31. Esto no podía estar sucediendo

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FINN.

Me dirigía a mi casa, hoy había sido un largo día y más después de que la vieja profesora de química me castigase por "usar él célula en clase", yo simplemente estaba viendo la hora.
Y me castigo mandandome a dos horas de detención, ahora tendría que ir solo a casa ya que Jack se había ido, él insistió en que me esperaría pues tenía algo que decirme pero no quería hacerlo esperar dos horas, así que lo convencí de que se fuera.

Caminaba a paso lento, hoy había optado por caminar.
Mi vista se dirigió a una cabellera rubia un tanto conocida, era el chico nuevo de hace unos días.

Iba hablando por teléfono pero me acerqué para alcanzarlo una vez colgara. Hasta que algo que dijo capto mi atención.

—Si, ese chico de cabello rizado. Si ellos dos estaban juntos... Si, si. Ellos son novios por lo que se o tal vez pronto no sea más que un recuerdo, eso es...—No termino la frase pues volteó notando mi presencia.—Te llamo más tarde...—Susurro y me vio de reojo, ya se... No debería de estar escuchando conversaciones ajenas.

—Eh, hola... No se si me recuerdes soy Finn hace unos ¿días? hablamos.—Dije dudando, creo que habían sido semanas.

—Claro que te recuerdo...—Dijo él con una sonrisa que sentí un tanto falsa.—¿Qué haces por aquí y a esta hora?—, pregunto guardando su celular.

—Camino a mi casa. Hoy tuve un castigo, je.—Respondí rascando mi nuca.

—Oh ya veo.—Dijo él y nos metimos en un incómodo silencio.—Bien, Finn, supongo que nos vemos luego.

—Si.—Respondí simple.—Adiós, Christopher.

Él me dio una sonrisa que se vio un poco forzada, este chico realmente es muy raro.

***

Llegué a mi casa y por primera vez después de un tiempo mi madre estaba en casa.

—Madre...—Dije viéndola.—Que raro que te encuentres aquí tan temprano.—Bromeé y ella simplemente soltó una risilla y se vio un poco arrepentida.

—Si, yo me sentí un poco mal y le pedi a mi jefe él día y ya lo se, casi nunca estoy en casa...—Respondió y solo le di di una sonrisa sin mostrar los dientes, no debí decirle eso.
Me iba a preparar algo de comer hasta que el timbre sonó.

—Yo abro.—Dije caminando nuevamente a la puerta. Era Jack.—Jackyyy.—Dije al verlo.—Pasa.—Dije tomando su mano, pero él la soltó.

—Jack, ¿qué sucede pecas?—Dije frunciendo él ceño viéndolo.

—No me llames así.—Dijo desviando la mirada, mi ceño se fruncio aún más.

—¿De qué hablas?, siempre te eh llamado así.—Dije haciendo una mueca.

—Finn, vine aquí por que quiero hablar contigo.—Dijo aún sin verme.—Tenemos que terminar.—Dijo ahora si viendome a los ojos, estaban un poco rojos.

—Pero que dices Jack.—Reí.—Que buena broma, Jacky.—Dije viéndolo esperando ver que empezará a reír y al ver que no lo hacía toda el hambre que sentía se fue. Sentí un nudo en mi garganta y pronto sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas.—¿QUÉ?—Grite.—¡¿POR QUÉ QUIERES QUE TERMINEMOS?! Dame una buena razón.—Volví a gritar.

—Finn, no lo compliques más. Simplemete ya no quiero estar contigo. Dejemoslo como siempre debimos de estar; siendo amigos.—Dijo con voz calmada.

—¡Pero fuiste tu él que intestaste algo conmigo desde el principio! ¡Ahora no me salgas con esto!—Grite pues ya no estaba siendo racional.—Yo me volví gay por ti, Jack Dylan, tu llegaste a mi vida y la cambiaste por completo y por lo que me estas diciendo ahora no estoy seguro de si para bien o para mal.—Dije ya con un tono más bajo.

Jack se veía un poco sorprendido, tal vez por gritarle, por que lo llame por su segundo nombre o por todo lo que dije.

—Ya te lo dije Finn, dejemos esto como esta, no heches más leña al fuego.—Volvió a decir.

Me quede en silencio y cuando vi sus intenciones de marcharse hable.

—Tan siquiera dame un último beso, así sabrás si lo que estas haciendo es lo correcto...—Dije viendolo a sus ojos, en ellos veía tristeza este no era el Jack de siempre, tal vez estaba confundido.
Este sería un acto muy masoquista pero habría que intentar.

Él lo pensó pero después lentamente vi como se acercaba y por primera vez desde hace mucho deje que él tuviese él control de la situación.
Sus labios se movían en sincronía con los mios, metí mis manos por debajo de su camiseta y las pase por su cintura hasta llegar a su espalda, estaba disfrutándolo. hasta que de pronto él se separo de mi.
Parecía arrepentido.

—B-bien, mi opinión sigue siendo la misma.—Dijo después de unos segundos.—Lo siento, Finn pero esto acaba ahora.—Dijo y esta vez se marcho.

Bien, creó que mi corazón se acababa de romper. Viéndolo marcharse sentí como si algo de mi hubiera sido arrancado y me pegue a la pared y ahí me deje caer resbalandome por esta hasta caer al piso, dejando correr mis lágrimas por mis mejillas.

Escuche unos pasos y volteé a mi lado, ahí estaba mi madre, viéndome como solía hacerlo cada que mi padre me gritaba.
Ella simplemente se acerco y me abrazó mientras yo lloraba en su hombro.

Esto no podía estar sucediendo, no podía.

***

Así que, ¿esto no se lo esperaban o si? Giro inesperado...

Pues solo les diré que después todo esto tendrá sentido.

Guerra, fuera. :)

No Soy Gay «Fack»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora