Sandra odiaba las navidades. Pero sin duda esas fueron la peor. Después del numerito de Berta y Ángel, Mery y ella no se hablaban. Cortó con Ángel aquella misma tarde que los sorprendió juntos.
Al enterarse Berta de todo se enfadó también con Ángela, y desde entonces no había tenido contacto con ninguna de sus otras amigas.
Mireya, empezó a juntarse más con ellas. En cambio, Montse estaba rarísima. Carol decía que la había visto con los ojos hinchados y rojos, como de haber llorado.
El grupo se fue al traste. Desde que Ángel y Mery no estaban juntos y Berta se enfadó con todos ellos, todo cambió. Ya no quedaban. Solo Sandra hablaba casi todos los días con Mario, y a veces con Isaac, pero cada vez menos. Con Álvaro si hablaba y quedaba. Estaba muy ilusionada con él. Ella pensó de no ser por él, hubieran sido aún más peor la navidad.
-¡AÑO NUEVO, VIDA NUEVA! –gritaba Montse a las tantas de la noche un 1 de Enero cuando regresaban todas a casa.
-Montse, calla ya. Y eso que has bebido poco –le dijo Mery.
Mireya reía con las tonterías que hacía Montse.
-Que retraso –comentó Carol riendo.
Sandra caminaba pensativa, con los brazos en cruz. Mery se le acercó.
-¿Qué te pasa?
-¿No echas de menos el grupo?
Mery se quedó en silencio, más tarde suspiró.
-La verdad es que si… pero… mira para atrás, Sandra.
Ambas lo hicieron. Montse gritaba y cantaba con Mireya. Ángela a veces también y Carol reía a carcajadas.
-¿Están locas verdad? –dijo Mery sonriéndole.
-Sí, la verdad es que sí. ¿Estás mejor, no?
-Estupendamente –contestó Mery abrazando a su amiga.
-¡SANDRAAAAAAA! ¡SANDRAAAAAA! Jijiji.
-¿Y ahora qué, Montse?
-Mira, mira. Mira detrás. Jijijij.
Ésta miró.
-¡VAYAAAA! ¡ÁLVARO!
Álvaro estaba detrás de todas ellas. Iba muy elegante vestido al igual a la sonrisa que tenía. Se acercó hasta ella y le dio dos besos.
-¡Feliz año!
-Igualmente.
-¡CHICAS! –Gritó Mery- sigamos nosotras dos para delante.
Sandra y Álvaro se quedaron solos.
-Bueno… ¿Cómo empezó la noche?
-Bien. Con mis amigas como para pasárselo mal…
-Yaya veo –éste rio.
Se sentó en unos escalones anchos, más tarde ella hizo lo mismo.
-¿Te ibas ya para casa?
-Sí.
Se pudieron oír los pitidos de los vehículos y toda la gente que pasaba. Adolescentes armando escándalos, cohetes, fuegos artificiales…
Sandra suspiró.
-Odias la navidad ¿verdad? –le preguntó él mirándola.
-Sí, cada vez más.
-Entiendo…
-¡SANDRAAAAAAAAA, SANDRAAAAAAAAA!
Los dos miraron hacia la derecha de dónde provenían aquellos chillidos.
-¡SANDRA, FELIZ AÑOOOOO!
Era Mario, iba con Iván y Juan.
-¡Igualmente!
-Hola –saludaron a Álvaro.
Mario le hizo señales a su amiga y ella le susurró un ‘Shh’. A él le confirmó que se trataba del famoso Álvaro.
-¿Ya no sale Ángel con vosotros? –preguntó ésta.
-No –dijo Iván- desde que pasó eso con Berta, no quiere saber nada de nosotros.
-Es gilipollas –siguió Juan.
-¿Aun sale con ella?
-Sí-dijo Mario- y se juntan con gente que no tienen muy buena fama.
-En fin…ellos sabrán.
-¡NOS VAMOS, SANDRA! ¡YA HABLAMOS!
-Adiós –dijeron al unísono Sandra y Álvaro.
-Era tus amigos ¿no?
Ella miraba para las 3 sombras que desaparecían bajo aquella divertida y ruidosa noche.
-Sí –suspiró- se echa de menos.
-Normal. Oye Sandra… tengo que decirte algo…
Ésta miró hacia él.
-Necesito decirte algo –prosiguió él- no puedo soportarlo más.
-¿Qué pasa?
-Nunca has oído mi ‘te quiero’ ¿Verdad?
-No-dijo ella sin comprender.
-Ya es hora que lo escuches. Te quiero. Y quiero ser algo más que amigos, Sandra.
Ella se quedó paralizada. Le estaba pidiendo salir ¡SALIR JUNTOS! ¡UN 1 DE ENERO!
Sonrió, y contestó:
-Sí, vale.
Él la miró muy emocionado. Luego fue directo a su boca.
Sandra lo estaba deseando. Necesitaba rozar sus maravillosos labios. Necesitaba sentirlo desde el primer día que lo conoció.
Se besaron. Fue un beso largo e intenso.
La agarró de la cintura. Ella unió sus ambas manos sobre su cálido cuello. Él sonreía y ella también.
Sandra cerró los ojos y se imaginó a Isaac. Mientras escuchaba el alboroto que provenía de la ciudad. Luego los abrió, vio el rostro de Álvaro y se le escapó una lagrimilla. Pero la disimuló.