Capítulo 27-

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Sandra odiaba las navidades. Pero sin duda esas fueron la peor. Después del numerito de Berta y Ángel, Mery y ella no se hablaban. Cortó con Ángel aquella misma tarde que los sorprendió juntos.

Al enterarse Berta de todo se enfadó también con Ángela, y desde entonces no había tenido contacto con ninguna de sus otras amigas.

Mireya, empezó a juntarse más con ellas. En cambio, Montse estaba rarísima. Carol decía que la había visto con los ojos hinchados y rojos, como de haber llorado.

El grupo se fue al traste. Desde que Ángel y Mery no estaban juntos y Berta se enfadó con todos ellos, todo cambió. Ya no quedaban. Solo Sandra hablaba casi todos los días con Mario, y a veces con Isaac, pero cada vez menos. Con Álvaro si hablaba y quedaba. Estaba muy ilusionada con él. Ella pensó de no ser por él, hubieran sido aún más peor la navidad.

-¡AÑO NUEVO, VIDA NUEVA! –gritaba Montse a las tantas de la noche un 1 de Enero cuando regresaban todas a casa.

-Montse, calla ya. Y eso que has bebido poco –le dijo Mery.

Mireya reía con las tonterías que hacía Montse.

-Que retraso –comentó Carol riendo.

Sandra caminaba pensativa, con los brazos en cruz. Mery se le acercó.

-¿Qué te pasa?

-¿No echas de menos el grupo?

Mery se quedó en silencio, más tarde suspiró.

-La verdad es que si… pero… mira para atrás, Sandra.

Ambas lo hicieron. Montse gritaba y cantaba con Mireya. Ángela a veces también y Carol reía a carcajadas.

-¿Están locas verdad? –dijo Mery sonriéndole.

-Sí, la verdad es que sí. ¿Estás mejor, no?

-Estupendamente –contestó Mery abrazando a  su amiga.

-¡SANDRAAAAAAA! ¡SANDRAAAAAA! Jijiji.

-¿Y ahora qué, Montse?

-Mira, mira. Mira detrás. Jijijij.

Ésta miró.

-¡VAYAAAA! ¡ÁLVARO!

Álvaro estaba detrás de todas ellas. Iba muy elegante vestido al igual a la sonrisa que tenía. Se acercó hasta ella y le dio dos besos.

-¡Feliz año!

-Igualmente.

-¡CHICAS! –Gritó Mery- sigamos nosotras dos para delante.

Sandra  y Álvaro se quedaron solos.

-Bueno… ¿Cómo empezó la noche?

-Bien. Con mis amigas como para pasárselo mal…

-Yaya veo –éste rio.

Se sentó en unos escalones anchos, más tarde ella hizo lo mismo.

-¿Te ibas ya para casa?

-Sí.

Se pudieron oír los pitidos de los vehículos y toda la gente que pasaba. Adolescentes armando escándalos, cohetes, fuegos artificiales…

Sandra suspiró.

-Odias la navidad ¿verdad? –le preguntó él mirándola.

-Sí, cada vez más.

-Entiendo…

-¡SANDRAAAAAAAAA, SANDRAAAAAAAAA!

Los dos miraron hacia la derecha de dónde provenían aquellos chillidos.

-¡SANDRA, FELIZ AÑOOOOO!

Era Mario, iba con Iván y Juan.

-¡Igualmente!

-Hola –saludaron a Álvaro.

Mario le hizo señales a su amiga y ella le susurró un ‘Shh’. A él le confirmó que se trataba del famoso Álvaro.

-¿Ya no sale Ángel con vosotros? –preguntó ésta.

-No –dijo Iván- desde que pasó eso con Berta, no quiere saber nada de nosotros.

-Es gilipollas –siguió Juan.

-¿Aun sale con ella?

-Sí-dijo Mario- y se juntan con gente que no tienen muy buena fama.

-En fin…ellos sabrán.

-¡NOS VAMOS, SANDRA! ¡YA HABLAMOS!

-Adiós –dijeron al unísono Sandra y Álvaro.

-Era tus amigos ¿no?

Ella miraba para las 3 sombras que desaparecían bajo aquella divertida y ruidosa noche.

-Sí –suspiró- se echa de menos.

-Normal. Oye Sandra… tengo que decirte algo…

Ésta miró hacia él.

-Necesito decirte algo –prosiguió él- no puedo soportarlo más.

-¿Qué pasa?

-Nunca has oído mi ‘te quiero’ ¿Verdad?

-No-dijo ella sin comprender.

-Ya es hora que lo escuches. Te quiero. Y quiero ser algo más que amigos, Sandra.

Ella se quedó paralizada. Le estaba pidiendo salir ¡SALIR JUNTOS! ¡UN 1 DE ENERO!

Sonrió, y contestó:

-Sí, vale.

Él la miró muy emocionado. Luego fue directo a su boca.

Sandra lo estaba deseando. Necesitaba rozar sus maravillosos labios. Necesitaba sentirlo desde el primer día que lo conoció.

Se besaron. Fue un beso largo e intenso.

La agarró de la cintura. Ella unió sus ambas manos sobre su cálido cuello. Él sonreía y ella también.

Sandra cerró los ojos y se imaginó a Isaac. Mientras escuchaba el alboroto que provenía de la ciudad. Luego los abrió, vio el rostro de Álvaro y se le escapó una lagrimilla. Pero la disimuló.

Nunca oí tu 'te quiero'.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora