Completely Aware || Ragoney ||

26

Cuando se hubieron apagado las luces, todos se reunieron en la habitación para hablar.

-Antes de empezar –dijo Amaia. –Roi quería deciros algo.

Todos le miraron expectantes, pero el chico no hablaba. Hasta que Aitana le dio un codazo para que arrancara.

-Que... –empezó. –Que siento mi comportamiento estos últimos días. Estaba preocupado por todo lo que estaba pasando y no he sabido gestionarlo. Y me he comportado un poco como un gilipollas.

-Pues si. –Agoney le dio la razón.

-Y siento haber dicho eso delante de las cámaras.

Se quedaron todos en silencio, y Roi desvió la mirada hacia Miriam, esperando una disculpa por haberle pegado la noche anterior.

-No me voy a disculpar. –dijo Miriam. –Te lo merecías. Y si ha servido para que entres en razón, pues genial.

Agoney y Amaia se miraron de reojo, intentando aguantar la risa ante la cara que se le había quedado al gallego.

Pero no dijo nada más.

-Bueno, empezamos la reunión, ¿o qué? –dijo Alfred rompiendo el silencio de la habitación.

-Si. A ver –empezó Miriam. –Nerea tenía razón sobre su teoría de las fichas. Ya no está su foto ni su calcetín.

-Pero entonces... –dijo Aitana. -¿Nos irán eliminando uno por uno cada vez que la caguemos?

-Espera. –dijo Roi. -¿Hay ganador? Porque es algo que no nos habíamos planteado nunca.

-¿Creéis que seguirá habiendo rondas, irán eliminando a gente y el último que quede será el ganador? –dijo Amaia.

-¿El ganador de qué? ¿Una hostia? –preguntó Cepeda. -¿Cuál es el premio?

-Es verdad. –dijo Miriam. –Nos están haciendo jugar sin saber qué ganamos.

-Pero sabemos lo que perdemos... –añadió Agoney en un tono triste.

Amaia le cogió la mano y le dedicó una sonrisa.

-Esto es de locos... –suspiró Aitana. –Y cada vez se pone peor.

-Oigan. –intervino Agoney. –Ayer hablé con Raoul.

-Ay, ¿si? –le interrumpió Amaia. –Yo no pensé ni en llamarle, qué horror. Soy una mala amiga, con lo que tiene que estar pasando el pobre...

Alfred le pasó una mano por los hombros y le dio un beso en la mejilla para que no se pusiera triste.

-Bueno, cuéntanos, Ago. –dijo después.

-Les contó al resto de compañeros expulsados todo lo que está pasando. –vio las caras de sorpresa de los demás. –Y antes de que digan nada y se pongan a criticarle, piensen que él estaba solo ahí fuera, sin poder contar con nadie. Así que me alegro que se lo contara, porque han decidido ayudar con todo lo que puedan.

-¿Y cómo van a ayudar? –preguntó Cepeda.

-Intentaran buscar información de los trabajadores del equipo. Y nosotros deberíamos fijarnos por si ellos o alguno de los profesores actúan de forma extraña.

-¿Los profesores? –preguntó Aitana alarmada. -¿Cómo van a ser ellos?

-Sé que es imposible de creer, y quizá no lo son, pero por si a caso, no deberíamos fiarnos de nadie, y andar siempre con los ojos bien abiertos.