Las amazonas de Atena

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Creo que dialogar con Shaina y Marín harán que algunas de mis cuantas dudas se dispersen. Sé que entenderán mejor que el resto por el simple hecho de que somos del mismo género. Las libré del uso de las máscaras y posteriormente las invité a cenar. Tenía en mente algo así como una charla de "amigas íntimas" por decir de alguna manera -aunque con poca confianza, por el casi nulo trato que he tenido con ellas- y hablarles de la persona en la que estoy interesada discretamente. Además, era el momento perfecto: Saga todavía estaba reunido con su hermano... ¡es ahora o nunca!

- Espero que les agrade la comida tailandesa. He viajado y recorrido ese país y quedé cautivada con su gastronomía. Ahora cuéntenme. ¿Cómo se están adaptando al nuevo Santuario?

Shaina contesta encantada, mientras Marín por el momento solo se limitó a escuchar con su bebida en manos.

- Espléndidas diosa Atena. Es muy gratificante respirar al fin aires de paz en el Santuario y también que los Santos de Oro hayan vuelto. La verdad es que, aquí se sentía muy vacío sin ellos.

- Lo sé, gracias a mi enredo con Hades, perdón, mejor dicho gracias a mi deseo caprichoso, todos estamos juntos otra vez.

- ¡Eso ha sido digno de mucho coraje, Saori! Todos los Santos a su servicio estamos muy orgullosos de nuestra diosa, quiero que lo sepa.

- Gracias Shaina, me siento halagada con tus palabras. Se me presentó esa oportunidad y la aproveché como tal. Como ya saben, mi poder sólo se limita a la guerra, y nada más. Hades es el único dios que puede devolver la vida a un mortal. Estoy segura que ahora que destruí su auténtico cuerpo, no volverá a invadir más nuestra Tierra... en otras palabras, esto ha sido la culminación de un círculo vicioso que parecía no acabar nunca, y me alegra. ¡Pero basta de hablar de esto! Miremos nuestro presente. Ya que estamos las tres juntas y en absoluta soledad, ¿puedo preguntarte algo personal?

- La oigo.

- Shaina... Yo sé que tu has estado enamorada de Seiya, y que el difunto Cassios también lo estuvo de tí. Lo que quiero decir es... Bueno... Yo tengo un amor también y es que no sé cómo proceder ante una situación así. Te veo un poco más familiarizada con ese tema tan ajeno a mí y si no es mucha molestia que me des un consejo...

- Mmm... pero tú intentaste besar a Seiya una vez, lo recuerdo. Antes que te conteste, me gustaría saber por curiosidad porque sucedió eso. Con todo el respeto del mundo, por supuesto.

- Ah, tienes razón. Quizá me asombró que Seiya se sacrificara por mí de esa manera tan brusca, me refiero cuando saltó conmigo al precipicio quedando muy mal herido, siendo que
momentos antes discutimos. Él se dirigió a mi de forma grosera, ¿entiendes? no aceptaba que yo era la diosa Atena ni tampoco quería luchar a mi lado. Creo que intenté besarlo por quedé sorprendida con ese espíritu valiente y decidido. Pero, después lo pensé bien e inmediatamente me aparté. No hubiera sido justo para mí que me dirija de forma 'especial' a un Santo. Después de llegar a esa conclusión, dejé ese pequeño egoísmo a un lado para concentrarme en el objetivo: erradicar la maldad que amenazaba al mundo. Sé que una distracción de esa magnitud me hubiera desviado claramente de mi deber. Espero que eso haya contestado tu pregunta, Shaina.


Marín, escuchando atentamente, también decide meterse de lleno en la conversación.

- Oye Shaina, Seiya fue mi alumno por 5 años. Sé bien cuál es su edad y también la tuya, ¿no te sientes una 'asalta cunas' por estar enamorada de un chico tres años menor que tú? Jajaja...

- Calla Marín, el amor no distingue entre edades, religiones y clase social, simplemente pasa y ya. No seas así... Yo no elegí enamorarme de él.

- Lo siento, no debí mofarme. Señorita Atena... Ahora su momento llegó: ¿Quién es su amor entonces? Sentimos como que está un poco retraída. Ojo, recuerde que no es nada bueno guardar esa clase de sentimientos.

De a poco -aunque por momentos me perdía- iba entendiendo el punto de vista de Marín y Shaina. Al escuchar sus opiniones cuidadosamente, quizá pienso que estoy equivocada al ver que Saga, 15 años mayor que yo, no es apropiado para mí. Pero aún así, hasta librarme de mis numerosas dudas, me seguiré guardando su nombre. Eso es algo bueno pero a la vez malo para mí... ¿Por qué? Yo necesito estar segura del paso que voy a dar. Una nube de dudas no va a hacerme avanzar para nada... Tengo muchas cosas por aprender, tanto de mí como de las personas. Ese el motivo por el cual estoy aquí con ellas...

Saori Kido - Relato de una diosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora