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Cuando Agoney entró en el baño de plató, Raoul ya le estaba esperando con una sonrisa. Fue cerrar la puerta y acto seguido notar su espalda pegada a ella, con las manos del rubio en su cintura y sus labios besándole.

Aunque el canario había disfrutado la tarde anterior, esta vez lo que necesitaba era hablar, así que muy a su pesar, apartó a Raoul.

-¿Qué pasa? –preguntó el rubio.

-Tenemos que hablar.

Los ojos de Raoul enseguida se fijaron en los suyos y supo que algo no iba bien.

-¿Qué ha pasado? –le preguntó preocupado.

Agoney no dijo nada, simplemente se metió la mano en el bolsillo y sacó la tarjeta.

-No. –dijo Raoul asustado al verla. –No, no, no.

El moreno se la entregó para que la leyera.

-¿Pero qué mierda es esto? –dijo indignado mientras miraba la tarjeta de arriba abajo. -¡Están puto locos!

-Shh. –Agoney le tapó la boca con la mano para que no gritara. –No lo voy a hacer.

-¿Cómo que no lo vas a hacer?

-Raoul, no me voy a poner a pegar a Roi. ¿Estamos locos o qué? Que además yo no me metí nunca en una pelea, seguro que el que acaba inconsciente soy yo.

-Inconsciente acabarás si no lo haces. –se quejó Raoul. -¿Y si las consecuencias son para ti?

-Pues que lo sean. Lo prefiero así.

-Pues yo no. –estaba enfadado, pero a la vez asustado.

-Raoul...

-¡No! –gritó el rubio, y Agoney se asustó un poco. –Me la suda Roi y me la suda Ana ahora mismo. Pero como te pase algo a ti... –tomó aire, intentando reprimir las lágrimas. –Si te pasa algo me muero, Agoney.

El canario le abrazó fuerte, intentando también reprimir sus lágrimas.

-Si me pasa algo, confío en ti y en los demás para solucionarlo.

Raoul se separó de él, enfadado.

-Si, ¿igual que estamos solucionando lo de Ana? A saber si sigue viva, joder.

Agoney cogió su cara con las dos manos y le hizo mirarle a los ojos.

-Raoul. –dijo, intentando sonar calmado. –Quiero que entiendas que no le voy a hacer daño a nadie, y si las consecuencias recaen sobre mí, que así sea. Sé que me quieres, y sé que te preocupas por mi. Pero no voy a cambiar quien soy. No voy a hacer que estos psicópatas me conviertan en alguien que detesto.

-Me niego a que te conviertas en un puto mártir, joder. ¿No le podía haber tocado esta prueba a Cepeda o algo, tan machito que es?

Agoney se acercó a él, acariciándole la mejilla y después besó sus labios suavemente. Raoul le siguió el beso, aunque no tardaron en notar la humedad y el sabor salado de sus lágrimas.

-La decisión está tomada. –dijo Agoney mientras le secaba las lágrimas, pero no servía de nada porque volvían a brotar de nuevo.

-No puedo perderte. –dijo Raoul entre sollozos. –Ahora que te he encontrado no puedo perderte.

-No me vas a perder. –le dio un beso en la frente. –Ya verás como no me pasa nada.

Raoul pensó en como habían cambiado los papeles en una semana. Hacía unos días era el canario el que estaba llorando, y él intentaba hacerse el fuerte. Y ahora, Agoney les iba a plantar cara a esos hijos de puta y ofrecerse como conejillo de indias.

Completely Aware || Ragoney ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora