró los ojos intentando calmarse.

-¿Que son todos esos gritos? -otra fuente de voz entró a la sala estirandose sin vergüenza.

Bostezó abriendo los ojos y miró la escena algo acalorada.

-¿Que pasa? - Garfield alzó una ceja.

-Eso quiero saber- farfullo Damian hechandole una mirada asesina que lo obligó a convertirse en un ratón y esconderse tras las piernas de la tamariana.

-¿Pueden explicarse de una vez? - demandó Kori con las manos en su cadera.

-Esto es entre Rachel y yo- frunció el ceño- largaos.

Su líder frunció el ceño, pero su novio la detuvo con una mirada, acostumbrado al imposible carácter de su hermano menor.

Raven, que iba perdiendo los nervios poco a poco, se mordió el labio con fuerza y se atrevió a mirar a su novio a los ojos.

Reprimió unas pequenas lágrimas que empezaron a cristalizar sus ojos. Damian se destenso a cámara lenta, borrando su ceño fruncido.

-Lo siento..., pero no puedo más... - susurró con el notable nudo en su garganta.

-¿Que?

-Damian, yo- se cortó a sí misma cuando las mismas palabras de su padre taladraron su cabeza. Una pequeña lágrima se deslizó rápidamente por su mejilla. La apartó con la mano- Te quiero- besó sus labios, quizás por última vez, dejando rodar todas la lágrimas que había contenido.
Se separó, mirando las también húmedas mejillas de su novio, y sonrió triste.

Se observaron largos segundos, ambos con unas malditas mariposas rebotando por sus estómagos.

-R-Rachel, yo- susurró entrecortado, pero Rachel se desvaneció ante sus ojos.

Esa fué última vez que la vió, y quizás para lo que le quedaba de vida.

-También te quiero...



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