Fue una tarde divertida para Sandra. Estuvieron charlando y caminando casi por toda Sevilla con Isaac, Iván y Mario.
Ya mismo se acercaba el cumpleaños de ella e Isaac, así que una tarde que tuvieron todos libres, lo hablaron:
-¿Dónde iba a hacer, Isaac? –Preguntó Juan.
-Pues… hablé con Sandra y dijo que hacerlo en un local, dice que es demasiado grande y está bien.
-Sí –afirmó Sandra.
-¿Vendríamos todos los de aquí, no? –preguntó Iván.
-Claro. –dijo Isaac.
-Hay que avisar a Joaquín –dijo Mario.
-Sí, le dije que viniera, pero se ve que no se conectó –dijo Iván.
-Bueno, en total somos… 11 si viene Joaquín.
-Perfecto –dijo Berta.
-¿Mañana quedamos para comprar las cosas, no? –dijo Mario.
-Sí, por la mañana mejor. Que por la tarde entrenamos. –dijo Ángel.
-Vale, pues por la mañana –dijo Sandra.
Mery se acercó a Sandra y le dijo:
-¿Lo sabe tu madre?
-Sí, aunque lo de los chicos no.
-¿Y si se da una vuelta por allí?
-No sabe exactamente donde está el local. Por eso se lo dije a Isaac.
Mery se quedó callada y seria, luego le dijo:
-Ángel dijo que no le importaría hacerlo en su campo.
-Lo sé, Mery. Pero somos 11 personas… y todos allí.
-Ya bueno…-resopló Mery- bueno de todas formas nos lo pasaremos bien.
-Sí.
-Oye Sandra-dijo Berta acercándose a ella- ¿Vas a invitar a Ángela?
-Sí, si no os importa…
-A mí me da igual-dijo Carol- por mí bien.
-Sí, mejor, así somos una más –dijo Montse sonriente.
-Entonces somos 12-dijo Isaac.
-Veo que sabes contar-dijo Sandra.
Isaac la miró muy serio, luego no aguantó y se rio con ella.
Todos miraron y pusieron caritas.
……………………………………………………………………
-¿Sí?
-¿Ángela? Soy Sandra.
-¡AH, HOLA GUAPA! Dime dime.
-Mira, el fin de semana que viene, es mi cumpleaños y más tarde el de Isaac, y lo vamos a celebrar todo el grupo y me preguntaba si querías venir…
-¡SI, TÍA! Ya estaba pensando que hacía yo el fin de semana que viene…
-Oye Ángela, otra cosa. ¿Querrías a acompañarme a comprarle un regalo a Isaac?
-Sí, vale.
-Perfecto. Te paso a recoger a las 5 y media.
-Vale cielo.
Ya que Mery estaría con Ángel y las demás tenían cosas que hacer, quiso ir mejor con Ángela.
Llegó las 5 y media. Sandra iba camino al piso de Ángela.
Llevaba unas mayas en negras, muy apretadas y una camisa de cuadros azul y negra y llevaba unas Mustang. La tarde estaba cálida, como a ella le gustaba. Llegó al piso de Ángela llamó al 1ºB y sonó la voz de ella.
-Soy yo, Sandra.
-Ahora mismo bajo-dijo ella.
Estuvieron toda la tarde buscando un regalo para Isaac, al fin Sandra se decidió por una chaqueta del pull and bear.
-Oye Sandra –dijo Ángela, se habían sentado en unos bancos a fuera de Nervión, el centro comercial- he pensado en que como tenemos que hacer juntas el trabajo de física para el Martes…
-¡Hostias, verdad! Ya se me había olvidado… -dijo Sandra.
-Bueno, ya estoy yo para recordártelo-rio Ángela- bueno, que eso, que he pensado en que te vengas mañana sábado a mi casa, lo hacemos y cómo viene dos amigos míos por la noche, pues podrías quedarte a cenar. ¿Te apetece?
-¿2 amigos tuyos? –preguntó Sandra extrañada.
-Sí, Eduardo, con quien siempre hablo por las mañanas.
Sandra pensó. Era un chico muy alto, moreno con ojos verdes. Llevaba una pequeña dilata y se veía simpático.
-¡Ah sí, ya sé quién es! ¿Y el otro quién es?
-El otro es amigo de Eduardo. Se llama Álvaro. Pero no va a nuestro instituto.
-Ajá, bueno le diré a mi madre si me puedo quedar. ¿Y cómo es que van?
-Es que yo quedo con Eduardo y mis padres lo conocen muy bien, entonces como mis padres esa noche se van de cena de negocios, me quedo sola. Y claro mis padres le dijo a Eduardo que se trajera un amigo suyo, tú sabes… para no estar los dos… y si te quedas tú, se irán más tranquilos.
-¿Y conoces a Álvaro? –dijo Sandra suspirando del sermón que le había soltado Ángela en un momento.
-Sí, he quedado varias veces con ellos dos. Es muy majo y verás cómo coges mucha confianza con ellos. –dijo sonriente.
Sandra llegó a su casa, estaba cansada de haber correteado con Ángela bastantes tiendas.
-Oye mamá.
-¿Sí? – contestó su madre que estaba en la terraza.
-¿Puedo ir mañana a casa de Ángela? Es que tenemos que hacer un trabajo de química y cómo sus padres se van, me dijo de quedarme a cenar para hacerle compañía.
-¿A cenar?
-Sí –dijo Sandra temblorosa.
-Bueno vale. Pero llamaré mañana a Ángela.
-Vale…-resopló Sandra.
Estaba harta de que nunca la creyeran.
De repente sonó su móvil:
-¡SANDRAA, EL MÓVIL!
-SÍ, VOOOOY.
Era Isaac.
-¿Quién es? –Preguntó su madre intrigada.
-N-nadie, mamá –se fue directa a su habitación sonriente.
Su madre Carmen la miró y luego suspiró ‘Ay, la adolescencia que etapa…’
