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No durmieron mucho aquella noche.

Se tenían que levantar pronto porque Agoney tenía entrevistas por la mañana, y por la tarde le tocaba volver a la academia.

No le importó no haber dormido una mierda, porque al despertar lo primero que vio fue a Raoul, despeinado y con una sonrisa.

Recordó poco a poco la noche anterior, y cuando se situó, le sonrió al chico que tenía al lado.

-¿Cómo has dormido? –le preguntó Raoul, con esa voz de recién levantado que juraba que algún día grabaría y se pondría de tono de llamada.

-Bien. –contestó él. –Aunque muy poco.

-Dos horas. –contestó Nerea desde su otro lado, estirándose, y después se abrazó a él. –Vaya día te espera.

-Tómate unos cuantos cafés. –le recomendó el rubio.

-Me están asustando. –dijo Agoney.

-No, solo serán un par de entrevistas. –dijo Raoul, quitándole importancia. –Y te preguntarán mayoritariamente sobre la gala de ayer.

-¿No estás nervioso por saber la canción de eurovisión? –le preguntó Nerea. –Seguro que te toca con Miriam.

-Supongo. –sonrió. –Yo prefería ir solo a Eurovisión, pero si tengo que ir con alguien prefiero que sea con ella.

-Ah, vale. –se indignó Nerea.

-Gracias. –dijo Raoul, también indignado. –Podría haber quedado muy bien nuestro beso en el festival, pero si prefieres a Miriam...

-Ellas, dramáticas. –rió Agoney mientras se levantaba.

-Anda, dúchate. –le dijo Raoul. –Y después te llevamos a la entrevista.

-Ah, que tengo chófer personal y todo. Qué bien.

-Y guardaespaldas. –dijo Nerea.

-¿Tú? –rió Raoul.

-Eh, que derribé a Martí. –se defendió ella.

-Con la ayuda de la diva del taconazo. –añadió Raoul.

-¿La diva de qué? –preguntó Agoney, confuso.

-Bua, hay que darle una buena clase a este. –dijo Nerea.

-A mí no me metan en cosas extrañas. –dijo Agoney, entrando en el baño y preparándose para ducharse.

La ducha lo despertó un poco, aunque seguía teniendo una sensación rara en el cuerpo. Estaba cansado y a la vez nervioso. Y todavía no acababa de asimilar lo que había vivido la noche anterior. En realidad no asimilaba aún todo lo que había vivido en los últimos meses.

Había entrado en una academia, y a parte de aprender un montón de cosas y tener un par de derrames, había conocido a los mejores amigos del mundo y al chico con el que esperaba compartir el resto de su vida.

Si es que estaba encoñadísimo.

Pero sabía que Raoul también, y eso le tranquilizaba.

Cuando acabó de ducharse se abrió la puerta del baño y entro Raoul, ya vestido. Agoney se sobresaltó y se tapó rápidamente con la toalla.

-Como si no hubiera visto ya todo lo que hay por ver. –rió el rubio.

Agoney se sonrojó un poco.

-¿Vienes a peinarte? –le preguntó.

-No. Nerea ha ido a buscar algo para desayunar, y estoy aprovechando estos cinco minutos que tenemos antes de que se de cuenta de cuáles eran realmente mis intenciones. –dijo acercándose a él.

Completely Aware || Ragoney ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora