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Agoney se despertó con unos brazos agarrándole de la cintura.

Los brazos de Raoul.

Sonrió, girándose para mirar de frente al chico que todavía dormía. Estaba precioso, con esa carita de niño bueno que no ha roto un plato en su vida, la boca entreabierta, su respiración regular y los ojos cerrados.

Le retiró un mechón de pelo hacia atrás, el mismo que le caía en los ojos constantemente la noche anterior.

La noche anterior.

Se le formó una sonrisa en el rostro al recordarla. No se durmieron hasta las seis de la mañana, hablando todos en la habitación como las primeras semanas. Raoul abrazándole y acariciándole el pelo, robándole besos de vez en cuando y confesándoles a todos sus compañeros que estaba enamorado de él, y que por fin había encontrado su sitio.

-Que ya tenía una familia genial, pero ahora tengo dos. Y es todo gracias a vosotros. –había dicho, con lágrimas en los ojos.

Y le encantaba ver a Raoul así. Sin miedo, sin vergüenza, simplemente siendo él mismo.

Había sido un momento muy emotivo donde se compartieron confesiones y muestras de cariño entre todos.

Y es que al final, eran una familia.

Agoney le dio un beso en la frente al chico que todavía dormía, y este frunció el ceño. Se oyó un leve gruñido, y después abrió los ojos, para encontrarse al otro chico mirándole con una sonrisa.

-¿Me estabas mirando? –preguntó el rubio, con voz ronca. –Que creepy.

-Tan simpático de buena mañana.

Raoul sonrió, acariciando suavemente la cara del canario, pasando la mano por su barba.

-Ojala despertar así cada día.

-Pronto. –dijo Agoney.

-Bueno, espero que no mucho. Que tienes que llegar a la final e ir a Eurovisión.

-Ya veremos. –rió.

-Yo te votaré.

Se acercó a él y le dio un beso en los labios. Agoney lo agarró de la cintura, pegándolo a él y profundizando el beso. Raoul posó la mano en su mejilla, y lentamente fue girando sus cuerpos sobre la cama para quedar encima del otro chico.

Agoney no tardó nada en poner las manos en el culo del rubio, acercándolo más, de forma que sus erecciones se tocaban. Raoul soltó un suspiro de sorpresa, pero siguió besando al otro chico, todavía con más fuerza, mientras movía las caderas para crear fricción.

De repente se empezaron a oír ruidos en la cama de al lado, y los suspiros y gemidos que hacía Nerea al despertarse.

-Ugh. –se quejó Raoul, dejando su peso muerto y hundiendo la cabeza entre la almohada y el cuello de Agoney. –Qué ganas de estar solos.

Agoney rió, dándole un beso en el cuello y apartándolo de encima suyo.

-¿A qué hora os tenéis que ir? –le preguntó.

-Pues ni idea, pero antes de comer seguro.

El canario se incorporó un poco, apoyando la cabeza en su mano y mirando al otro chico.

-¿Crees que nos da tiempo a ducharnos?

-¿Ducharnos? –preguntó Raoul, un poco confundido.

-Ducharnos. –respondió Agoney, con una media sonrisa y la ceja levantada.

Completely Aware || Ragoney ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora