Capítulo 21-

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Fue una tarde divertida para Sandra. Estuvieron charlando y caminando casi por toda Sevilla con Isaac, Iván y Mario.

Ya mismo se acercaba el cumpleaños de ella e Isaac, así que una tarde que tuvieron todos libres, lo hablaron:

-¿Dónde iba a hacer, Isaac? –Preguntó Juan.

-Pues… hablé con Sandra y dijo que hacerlo en un local, dice que es demasiado grande y está bien.

-Sí –afirmó Sandra.

-¿Vendríamos todos los de aquí, no? –preguntó Iván.

-Claro. –dijo Isaac.

-Hay que avisar a Joaquín –dijo Mario.

-Sí, le dije que viniera, pero se ve que no  se conectó –dijo Iván.

-Bueno, en total somos… 11 si viene Joaquín.

-Perfecto –dijo Berta.

-¿Mañana quedamos para comprar las cosas, no? –dijo Mario.

-Sí, por la mañana mejor. Que por la tarde entrenamos. –dijo Ángel.

-Vale, pues por la mañana –dijo Sandra.

Mery se acercó a Sandra y le dijo:

-¿Lo sabe tu madre?

-Sí, aunque lo de los chicos no.

-¿Y si se da una vuelta por allí?

-No sabe exactamente donde está el local. Por eso se lo dije a Isaac.

Mery se quedó callada y seria, luego le dijo:

-Ángel dijo que no le importaría hacerlo en su campo.

-Lo sé, Mery. Pero somos 11 personas… y todos allí.

-Ya bueno…-resopló Mery- bueno de todas formas nos lo pasaremos bien.

-Sí.

-Oye Sandra-dijo Berta acercándose a ella- ¿Vas a invitar a Ángela?

-Sí, si no os importa…

-A mí me da igual-dijo Carol- por mí bien.

-Sí, mejor, así somos una más –dijo Montse sonriente.

-Entonces somos 12-dijo Isaac.

-Veo que sabes contar-dijo Sandra.

Isaac la miró muy serio, luego no aguantó y se rio con ella.

Todos miraron y pusieron caritas.

……………………………………………………………………

-¿Sí?

-¿Ángela? Soy Sandra.

-¡AH, HOLA GUAPA! Dime dime.

-Mira, el fin de semana que viene, es mi cumpleaños y más tarde el de Isaac, y lo vamos a celebrar todo el grupo y me preguntaba si querías venir…

-¡SI, TÍA! Ya estaba pensando que hacía yo el fin de semana que viene…

-Oye Ángela, otra cosa. ¿Querrías a acompañarme a comprarle un regalo a Isaac?

-Sí, vale.

-Perfecto. Te paso a recoger a las 5 y media.

-Vale cielo.

Ya que Mery estaría con Ángel y las demás tenían cosas que hacer, quiso ir mejor con Ángela.

Llegó las 5 y media. Sandra iba camino al piso de Ángela.

Llevaba unas mayas en negras, muy apretadas y una camisa de cuadros azul y negra y llevaba unas Mustang. La tarde estaba cálida, como a ella le gustaba. Llegó al piso de Ángela llamó al 1ºB y sonó la voz de ella.

-Soy yo, Sandra.

-Ahora mismo bajo-dijo ella.

Estuvieron toda la tarde buscando un regalo para Isaac, al fin Sandra se decidió por una chaqueta del pull and bear.

-Oye Sandra –dijo Ángela, se habían sentado en unos bancos a fuera de Nervión, el centro comercial- he pensado en que como tenemos que hacer juntas el trabajo de física para el Martes…

-¡Hostias, verdad! Ya se me había olvidado… -dijo Sandra.

-Bueno, ya estoy yo para recordártelo-rio Ángela- bueno, que eso, que he pensado en que te vengas mañana sábado a mi casa, lo hacemos y cómo viene dos amigos míos por la noche, pues podrías quedarte a cenar. ¿Te apetece?

-¿2 amigos tuyos? –preguntó Sandra extrañada.

-Sí, Eduardo, con quien siempre hablo por las mañanas.

Sandra pensó. Era un chico muy alto, moreno con ojos verdes. Llevaba una pequeña dilata y se veía simpático.

-¡Ah sí, ya sé quién es! ¿Y el otro quién es?

-El otro es amigo de Eduardo. Se llama Álvaro. Pero no va a nuestro instituto.

-Ajá, bueno le diré a mi madre si me puedo quedar. ¿Y cómo es que van?

-Es que yo quedo con Eduardo y mis padres lo conocen muy bien, entonces como mis padres esa noche se van de cena de negocios, me quedo sola. Y claro mis padres le dijo a Eduardo que se trajera un amigo suyo, tú sabes… para no estar los dos… y si te quedas tú, se irán más  tranquilos.

-¿Y conoces a Álvaro? –dijo Sandra suspirando del sermón que le había soltado Ángela en un momento.

-Sí, he quedado varias veces con ellos dos. Es muy majo y verás cómo coges mucha confianza con ellos. –dijo sonriente.

Sandra llegó a su casa, estaba cansada de haber correteado con Ángela bastantes tiendas.

-Oye mamá.

-¿Sí? – contestó su madre que estaba en la terraza.

-¿Puedo ir mañana a casa de Ángela? Es que tenemos que hacer un trabajo de química y cómo sus padres se van, me dijo de quedarme a cenar para hacerle compañía.

-¿A cenar?

-Sí –dijo Sandra temblorosa.

-Bueno vale. Pero llamaré mañana a Ángela.

-Vale…-resopló Sandra.

Estaba harta de que nunca la creyeran.

De repente sonó su móvil:

-¡SANDRAA, EL MÓVIL!

-SÍ, VOOOOY.

Era Isaac.

-¿Quién es? –Preguntó su madre intrigada.

-N-nadie, mamá –se fue directa a su habitación sonriente.

Su madre Carmen la miró y luego suspiró ‘Ay, la adolescencia que etapa…’

Nunca oí tu 'te quiero'.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora