Capítulo 12-

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-¡Hola!- saludó Isaac cuando se acercó hacia la mesa donde estaban ellos.

Se sentó al lado de Mario. Estaba muy sonriente. Llevaba una chaqueta y unos pantalones vaqueros. Pudieron notar el olor a perfume que desprendió.

Todos le saludaron, luego Juan e Iván llegaron con los helados en la mano.

Hablaron todos sin parar. Todos menos Sandra.

-Bueno, vamos ya ¿no? –dijo Mery levantándose del asiento.

-Sí. –contestaron todos.

Sandra se estaba levantando hasta que Mario se le acercó.

-¿Qué te pasa, Sandra? Estás muy callada.

-Soy así. –y se fue directa hasta la puerta.

Mario se quedó parado. Analizando con el tono de voz que le había contestado.

Sandra iba la primera andando, hacía el papel que chateaba con el móvil. Mery iba hablando con Juan e Iván. Isaac  y Mario estaban muy callados.

Llegaron a la puerta del hospital.

-Es mejor que nos turnemos, no creo que dejen entrar 6 personas a la vez.

-Entrad vosotras. Os esperamos aquí. –dijo Juan.

-Como queráis –dijo Mery.

Sandra y ella subieron en el ascensor hasta 2º planta. Anduvieron por el pasillo y llegaron a la habitación donde se encontraba su amiga Carolina.

Carolina estaba viendo la tv, muy embobada. Se percató de la presencia de sus amigas y les trasmitió una dulce sonrisa.

Sandra y Mery le abrazaron.

-¿Cómo estás, cariño? –preguntó Mery sonriendo.

-Mejor, dentro de poco me dan el alta.

-Jo, me alegro Carol. –dijo Sandra emocionada.

-Mira te hemos traído algo. Es de las dos –dijo Mery acercándole la bolsa con la camiseta dentro.

Carol la abrió.

-¡ALAAAAAAAAA, QUE CHULA! ¡ME ENCANTA! NO HACÍA FALTA QUE…

-Sí, si hacía falta, tonti –la interrumpió Sandra.

-Ay, gracias chicas, os quiero –las abrazó, estaba muy emocionada.

-Ejém.

Las 3 se volvieron. Eran los chicos. Carol se avergonzó.

-¡Hola, Carol! ¿Cómo estás? –dijo Mario dándole un beso.

Carolina se puso roja. Sandra y Mery se miraron y se rieron.

-Ya… mejor. Gracias por venir.

Pasó 10 min. Hasta que entró una doctora diciendo que tenían que hacerle pruebas, a ver como seguía sus huesos doloridos.

-Voy a beber agua, esperadme –dijo Sandra.

-Yo también voy –dijo de inmediato Mario siguiéndola.

Sandra se apresuraba. No sabía por qué no quería hablar con Mario.

-¡eh! –le gritó Mario.

Ella hizo como si no escuchara nada. Hasta que la tocó por el brazo.

-¿Qué te pasa conmigo, joder? –le dijo él mirándola a los ojos con el rostro preocupado.

Ella lo miró. No sabía que decir.

-Lo siento, Mario. N-no… no estoy muy bien.

-¿Por qué? ¿Es por Martín? ¿Te pusiste nerviosa por algo, verdad?

Sandra abrió la boca para hablar, no dijo nada. Volvió a cerrarla y miró hacia abajo.

-Eh, mírame.

Sandra le hizo caso.

-No te quiero ver mal, ¿vale?

-Y-yo…n-no…

-Sí, si lo estás. No me mientas.

-¿A caso me conoces mejor que yo?

-Puede que sí.

-Te digo yo que no –le contestó ella fríamente.

Mario suspiró. Se acercó a una enfermera y le dijo:

-2 vasos de agua, por favor.

Nunca oí tu 'te quiero'.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora