NO LO ERES

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Estaba helado. Pero al mismo tiempo quemaba. Aún así bebió la mitad de un trago. Soltó una tos ronca mientras sentía cómo el líquido ámbar viajaba por su garaganta.

Suspiró y bebió de nuevo.

Sabía de sobra que no podía beber.

Pero el DNI falso que le mostró al camarero decía lo contrario.

Carraspeo levemente y se quedo mirando la barra fijamente.
Con la mente perdida lejos de aquel maldito bar y esta maldita ciudad.

Sin ninguna razón frunció el ceño y torció los labios frustrada al volver a recordar.

-Mierda... - farfullo.

Apartó la lágrima que amenazaba con salir rápidamente.

-Mierda- levantó un poco la voz.

Suerte que el bar estuviese casi vacío.

-Por qué duele tanto...- cerró los ojos con los ojos cristalizados agachando la cabeza. Sonó más bien cómo un sollozo.

Otro sorbo más largo acompañado de los hielos chocando contra el cristal.

De repente una suave campanilla resonó por el local sacando a la chica de su cabeza. Levantó un poco la cabeza sin apartar la vista de sus manos blancas agarrando el vaso casi vacío.

Una mano morena interfirió en su campo de visión. En cuanto pudo darse cuenta ya no tenía el vaso entre sus manos.

Levantó la cabeza para mirar a su próxima víctima hasta que se destenso al ver quién era.

El oji verde bebió lo que quedaba del vaso sin siquiera mirarla.

-Sabes perfectamente que no puedes beber.

-Según mi carnet de identidad puedo...

El chico metió su mano en el bolsillo de la chaqueta de la chica y sacó el carnet.

-No sabía que tuvieses 22. Eres más vieja de lo que pensaba- sonrió un segundo mientras dejaba el carnet frente al vaso con el hielo ya derretido.

-No estoy de humor, Damian- apartó la mirada.

La chica oyó un gran suspiro por parte de su compañero.

-Ni se te ocurra sentirte mal por eso, Raven- ella giró la cabeza hacia él mientras este hacía lo contrario- Ese idiota no te merece... - escupió con desdén bajando la voz.

Raven abrió los ojos en sorpresa para volver a recobrar la compostura.

-No intentes animarme...

-No te estoy animando- giró la cabeza de golpe para verla- es solo la verdad.
Mereces algo mejor que el bastardo de Kid Flash... - gruñó.

-Por que estás aquí- musitó Raven.

-¿No crees que debería estar ese tío aquí y no yo? ¿Eso no te dice nada, Raven? - frunció el ceño.

-Es que... - se le quebró la voz.

-Es que nada. Has visto a tu novio besándose con otra, y tú lo único que has hecho es ser una tonta, echarte la culpa y ahogar tus penas en alchol- siguió bajo la estupefacta mirada de la chica- Deja de echarte la culpa. Esto no ha sido culpa tuya. Eres tú la que debería estar furiosa. Olvida de una vez lo de que nadie te quiere, Rachel. Por que no es verdad.

Terminó clavando sus ojos en los de la chica.

Raven miró hacia abajo tímidamente, encogiéndose en el taburete y aguantandose las lágrimas.

Volvió a levantarla de golpe y se lanzó hacia él.

Damian le correspondió el abrazo algo extraño.

-Gracias, Damian... - balbuceó entre sollozos- soy estúpida...

Damian suspiró ante lo dicho por la chica y sonrió un poco.

-No lo eres Raven... -susurro en su oído- sinto haberte hechado un sermón - río en voz baja mientras la chica le acompañaba la risa.










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