-Y bueno me dio esto, míralo –terminó de narrar Sandra a su madre.
-Vaya, es bonito el reloj. Y se declaró –su madre tenía los ojos llorosos y se veía impactada por todo lo que le contó su hija.
-Si…¿Qué hago, mamá?
-¿Lo quieres, hija?
-Sí, mucho. Desde hace meses.
-Pues inténtalo, hija. Yo ya te comprendo y sé que eso viene por sí solo. Por mí no te preocupes.
-Gracias, mamá –y la abrazó.
‘Ring, ring’ de repente sonó el móvil de Sandra.
Era Mery.
-Dime, Mery.
-Hola, Sandra. Te tengo que contar una cosa que me ha pasado, súper fuerte.
-Cuenta.
-¿Viste el grupo que crearon, esta gente otra vez?
-No. –Sandra puso la llamada en altavoz y se fue directa a WhatsApp. Sí, tenían grupo nuevo. Donde estaban: Mery, Mireya, Carol, Ángela, Mario, Iván, Joaquín, Juan, Isaac, ella y Montse, aunque se hubiera mudado, la metieron para no perderla.
-Bueno, ¿Y que querías contarme?
-Pues a ver, tía. Hace pocos días Mario me habló. Me comentó lo del grupo y tal y yo le dije que te preguntara a ti o a los demás. Porque todos los echábamos de menos. Bueno y así de tanto hablar, hace media hora o así, se me acaba de declarar.
-¿Mario? –Sandra se quedó atónica con lo que le había dicho su amiga.
¿Por qué Mario de repente quería a su amiga Mery? ¿Por qué no le contó nada?
-Sí, tía. Me dijo que le gustaba y que me cogió aprecio y que pensaba mucho en mí. Y quiere que quede con él para aclarar.
-Pero, ¿tú sientes lo mismo por él?
-No sé. Lo aprecio y es buen amigo. Y lo quiero como tal. Pero necesito conocerlo más para saber. Sé le ve buen chico ¿no crees?
-Sí, lo es. Era el único que me habló, cuando el grupo se fue al traste y me ayudó mucho.
-Sí, tú con él siempre estabas más pegada ¿no te molesta, no?
-No, Mery. Es un buen amigo, y que mejor que dos grandes personas para mí, ¿se junten? No te preocupes por mí. Yo os apoyo y me alegra saberlo.
-Gracias, tía. Eres muy grande. Quería hablarlo antes contigo, a ver que decías.
-Grandes celos le dará a Ángel –rio Sandra.
-Pues mejor, que le den –rio también Mery.
Su amigo le siguió contando cosas, no sabía si contarle lo de Isaac. Pero se perdió en la conversación y al final no le dijo nada.
Cuando cortaron la llamada, habló directamente con Mario.
Mario le contó todo.
-No quería decírtelo, pensé que tú se lo ibas a decir, ya que es una de tus mejores amigas y vaya que ella se asustara y no quisiera dirigirme más la palabra y eso sí que me derrumbaría. Por eso quise guárdamelo para mis adentros. Bueno, sólo se lo dije a Iván y el me presionó para que se lo contara de una vez por todas.
Sandra en ese momento pensó en lo que le dijo una vez Iván, ¿Iván también quiso con Mery? Porque sus palabras fueron si su amiga estaba libre. Luego de hablar con Mario, hablaría con él.
-Pues creo que tienes esperanzas con ella, y me alegro mucho. Deberías de habérmelo contado, Mario. Yo solo te hubiera ayudado.
-Lo sé. Pero no quería sacar las cosas de contexto porque no estaba seguro ¿sabes?
-Bueno, no pasa nada.
Más tarde, Sandra le confesó lo que había hecho Isaac. Mario se sorprendió, pero Sandra notó que él ya lo sabía.
-¿Lo sabías, verdad?
-Bueno… yo e Iván le presionamos y a él se le ocurrió la idea. ¿Muy cursi, verdad?
-Un poco –rio ella.
-Dijimos que eso no te gustaría, pero él quería intentarlo. Ya sabes, muy cabezota.
-Me ha encantado –confesó Sandra- sea lo cursi que sea, me da igual. Es el único tío que me ha hecho esto, y me da a entender que me ama de verdad.
-Pues sí. Tienes razón. Te ama mucho. ¿Qué vas a hacer?
-No lo he podido olvidar, Mario. Así que, sí llevaré el reloj.
-Bien, esa es mi Sandra.
-Eh, no soy tuya –rio.
-Bueno de Isaac –resopló él y terminaron riéndose los dos.