Completely Aware || Ragoney ||

18

Raoul y Agoney fueron de los primeros en volver de plató. Cenaron juntos mientras Alfred componía en la sala del piano, cosa que agradecieron, porque les apetecía estar solos.

Agoney todavía estaba alucinado por el pase que había hecho Raoul. Le había salido incluso mejor que en el pase de micros, y hasta se había emocionado, pero ocultó las lágrimas rápidamente antes de que alguien pudiera verlas. Tenía muy claro que esa iba a ser la mejor actuación de la noche, y estaba muy, pero que muy orgulloso de él.

-Me ha gustado mucho tu pase. –dijo Raoul, interrumpiendo sus pensamientos.

-Justo estaba pensando lo mismo del tuyo. –confesó el moreno.

-Lo vamos a petar mañana, ya verás.

-No lo sé... –dijo Agoney inseguro. –Tengo miedo de que los nervios puedan conmigo.

-Ya verás como no. –dijo el rubio regalándole una sonrisa mientras se levantaba de la mesa.

Cuando hubieron recogido todo, Raoul se excusó para ir un momento al baño, y Agoney se sentó en el sofá con el móvil, buscando alguna foto para retocar y subir a Instagram.

Justo en ese momento llegó Nerea de plató.

-¡Nerea! –dijo Agoney con una sonrisa al verla. -¿Cómo fue?

-Bien. –dijo ella, sin mucho ánimo.

-¿Estás bien? ¿Ya cenaste?

-Si, comí algo en plató. –dijo quitándose la chaqueta. -¿Estás solo?

-Si, bueno, Raoul fue al baño.

-Es que necesito hablar contigo un momento. –dijo ella sentándose a su lado.

-¿Pasó algo? –preguntó el chico preocupado.

-No, bueno... –estaba muy nerviosa. –Tengo que decirte algo, y no es fácil.

-Sea lo que sea me lo puedes contar, ya lo sabes.

Nerea tomó aire, decidiendo mentalmente que lo iba a hacer en aquel momento, cuando solo quedaban veinte minutos para las diez. Era ahora o nunca.

-Ago... –empezó. –Yo, he intentado ignorar lo que me pasa, pero no puedo. Sé que diciendo esto la estoy cagando mucho, pero ya no aguanto más, necesito hacerlo. Agoney, estoy enamorada de ti.

Se hizo silencio absoluto cuando esas palabras salieron de su boca. Ninguno de los dos sabía que decir. Nerea jugaba nerviosa con sus manos, intentando retener las lágrimas para lo que sabía que venía a continuación.

Agoney no entendía nada. ¿Nerea enamorada de él? ¿Cómo no pudo verlo?

-¿Perdona? –dijo finalmente, acompañado de una risa nerviosa. -¿Es una broma?

-No, no es una broma, Ago. –dijo ella, sin atreverse a mirarle a los ojos. –Desde el primer momento que te vi, supe que ibas a ser una persona muy importante para mi, pero no imaginaba cuánto. En todas estas semanas me has hecho sentir cosas que no había sentido nunca por nadie.

-Pero... Nerea. –dijo el canario desconcertado. –Yo...

Agoney recordó en ese momento la discusión que tuvo con Raoul aquel día que le gastaron la broma a Amaia. Criticó al pobre chico por la respuesta que podría dar si le hubiera querido rechazar. Y ahora, irónicamente, él estaba viviendo una situación parecida. Nerea, su mejor amiga del sexo opuesto (el cuál nunca le había atraído) se le estaba declarando. Y no tenía ni idea de cómo rechazarla sin hacerle sentir mal o quedar como un gilipollas. Era surrealista.