Las 5… las 5:15…
Los minutos pasaban muy lentos para Sandra. Estaba deseando tener un whatsApp de Isaac diciéndole que bajara.
Al fin llegó y media. Sobre el minuto 34, recibió su mensaje y bajó corriendo.
-¡ADIÓS, MAMÁ!
-¿DÓNDE VAS TAN CORRIEND….?
No le dio tiempo ni a que terminara la frase. Casi se cae por uno de los escalones y tropieza con el vecino que vivía en el 3º.
Abrió la puerta. Estaba con la mirada fija en la pantalla de su móvil cuando escuchó el chirrido de la puerta, miró directamente a Sandra y sonrió. Ella también lo hizo, no pudo evitarlo.
-Gracias por querer venir a ayudarme.
-No es nada, hombre. Vámonos.
No quería que su madre se asomara o bajara y la sorprendiera con aquel chico.
Llegaron a las tiendas. Estuvieron mirando ropa para la hermana de Isaac.
-¿Esta?
-Mmmm, no. –dijo Sandra- esta mejor.
Cogieron una sudadera en negra con unas letras en blancas que ponía ‘I need your love’ .
La pagaron y salieron de la tienda.
-¿Has visto lo que pone en la camiseta? –le preguntó Isaac sonriéndole.
-Sí. I need your love. Necesito tú amor.
-Exacto. –rio Isaac- ¿Nos sentamos allí? –dijo señalando unos asientos que parecían bastantes cómodos.
-Oye, me gusta hablar contigo por Skype.-le dijo Isaac.
Sandra se avergonzó y le salió una sonrisa.
-¿De qué te ríes? –dijo Isaac sonriéndola al verla.
-¿Y tú por qué te ríes cuando yo, me río?
Isaac se quedó callado, luego dijo:
-Es que, tu sonrisa… es contagiosa.
-Si ya claro.
-Sí ya claro –dijo imitándola.
Ella le puso cara de enfado y él se rio.
-Pues tu risa es…. Es….
-¿ES? –preguntó él acercándose a ella.
-Feísima. Igual que tú. –dijo por fin ella.
-Hombre gracias. Siempre está bien escuchar piropos de alguna amiga –Isaac hacía el papel que se enfada, cruzó los brazos y miró hacia el suelo.
-No te enfades –le dijo ella.
-Piensa en lo que has dicho. Me llamas feo a mí y a mi sonrisa. Tss…
-Siempre dices que diga la verdad.
-Sí, pero mientes fatal.
-¿Miento? –musitó Sandra.
-Fatal…-siguió él y la volvió a mirar.
-¿Por qué miento, a ver?
Isaac sonrió.
-¿No me lo vas a decir? –dijo ella intentando ponerse seria.
Isaac no contestaba.
-¿No me vas a hablar? ¿Me ignoras? Pues me enfado.
-Enfádate.
-Te da igual, lo sé –dijo Sandra poniendo pucheritos.
-No eso no. Que me tocas mi fibra sensible.
Sandra los volvió a poner. Rieron los dos, hasta que una voz que Sandra conocía los sorprendió:
-¡SANDRAAAAAAA! –gritaba Mery.
Estaba con Ángel. Éste saludó a su amigo Isaac. Mery la miraba extrañada cómo diciendo ‘LUEGO ME CUENTAS TODO’ y Sandra pensó ‘Mierda’.
